Olyslagers y el diario que sirve de inspiración

La australiana, plata en altura, apunta los detalles de cada salto, los califica y repasa sus frases motivacionales

Igor Barcia

Enviado especial París

Martes, 6 de agosto 2024, 00:25

Cada vez que Nicola Olyslagers ejecuta un salto de altura, haya superado o no el listón, regresa a la zona de espera, se tumba con la cabeza apoyada sobre su mochila y hecha mano de una agenda negra, rotulada con letras doradas donde se puede ... leer 'For his glory'. Toma un boli, escribe en él y repasa las páginas hasta que llega de nuevo el turno de activarse para el siguiente salto. Así una y otra vez hasta que anoche la australiana de 27 años logró superar la barrera de los dos metros para su felicidad y la del entrenador que acompañaba sus saltos desde la grada, y alcanzar una medalla de plata con la misma altura que la inalcanzable campeona y plusmarquista mundial Yaroslava Mahuchkih.

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Después, en el interior del estadio, llegó la explicación a su rutina. Olyslagers, con una sonrisa que no entraba en la sala, explicaba a los periodistas australianos con el libro en la mano qué era eso que apuntaba con tanta concentración en pleno concurso de salto de altura. Después de cada salto, evalúa su rendimiento, considerando elementos como el despegue, la carrera y el salto en sí, puntuando cada uno de ellos sobre 10. Posteriormente revisa estas valoraciones con su entrenador, Matt Horsnell. y en base a esas calificaciones, se hace una composición de lo que debe mejorar en el siguiente intento. Me ayuda a separar la emoción y me centra en la acción, en lo que debo hacer a continuación», afirmaba sobre una idea que surgió en 2019 después de hablar con su psicóloga deportiva.

La saltadora de Nueva Gales del Sur reía al admitir que suele ser muy exigente con sus calificaciones, y que en la final un 10 en dos saltos: el tercer intento sobre dos metros que le dio la medalla de plata y el primer intento sobre 2.02, pese a derribar el listón. Allí estaban, a la vista de todos, las notas que se había dado a sí misma esa noche.

Eso en cuanto a las anotaciones técnicas. Porque el diario tiene mucho más. Al mostrarlo a los periodistas, se podían ver cientos de anotaciones deportivas de otras competiciones y entrenamientos que le permiten consultar sobre cualquier aspecto técnico en el que tenga dudas para poder resolverlas en base a episodios pasados. Y al pasar las páginas, también se ven citas remarcadas y dibujos que le sirven de inspiración y de motivación.

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Nicola reveló que en este apartado tiene como base un versículo de la Biblia que escribió en su diario y que la convenció para disfrutar de las cosas de la vida en lugar de centrarse en lo que le molestaba. «Dice: el amor lo descubre todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo». Olyslagers entiende que este método también es una forma de relajarse y bajar pulsaciones después de un intento para centrarse en el siguiente, y aseguró que ya ha visto a otras competidoras hacer anotaciones en un cuaderno, lo que la hace feliz «porque parece que he empezado algo», sonreía una saltadora feliz y muy expresiva a la hora de relacionarse con los medios en la zona mixta.

La subcampeona olímpica recordaba que hace tres años en Tokio la competición duró casi tres horas, «así que tenía este libro para inspirarme. Casi podía escribirme una carta en el futuro para decirme: 'Oye, estás en los Juegos, pero mira esto y podrás recordarlos de nuevo'».

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Doble medallista

El ritual que ejecuta en cada competición parece que al menos funciona para ella, una referencia en el atletismo de Australia. Olyslagers, de soltera McDermott, se convirtió en la primera saltadora del país en superar la barrera de los dos metros y en los Juegos de Tokio, donde también fue plata, dio una medalla a Australia en altura tras 57 años de espera. Además de saltar y de escribir en su diario, a la competidora aussie le encanta pintar -en su libro se podían ver numerosas ilustraciones- y tocar el piano. Y tras su segunda medalla de plata olímpica, es una mujer plenamente motivada para futuras competiciones. «Lo que he visto en París es que tengo un gran potencial para alcanzar alturas más altas y récords nacionales más altos. Así que estoy pensando en Los Ángeles», afirmó.

La competición de salto de altura siempre deja imágenes llamativas de cómo se concentran las atletas para visualizar el siguiente intento. En España estaba el caso de la campeona olímpica Ruth Beitia, que se tapaba el rostro con una toalla. Y en esta cita de París, además del libro de Olyslagers estaba el caso de Mahuchkih, que se tapaba las piernas mientras se tumbaba. La ucraniana confesó que ella lo que hace varía de estrategia: «A veces miro las nubes, otra cuento de uno en uno para relajarme...».

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