Tras los pasos de Purificación Santamarta

Marta Fernández no tiene techo. La paralímpica burgalesa se ha hecho con una nueva medalla de bronce, esta vez en la prueba de 50 braza SB3. Se trata de su tercera presea en París que, sumadas a las conseguidas en Tokio 2020, hacen un total de seis. Lo más sorprendente es que aún le queda una prueba individual y un relevo por disputar, lo que podría convertirla en una leyenda del deporte castellano y leonés a sus 30 años recién cumplidos.

En esta ocasión, la prueba estuvo dominada por la italiana Monica Boggioni de principio a fin, batiendo el récord paralímpico de la especialidad, y dejándolo en 53:25. La lucha por la plata cayó esta vez del lado brasileño. Patricia Pereira superó a Marta por tan solo 32 centésimas (58:63) en un final muy disputado y tras un mal comienzo de la burgalesa. «No me he encontrado a gusto en toda la prueba. Ya lo he notado desde por la mañana. La apuesta era grande, nadar cinco días seguidos, y estoy agotada», declaró Fernández en zona mixta. «Tengo que dormir bien y descansar porque aún quedan más pruebas y lo quiero hacer bien», admitió.

No en vano, el nivel en la piscina sigue aumentando año tras año a la vista de los numerosos récords superados en París. «El año pasado fui oro con la misma marca que he hecho hoy. Hay que seguir trabajando y entrenar duro porque si no, te quedas atrás», manifestó la burgalesa.

Con esta medalla supera a deportistas paralímpicos de Castilla y León como María Angeles Fernández y Enrique Sánchez-Guijo, y se va a la caza de su paisana Purificación Santamarta. Se da la circunstancia de que ambas tienen dos instalaciones con su nombre en el complejo deportivo de San Amaro de Burgos, las pistas de atletismo y la piscina. Santamarta ostenta el récord de medallas de una deportista castellano y leonesa en unos Juegos Paralímpicos con la escalofriante cifra de 16 metales. Marta Fernández ve el reto muy lejos. «¡Uff! Aún no me lo planteo. Además, Puri tiene muchísimas medallas de oro. Son palabras mayores porque son gestas únicas», reconoció en la zona mixta de La Defense, la espectacular piscina olímpica de París.

Marta Fernández mira al cielo por tercera vez en París. Acaba de recibir su tercera medalla y se la dedica una vez más a su madre, fallecida este año tras una larga enfermedad. Lo tiene claro y lo expresa con emoción. «Son todas para ella».

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