«Estoy en el lugar perfecto»

Álvaro Barrera Buitre (Móstoles, Madrid, 20 de octubre de 1992) pasa revista a la actualidad del Naturpellet Segovia a apenas cuatro días de debutar en Liga en la cancha del Zamora.

¿Con ganas de empezar ya?

Con muchas. Los amistosos te quitan un poco el monillo, pero la temporada es lo que cuenta y tenemos muchas ganas y mucha ilusión. Y con la gente nueva y el proyecto que queremos hacer, más aún.

Apunta a año bonito.

Sí, y se nota. No sé cuántos abonos hay más que el año pasado, en los amistosos ha habido gente, y sí, el año pasado hicimos algo bonito pero queremos repetirlo e incluso mejorarlo. Tampoco tenemos una presión muy grande, pero queremos repetirlo está claro.

¿Es mejor el equipo?

Bueno, eso cada uno tendrá su opinión; a unos les gustará más unos jugadores y a otros otro. Lo que sí está claro es que hay una base, y eso es importante. Y luego si nos hemos reforzado con gente con nombre como Alvarito, puede ser bonito. Pero ya digo que el año pasado con la plantilla que teníamos hicimos lo que hicimos y ahora la podemos tener mejor o peor y hacer más o menos; depende de cómo vaya la temporada.

¿El vestuario está pensando en que es casi obligado clasificarse para el play off?

Suena a tópico, pero nosotros no pensamos más allá del primer partido. No sabemos cómo vamos a estar; solo hemos competido en amistosos y no te vas a guiar por lo visto en los amistosos, porque no son equipos que van a estar a tu nivel. Yo creo que hasta Navidades hay que ver cómo va el equipo, porque puedes tener buen equipo pero hay que sacar los puntos adelante. El objetivo nos lo marcaremos a partir de enero a ver de qué somos capaces.

¿Cómo ve la categoría este año?

Cambia mucho y los rivales se han reforzado mucho. Hércules y Cartagena son equipos que quieren estar ahí sí o sí. Si el año pasado había un nivel muy parecido, en este se va a dar un salto más y se van a meter más equipos con los que el año pasado no contábamos. El Lugo, O Parrulo son equipos difíciles allí y tienen buena plantilla... Yo creo que va a ser una Liga tan pareja como el año pasado e incluso un poco más.

¿Qué es lo que define a la Segunda División, lo que marca la diferencia?

Llegar a la mitad final de la temporada mejor físicamente que el resto. Así fue por lo menos en nuestro caso; fue cuando empezamos a entrar en una buena dinámica. Físicamente estábamos muy bien, éramos un equipo muy joven, corríamos para arriba y para abajo, no parábamos en todo el partido y eso al final se nota. Lo estamos trabajando mucho con Isaías [de Santos, el preparador físico del equipo] y creo que vamos a llegar bien al final. A eso hay que añadir la experiencia y la veteranía que puedan tener equipos como Valdepeñas, al que no fuimos capaces de ganarle ninguno de los dos partidos.

¿Y cómo son los partidos?

Yo creo que se deciden por detalles. En un partido igualado, una pérdida de balón atrás, un saque de banda... Son pequeños detalles que cambian un partido de un momento a otro. En Segunda División la concentración los cuarenta minutos es vital. Si tienes una caraja de diez minutos te puede costar el partido. También hay que saber jugar con el marcador. Son cosas que vas cogiendo con la experiencia, pero después del año pasado tenemos que dar un paso adelante en este sentido.

¿Es muy diferente a Primera?

Primera División es otro ritmo. No es que haya más o menos intensidad, sino que es un ritmo frenético y no tienes tiempo para pensar. En Segunda a lo mejor tienes tres segundos, allí uno y medio; juegas contra un Barça y esa gente no falla... Es otra calidad. Pero la Segunda División es bonita y también hay jugadores de calidad.

Ojalá Segovia pudiera volver a estar ahí arriba e ilusionar de nuevo a la gente ¿no?

Sí, está claro. La base de la ilusión está creada. Yo voy por la calle o me encuentro a gente en el pabellón y me dicen que este año sí. Es bonito que la gente tenga ilusión, pero también hay que tener los pies en el suelo e ir poco a poco. No nos tenemos que meter una presión innecesaria, sino ir partido a partido y dependiendo de cómo nos encontremos ir mirando objetivos. Eso sí, creo que podemos hacer algo importante.

¿Fue un palo que no saliera lo de Brihuega, con el que lo tenía casi hecho y le hubiera permitido volver a jugar en Primera?

Cuando tuve que tomar una decisión viví unos días bastante malos porque Segovia era mi primera opción desde el principio. Pero claro, cuando te viene un equipo de Primera y te da la opción... Lo hablé con mucha gente. El tren pasa una vez o dos, pero no pasa más veces. Yo siempre he creído en Segovia y el año pasado fue increíble. Y se lo decía a Diego [Gacimartín, su entrenador] y a todo el mundo: ojalá pudiera volver a Primera con Segovia. Segovia es especial. Jugar al fútbol sala y ser un referente en la ciudad es algo maravilloso. Por eso no tenía decidido qué hacer. Cuando finalmente me quedé aquí fue un alivio. Me siento muy cómodo, es como si llevara aquí toda la vida.

¿Qué tal la nueva directiva?

Muy bien. Son gente con muchas ganas de trabajar y de buscar cosas para que el club siga adelante. No paran. Tienen muchas ganas y yo creo que nos pueden ayudar.

¿Continúa habiendo el mismo buen rollo en el vestuario?

Sí. Tenía el miedo de que la burbuja que teníamos el año pasado se rompiera al irse tres o cuatro y venir tres o cuatro. Nos juntábamos para cenar, salir, ver una película, y no había problema con ninguno. Tenía miedo de que eso se rompiera, pero, aunque es pronto, el buen rollo que tenemos sigue siendo espectacular. Somos como una familia.

¿Qué le gusta hacer al margen del fútbol sala?

Pues estoy mirando a ver si me preparo las oposiciones de policía y también estoy buscando trabajo, porque tenemos mucho tiempo libre por las mañanas. También voy al gimnasio y practico otros deportes si puedo.

¿Y de la ciudad?

El ambiente, la gente es muy acogedora. Y que se respira mucho fútbol sala por todos los lados; cuando ganas y cuando pierdes. Pero es lo bonito, que estén siempre ahí. También se come bien y se descansa bien por el fresquito que hace. Y por supuesto, que Segovia es preciosa. Estoy en el lugar perfecto.