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Pedro Delgado (en la parte derecha), en los primeros metros de la marcha.
Pedro Delgado recuerda su primera victoria en la Vuelta junto a más de 2.000 corredores
Ciclismo

Pedro Delgado recuerda su primera victoria en la Vuelta junto a más de 2.000 corredores

La marcha cicloturista que lleva el nombre del exciclista segoviano reúne a los que fueron miembros del Orbea-Gin MG

nacho sáez

Sábado, 15 de agosto 2015, 14:35

«Parece que fue ayer». Los componentes del Orbea-Gin MG, el equipo con el que Pedro Delgado conquistó en 1985 su primera Vuelta Ciclista a España, volvieron a reunirse con el Acueducto como testigo. Lo hicieron invitados por el propio Pedro Delgado, que en el marco su tradicional marcha cicloturista quiso celebrar el treinta aniversario de aquella Vuelta a España, como ya hiciera el pasado abril de la mano de las marcas Orbea y Etxeondo.

Con más años pero vestidos con el mismo maillot que lucieron en el 85, Peio Ruiz Cabestany, Jokin Mujika, Felipe Yáñez, Ricardo Zúñiga, Jaime Vilamajó, Jerónimo Ibáñez, Mathieu Hermans, Anastasio Greciano, Manuel Jorge Domínguez y Txomin Perurena los nueve integrantes junto a Pedro Delgado de aquel Orbea-Gin MG y su director, volvieron a verse las caras (en algunos casos habían pasado décadas desde su último encuentro) y recordaron cómo se fraguó esa victoria que estrenó el palmarés en las grandes de Perico. «Fue una Vuelta durísima. Por el ritmo y por la climatología», evocó Jaime Vilamajó. «Cabestany cogió el liderato y lo mantuvo mucho tiempo, pero claro, luego está lo que hizo Pedro», concedió Jerónimo Ibáñez.

Pero en la mente de todos revolotea sobre todo aquella penúltima etapa en la que el exciclista segoviano neutralizó una desventaja de más de seis minutos respecto al primero de la general y se hizo con el maillot de líder. «El amigo Millar [Robert, que era quien marchaba en cabeza] se quedó sin equipo. Fue inolvidable para todos los que estuvimos presentes; casi casi un milagro», señaló el que era el director del equipo, Txomin Perurena. La impresión de que aquel día aconteció algo extraordinario se repite entre los que fueron miembros del Orbea-Gin MG. «Fue espectacular aquello y una sorpresa total. El marcaje que había entre Cabestany y sus dos rivales directos hizo que Pedro tuviese su oportunidad. Y él lo remató perfectamente», explicó Jerónimo Ibáñez. «El ciclismo está lleno de sorpresas. Son cosas que pasan de vez en cuando», abundó Jaime Vilamajó.

Al asaltar el liderato el penúltimo día, Perico le ahorró a su equipo el esfuerzo de tener que defender el primer puesto durante varios días, como suele ser habitual. «Nos puso el trabajo fácil porque solo quedaba la última etapa. Y en ella solo tuvimos que controlar el pelotón. Ya se lo dijimos: Si vas a ganar algo, así, el último día, y así nos dejas el trabajo facilito. Fue una inmensa alegría aquel día», celebró Jokin Mujika.

La Marcha Pedro Delgado les permitió revivir todas esas anécdotas que les dejaron las carreras. «Hacía años que no nos veíamos la mayoría, pero nos hemos vuelto a juntar y parecía que habíamos dejado el equipo ayer. Hemos vuelto a sintonizar como cuando estábamos en este equipo mágico», subrayó Peio Ruiz Cabestany, que echó la vista atrás y recordó que «era mi segundo año profesional». «Todos los del equipo salíamos desde aficionados y en ese momento no éramos conscientes de lo que estábamos consiguiendo», reflexionó.

Lo que consiguieron fue que España vibrara con el ciclismo como prácticamente no lo había hecho antes. «Pedro ha sido uno de los grandes de este país», aseveró Mujika. Su afirmación no está exenta de razón y basta con echar un vistazo a su marcha cicloturista, que después de veintiuna ediciones ayer se celebró la veintidós logró batir su récord de participantes. 2.200 aficionados al ciclismo se apuntaron a realizar los casi 165 kilómetros de los que consta la marcha, que incluye la ascensión a tres puertos de primera categoría y uno de segunda.

Diez nacionalidades

Un desafío para todos esos deportistas llegados desde diferentes puntos de España y de otros nueve países que se dieron cita. Para unos, el objetivo era simplemente acabar; para otros, en cambio, era bajar sus tiempos e incluso llegar los primeros a la meta, aunque la marcha no es competitiva. La organización registra los tiempos de cada participante e incluso elabora una clasificación, pero solo premia al club que más corredores aporta (La Biela, de Segovia), al participante llegado desde más lejos (Juan Corroto González, de Tucumán, Argentina), al más joven (Daniel Fraile Sánchez-Migallón, de Madrid, 18 años) y al más veterano (José García Reina, de Granada, 76 años).

El palentino Miguel Ángel Andrés García, del club vallisoletano Más Madera, se llevó el premio honorífico de ser el primero en completar el recorrido. Lo hizo al imponerse en el esprín a otros seis corredores que emplearon cuatro horas y 27 minutos para concluir la marcha. Perico, que se mostró orgulloso de haber conseguido levantar una vez más una jornada festiva y de haber podido recordar la Vuelta del 85 con los que fueron sus compañeros, llegó dieciséis minutos después y repartió simpatía como en él es habitual.

Porque si atractivo es correr una marcha así, mucho más lo es hacerlo junto al exciclista, ídolo de varias generaciones. Es un premio mayor que cualquier otro que pueda entregar una cita de este tipo. Además, como cada año, el restaurante La Portada del Mediodía, se encarga de dar de almorzar a todos los participantes y sus acompañantes. Sirve los platos mientras la marcha rinde homenaje a los fallecidos Antonio Llorente Saronni, Basilio García, Nicomedes Abad y Eugenio Cuerdo. Otro acierto de una cita con una magnitud solo comparable en Segovia con la Carrera Fin de Año y la Media Maratón. Más de 30.000 botellines de agua se repartieron entre los corredores, además de varios miles de refrescos también. El efecto Perico no se apaga.

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