Balón de oxígeno para el Waterpolo Valladolid

Existe un adjetivo que define perfectamente a Valladolid: polideportiva. Rara es la disciplina que no tiene cabida en época de competición y en el que no despuntan especialistas, desde el fútbol hasta el tenis de mesa. Unos cuentan con afición sobrevenida; la práctica de otros es fruto de una lucha constante, y a veces casi silenciosa, por conseguir su implantación. Este es el caso del waterpolo.

El waterpolo comienza a ver sus frutos. Las piscinas del Centro de Tecnificación de Río Esgueva y han acogido un Campeonato de España infantil, con catorce equipos masculinos y ocho femeninos de distintas comunidades. Ni más ni menos que 500 jugadores llegaron a Valladolid para una cita histórica de este deporte de reciente aparición en la capital del Pisuerga.

En octubre del pasado año nació el Waterpolo Valladolid con el claro objetivo de formar a jugadores desde la base y asentar un deporte casi inédito en Castilla y León, que en sus inicios se topó con un hecho inesperado: la Federación Municipal de Deportes no autorizaba a los 17 integrantes que forman el equipo a utilizar un elemento tan necesario en su disciplina como la propia agua: el balón.

«Hablamos con el gerente de la Fundación Municipal de Deportes del Ayuntamiento, y se nos dijo que debía primar la actividad de los usuarios habituales que acuden a nadar a las piscinas municipales. No se nos impedía ejercitarnos en la piscina como un equipo de natación, pero ya que el balón estaba prohibido, es como si un equipo de fútbol alquilase un campo municipal y solo se le dejase correr en los entrenamientos», apunta José Ángel Renero, presidente y uno de los fundadores del equipo.

Uno de los mayores problemas con los que se encontró este equipo en sus inicios era el siguiente: si querían jugar tenían que alquilar una piscina, con una consulta previa sobre la disponibilidad de la instalación. Y también debían comprar las porterías, colocarlas y delimitar el campo de juego, puesto que las piscinas municipales no disponen de este material, imprescindible para el waterpolo.

El Club Waterpolo Valladolid comenzó su andadura en una liga no federada en la que se cuenta con cinco equipos más, dos de Castilla y León, radicados en Zamora y Burgos, y otros tres de Sestao, Oviedo y Logroño. Su principal inconveniente fue que los jugadores no pudieron disputar ningún partido en Vallladolid puesto que no disponían de instalación.

Al principio, el equipo tan solo contaba con dos jugadores, los dos hijos de José Ángel Renero. Poco a poco se amplió la plantilla y llegaron a contar con 15 jugadores en sus filas. Todo un éxito para un equipo recién creado. Ahora el club ya cuenta con 19 fichas sénior y otras diez de cadetes, en total dos equipos que luchan por mejorar día tras día.

Para lograr su objetivo de disponer de instalaciones para los entrenamientos el Waterpolo Valladolid entró a formar parte del Club Natación Parquesol como una de sus secciones. De esta manera, participaron en la II Copa Regional de Waterpolo, con otros dos equipos de la comunidad y los que acudieron de fuera de ella por invitación de la Federación de Castilla y León. Desde el principio lucharon por poder entrenar en la piscina con el balón, pero no consiguieron nada en su primera temporada.

Después de numerosas conversaciones con la Fundación Municipal de Deportes, la situación del Waterpolo Valladolid cambió radicalmente. Desde el pasado 26 de enero, el Ayuntamiento, a través del concejal Alberto Bustos, dio el visto bueno a la utilización del balón en las instalaciones municipales de Huerta del Rey.

El objetivo del Waterpolo Valladolid es claro: consolidarse e intentar desarrollar un proyecto de futuro. El club trata de que todos sus equipos de cantera puedan ejercitarse con el balón en el agua. Además, tiene la ambición de seguir creciendo y aumentar el número de conjuntos. A pesar de contar solo con dos equipos, José Ángel Renero pretende que el waterpolo se extienda y se haga hueco entre el deporte vallisoletano.