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sergio perela
Segovia
Domingo, 24 de enero 2021, 13:31
Estudiar y entrenar. EN eso se resume el día a día del piragüista segoviano. Tiene su cuartel general en Cataluña, pero viaja constantemente por todo el mundo con la misión de entrenar en las aguas más propicias para construir su sueño: el de aspirar a ... lo máximo en los Juegos de Tokio. Un maestro de las aguas bravas nacido y criado en las aguas tranquilas del Eresma.
-¿Cómo fue el momento en que todo se detuvo, el del confinamiento?
- En el momento del confinamiento te cambia todo. Por primera vez tenía un calendario marcado claramente cada día, uno por uno, lo que tenía que hacer para llegar a los Juegos. Después de haber estado entrenando por medio mundo, tocó volver en marzo a Segovia, a Palazuelos y, cuando pensabas que ibas a tener un plan tranquilo, para nada. Y en verano, de vacaciones, tampoco, porque cambiaron los planes de trabajo.
Decidí incrementar los créditos de Ingeniería Informática, que estoy estudiando en la Universidad Isabel I, de Burgos. Así al menos aprovechaba también para mandar la mente hacia otro lado.
-¿Supuso mucho ese parón en la preparación para los Juegos?
-Tengo la suerte de que soy joven, con lo que el trabajo físico no tardas mucho en recuperarlo y puedes dedicarle tiempo a otro tipo de trabajo técnico y táctico que se puede desarrollar igual. Y, de hecho, al haber por medio un año más, puedo todavía mejorar mucho en ese sentido.
-¿Qué se le pasa por la cabeza en el momento del aplazamiento de los Juegos de Tokio?
-Es verdad que te pilla todo entrenando, haciendo las series y sufriendo, y está claro que la cancelación te produce un punto de frustración, porque llevas mucho tiempo trabajando exclusivamente para ello. Pero he aprovechado para algo que, desde fuera, puede parecer una tontería pero que es muy importante: sentir el agua. Vengo de un pantano de aguas tranquilas en Segovia y los demás competidores se han criado desde muy temprano, algunos desde los cuatro años, en aguas bravas y la verdad es que hubo un tiempo en que pensaba que nunca les podría coger, que jamás podría llegar a su nivel. He trabajado mucho en percibir esa sensibilidad con el agua y ahora veo que, incluso, puedo estar por encima de muchos de ellos.
-¿Parte con desventaja en su deporte por el hecho de haber nacido donde lo ha hecho?
-No parto con desventaja por crecer y aprender donde he aprendido. Creo que, de hecho, es positivo porque yo además he practicado de pequeño otros deportes y he cogido herramientas que puedo aplicar ahora. De todos los deportes que he practicado puedo sacar algo. Por ejemplo, de la natación, todo lo que tiene que ver con propulsión y elementos de condición física; de cuando era portero de fútbol, los reflejos y la capacidad de concentración que ahora puedo aplicar para ciertas maniobras o para esquivar los palos, en determinadas situaciones en los rápidos.
-¿El deporte puede dar las armas para afrontar de otra forma situaciones tan complejas como el confinamiento o esta pandemia? Porque, por las marcas que se ven en muchas disciplinas, parece que los deportistas lo han asimilado mejor que bien...
-Es verdad que muchas veces nos aparcamos en una rutina y el no recibir estímulos nuevos no nos hace evolucionar. Pero de repente piensas: ¿cuántas veces no he podido estirar como he querido? Y te dedicas a estirar bien, e inviertes tu tiempo en hacerlo. O, ¿cuántas veces no has dedicado el tiempo suficiente a visualizar circuitos? Y te centras en ello, y caes en detalles que antes no habías visto con esa perspectiva. Y creo que ese tiempo invertido en intangibles ha conseguido lo que estamos viendo en los deportistas.
- ¿Está intranquilo por lo que pueda pasar finalmente con los Juegos de Tokio?
- Cuando ves las noticias de que pueden aplazarse de nuevo los Juegos o incluso no celebrarse, te tiembla el mundo, sí. Pero no es algo que pueda controlar, no depende de mí, así que no puede determinarme. Mi sueño es llegar a Tokio, con lo que debo pensar que esos Juegos van a disputarse y trabajar pensando en que van a disputarse; porque si no, si pienso en que sólo hay un 50% de posibilidades, trabajaré al 50% y no llegaré como debo.
-Algún día su sueño fue ser olímpico. Ahora que lo tiene tan cerca, ¿sigue siendo ese o ha crecido?
- Hace seis años mi sueño era llegar hasta donde pudiera llegar. Hace tres ya soñaba con ir a los Juegos, pero me parecía poco menos que imposible. Ahora sé que lo que debo hacer es disfrutar del camino. El siguiente sueño es darlo todo, dar mi nivel, porque está claro que ahora que sé que voy a ir, ya no me puedo conformar con ir. He de ir y, una vez allí, dar todo lo que tenga dentro sin pensar en cuáles pueden ser mis límites.
- En cuanto a lo económico, ¿se están manteniendo los apoyos necesarios?
-No soy de los deportistas que tiene muchos patrocinadores, pero desde luego que estoy contento con los que tengo porque me apoyan mucho. Acabo de renovar con la marca de remos EPAL y puedo continuar con los de casa, con el apoyo de la Diputación de Segovia y el Ayuntamiento de mi pueblo, de Palazuelos de Eresma.
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