«Me veo como un escultor que modela los cuerpos para encontrar la perfección»

–¿Cómo llega un vallisoletano a ser fisioterapeuta del Comité Paralímpico Español?

–Pues trabajaba en una clínica privada y un paciente me comentó que estaban buscando fisioterapeutas para trabajar con los deportistas paralímpicos. Fue hace siete años ya, y lo que comenzó con un trabajo específico para tratar atletas principalmente, pasó a uno global en el que trabajo deportistas de todas las modalidades. El objetivo del Comité es crear una red de clínicas para no dejarnos a nadie fuera y que todo el mundo tenga oportunidades de fisioterapia. A un deportista del CAR de Madrid es fácil llegar, pero si sale uno en un pueblo de Castilla y León con la dispersión que tiene, el acceso es más complicado y eso es lo que queremos abarcar.

–¿Qué diferencias se ha encontrado al trabajar con deportistas con discapacidad respecto a una fisioterapia convencional?

–Es bastante similar a lo que pensamos. Al final un tenista en silla de ruedas, por ejemplo, sufre de las principales articulaciones implicadas: hombro, codo, muñeca… La única diferencia es que se pierde el componente de tensión en el tren inferior, pero generalmente aparecen las mismas lesiones. A nivel psicológico, es importante que los deportistas con discapacidad tomen conciencia de cómo es su cuerpo, para que el progreso sea más rápido.

–¿Cómo empezó a trabajar con Marta Fernández y Luis Huerta?

–Pues en esa expansión y ampliación de la cobertura de la fisioterapia a nivel nacional, nos encontramos con dos nadadores que acababan de participar en los Juegos de Tokio y que requerían de esos servicios. Casualmente, ambos entrenaban en Valladolid y, aunque yo vivía en Madrid por aquel entonces, los vínculos hicieron que nos encontrásemos en el camino. La verdad es que hemos congeniado muy bien y ahí seguimos con ellos. Además, ahora vivo en Valladolid de nuevo, así que es todo mucho más fácil.

–¿Y cómo los ve a nivel físico? ¿Cómo han llegado a estos Juegos?

–Pese a que hemos tenido altibajos, han llegado a París como aviones. Se ha hecho muy buen trabajo de preparación y reparación, llegan muy finos. Es verdad que tuvimos un momento de crisis en junio por unas molestias en los hombros de ambos a la vez, pero en 15 días los sacamos adelante y volvieron a entrenar en seguida.

–Marta Fernández acabó los Juegos de Tokio realmente tocada a nivel físico, ¿ha previsto eso a nivel de prevención y recuperación?

–Marta tiene un calendario muy extenso porque compite en muchas pruebas y casi todas seguidas. Viene en buen estado porque el trabajo previo ha sido bueno. Tanto a Marta como a Luis les he estado viendo una o dos veces por semana. Siempre les preguntaba cómo estaban y si tenían alguna molestia. Hacía el tratamiento e iba repasando todas esas zonas. Al final me veo como un escultor que va modelando sus cuerpos para encontrar la perfección. Tampoco soy un fisio que les corte demasiado a la mínima molestia. Me gusta que sigan entrenando, siempre que no sea algo incompatible, porque a nivel mental les ayuda y eso también es importante en la recuperación.

–Son para usted los primeros Juegos Paralímpicos, ¿cómo los está viviendo?

–Aunque los que ya lo han vivido siempre te hacen 'spoiler', no te llegas a imaginar lo que es. Es una experiencia alucinante. A nivel deportivo pienso que es lo más alto a lo que puedes llegar. A nivel de trabajo todo se multiplica. En tres días que llevamos aquí, hemos realizado casi 500 intervenciones. Hemos venido trece fisioterapeutas con la delegación española y no damos abasto.

–¿Se ve muchos años trabajando con deportistas paralímpicos?

–Pues espero que sí, porque trabajar con este colectivo me recarga las pilas.