Marta Arce / Abanderada de la delegación española paralímpica

«Sería muy bonito que los Olímpicos y Paralímpicos se disputasen a la vez»

–Acaba de desfilar por los Campos Elíseos como abanderada, ¿qué significa para usted?

–Es un privilegio y un honor que hayan pensado en mí para representar a mí país en la inauguración. Me siento muy orgullosa porque hay muchos grandes deportistas que también se lo merecen y ha sido una gran responsabilidad encabezar a la delegación aquí en París.

–Se va a competir en los mismos espacios que en los Juegos Olímpicos, por primera vez la mascota va a ser la misma… ¿qué falta para la equiparación completa del deporte paralímpico?

–Pues quizás que se compita en los mismos tiempos. Es cierto que a nivel logístico sería un lío, pero sería muy bonito que se llamasen 'Juegos Olímpicos y Paralímpicos' y que se disputasen a la vez. Lo único que nos quedaría junto con esto es que contásemos con los mismos recursos.

–¿Y no cree que eso le quitaría visibilidad a la discapacidad?

–Claro, pero eso es realmente la inclusión. Cuando la inclusión es real no destacas por tener discapacidad. Eso desaparecería de la ecuación porque ya no sería necesario, ya no estarías en desigualdad.

–Su discurso en la presentación de los deportistas olímpicos y paralímpicos españoles en la Moncloa destacó precisamente por esa reivindicación, ¿qué le pediría a los políticos?

–Que nos tengan presentes siempre. Que no tomen medidas sin asignar recursos porque si no, nos dejan vendidos.

–En relación a esto, ha comentado en varias entrevistas que su escolaridad fue muy difícil porque no se sentías incluida, y que concretamente en las clases de Educación Física le apartaban y no dejaban participar. ¿Cree que aún existen prácticas de este tipo?

–Es cierto que cada vez menos, pero aún existen. Falta mucha formación y motivación por parte del profesorado. Estamos muy a merced de la suerte que tengas con el profesor que te toque. También es verdad que las leyes avanzan en pro de los derechos de las personas con discapacidad, pero no podemos pensar que está todo hecho porque se hacen leyes y no se dota de recursos, y eso conlleva que pase a ser un problema del aula concreta con las consecuencias dramáticas que pueda tener para el alumnado con discapacidad.

–¿Cómo le explicaría a alguien que no conoce este mundo qué son unos Juegos Paralímpicos?

–Es un escenario que genera igualdad de oportunidades en el deporte y que permite a las personas con discapacidad competir con sus iguales y en su máximo esfuerzo. Esa igualdad de oportunidades la generan las numerosas clases deportivas de nuestro ámbito y sería imposible que fuese de otra manera.

–Aunque viva en Madrid, sabe que en Valladolid es una deportista referente y un ejemplo de superación, ¿qué vínculos guardas con la ciudad?

–Aunque pasé poco tiempo en Valladolid, me siento vallisoletana y lo defiendo a capa y espada. Además, ¡también me he casado con un pucelano!

–Antes de meternos con su competición, ¿qué opina sobre la polémica participación por primera vez de una atleta transgénero en estos Juegos, la italiana Valentina Petrillo?

–Igual me meto en un jardín tremendo, pero creo que llevamos toda la vida luchando por superar los clichés de género convencionales y, en una decisión que debería de ser biológica por la implicación que tiene esto en el rendimiento deportivo, no somos capaces de generar más categorías. La realidad es que la genética tiene un peso muy importante y, en los deportes de lucha concretamente más; y de lo que se trata es de competir en igualdad de oportunidades. Quizás el deporte ya no se puede ceñir a las categorías masculina y femenina exclusivamente.

–Tras un parón de casi cinco años tras los Juegos de Londres de 2012, lo que parecía una retirada se tornó en regreso, ¿qué le impulsó a volver a competir?

–Pues ver que en los Juegos de Río solo había una mujer en judo. Con todo lo que nos había costado levantar el judo femenino paralímpico, no podía quedarse así. ¿Cómo van a empezar las niñas a practicarlo si no tienen referentes? Eso y lo competitiva que soy. Necesito competir para sentirme deportista. También he comenzado a practicar paraescalada y estoy entusiasmada con abrir nuevas vías de participación.

–Respecto a París 2024, ¿está entre sus objetivos sumar otra medalla paralímpica?

–Siempre hay que pensar en la medalla. Ya no estoy en las quinielas como favorita, pero el judo es un deporte que en el primer combate la 21ª del mundo te puede mandar para casa. Y si no que se lo digan a la japonesa de los Juegos Olímpicos. Ese combate define perfectamente lo que es este deporte.

–¿Qué siente antes de salir al tatami a competir?

–Intento no pensar en nada. Simplemente intento hacer mi trabajo: colocar bien el peso, llevar bien el desplazamiento… y luego fiarme de mi intuición, que casi siempre me ha reportado buenos resultados. Mi entrenadora también me ayuda mucho. También es verdad que con tanta experiencia a las espaldas trabajo mucho el aspecto psicológico para quitarme presión.

–Con 47 años, tres medallas paralímpicas, cuatro mundiales y seis europeas, ¿estos serán sus últimos Juegos o deja la puerta abierta a Los Ángeles 2028?

–Después de tantos años, creo que la mejor forma de cerrar es dejar la puerta abierta, porque todos los años que he dicho que lo dejaba, nunca lo he hecho. Quizás con esa perspectiva sea capaz de superar mi problema para dejar la competición (ríe).