Ralph Lauren no falla. Va sobre seguro. Sus modelos representan el clásico estilo americano: atemporal y universitario. Muy ‘preppy’.

Vestidos para ganar

Ralph Lauren vuelve a equipar en Río a EE UU, Stella McCartney a los británicos, Armani a Italia, Lacoste a los franceses... En España esta vez lo hemos dejado en manos de Joma, fundada en un pequeño pueblo de Toledo hace medio siglo

irma cuesta

Martes, 2 de agosto 2016, 18:12

Fructuoso López (Portillo de Toledo, 1943) anda pellizcándose a cada rato para comprobar que no está soñando. El hombre que con ocho años se ganaba el pan trabajando en un pequeño taller de reparación de calzado de su pueblo, y que con 22 se armó de valor, montó una empresa y comenzó a fabricar botas de fútbol de colores, solo tendrá que esperar unos días para ser testigo de cómo la selección olímpica española pasea su nombre por el mundo. Ella, y otras nueve más: México, Portugal, Andorra, Malta, Moldavia, República Dominicana, Guatemala, Bulgaria y Marruecos. En total, 1.600 personas entre ellas, 800 deportistas colocarán a Joma, la marca que creó con tanta ilusión como coraje, a la altura de los más grandes del planeta.

Publicidad

Ha pasado un año y medio desde que las negociaciones de la firma toledana y el Comité Olímpico Español se cerraron con un satisfactorio acuerdo para ambas partes. Dieciocho meses en los que las 20 personas que integran el equipo de diseño y el centenar que forma parte del departamento de confección de Joma se han dejado la piel. «Era un reto, sin duda. A nivel de producción y de logística. Había que hacer lo mejor con la mejor tecnología; producir prendas muy técnicas, con costuras que no rocen y la mejor transpiración», explica Beatriz Sánchez, la orgullosa portavoz de una firma familiar en la que buena parte de su staff hace estos días las maletas rumbo a Río. «Estamos muy orgullosos y, desde luego, no queremos perdérnoslo. ¿Que cómo está Fructuoso? Pues emocionado. Él siempre dice que con trabajo todo es posible y esta es la prueba».

Quienes ya tienen desde hace días todo preparado son los deportistas, que ya han empezado a aterrizar en Brasil soñando con la gloria. Hace unos meses, gracias a una aplicación informática diseñada por Joma, cada uno de los miembros de la delegación española remitió sus medidas a la firma, que comenzó a producir sus pedidos de inmediato. Hecho el trabajo, los equipajes se les han enviado a las direcciones que cada uno de ellos ha creído conveniente. Todos incluyen un traje de desfile, cuatro prendas de podio que solo usarán en caso de conseguir medalla y otras treinta más que deberán llevar puestas desde que salgan de casa hasta que acaben los Juegos. Solo colgarán sus Joma en el armario en el momento de la competición. Entonces, además de los colores españoles, llevarán la ropa que ha dispuesto su patrocinador.

Un largo camino

En Portillo de Toledo, un pueblo que no llega a los 2.200 habitantes, todos recuerdan los comienzos de Fructuoso, su empeño por abrirse camino, las dificultades de los primeros años y el largo trayecto recorrido hasta que en los años 90 se convirtió en el líder en ventas de calzado de fútbol dentro del mercado español. «Joma fue la primera marca en lanzar botas de colores al mercado. Hasta entonces todas eran negras. Montamos una campaña titulada El color en el fútbol y gracias a las blancas de Alfonso Pérez y las rojas de Fernando Morientes nos consagramos en el mercado. Luego, el resto de las marcas nos copiaron la idea», cuenta encantada Sánchez. Muestra de que las cosas las han hecho bien son también los títulos que obtuvieron en 2012 como tercera marca con mejor imagen en el sector de deportes en España después de Nike y Adidas, dos gigantes, la cuarta en el sector de calzado y la quinta marca minorista más rentable.

Hoy, Fructuoso y sus siete hijos todos ellos con distintas responsabilidades dentro del emporio, poseen unas oficinas de 15.000 metros cuadrados en el mismo pueblo que les ha visto crecer, además de otros 70.000 en complejos anexos. Allí sigue estando su base de operaciones, aunque cuentan con filiales en Estados Unidos, Cuba, México, Panamá, Hong Kong, Italia, Alemania y Reino Unido, y una red de distribución que se encarga de colocar sus productos en más de un centenar de países de los cinco continentes. «La verdad es que no hemos notado la crisis económica. Incluso hemos crecido. Pero también es cierto que actualmente el 60% de nuestra producción se exporta», apunta la portavoz de la casa.

Publicidad

Es fácil imaginar la emoción que estos días embarga no solo a la familia López, sino a los 300 empleados directos de Joma. Especialmente ahora que todo el mundo aplaude su trabajo para nuestros olímpicos. Nada que ver con lo que pasó hace cuatro años cuando España entera entró en shock al ver a los deportistas con las equipaciones de Bosco. Los increíbles diseños de la firma ruso-italiana para los Juegos de Londres consiguieron lo que parecía imposible: que todo el país se pusiera de acuerdo en algo, en lo feos que eran. Hubo quien aseguró que podrían causar un daño psicológico devastador.

Ver a los nuestros disfrazados de Power Rangers venidos a menos mientras el resto de contrincantes se pavoneaba por la villa olímpica arropado por creaciones de Stella McCartney, Armani, Prada o Ralph Lauren, fue difícil de digerir. Y eso que hace ya muchos años que los especialistas en marketing y moda comprendieron que hay pocos escaparates tan universales como el de la ceremonia inaugural de unos Juegos. La de Londres reunió a 900 millones de espectadores.

Publicidad

Cuba, con suelas rojas

La Asociación de Creadores de Moda de España (ACME), que preside Modesto Lomba y aglutina a 56 firmas que participan en las principales pasarelas nacionales e internacionales, comparte esa idea. «Los Juegos son una oportunidad de oro no solo para poner en valor lo mejor del deporte. Son también un gran escaparate del país en sí mismo y de la imagen que se quiere transmitir al resto del mundo», explica Lomba, que aplaude la decisión del Comité Olímpico Español de dejar en manos de una firma nacional el diseño de la indumentaria de los deportistas. «Muchos países han unido moda y deporte haciendo que sus atletas de élite vistan las creaciones de sus diseñadores o de sus marcas más representativas desde hace varios años. En el caso de España, por fin hemos recurrido a una marca deportiva propia», ahonda el diseñador. Así, Stella McCartney vestirá a los británicos, Lacoste a los franceses, Ralph Lauren a los norteamericanos, Giorgio Armani a los italianos, los hermanos Dean y Dan Caten, de Dsquared2, a los canadienses y H&M a los suecos. Aunque no siempre se cumple esta regla. Ahí está el novedoso caso cubano. Si el patriarca de Joma no cabe en sí de gozo sabiendo que su J acompañará a la escuadra española en la batalla olímpica, qué decir de ellos. Christian Louboutin firma la indumentaria de los 120 atletas de su equipo olímpico. Cuba no se ha visto en una igual desde que, antes de la Revolución, los escaparates de La Habana exhibían con orgullo las últimas novedades de París. Todos los deportistas de la isla que pisen Río lo harán con las icónicas suelas rojas del creador francés. No habrá tacones de aguja, pero sí sandalias con la máxima altura que permite el reglamento olímpico: tres centímetros.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad