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Hace cinco años, Marta Fernández observaba a su ídolo Teresa Perales –la Michael Phelps de la natación española– desde el televisor de la residencia de deportistas de Río Esgueva en Valladolid. Vivía los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro con las sensaciones y los anhelos de quién sueña con seguir los pasos del maestro y convertirse en el alumno aventajado.
Un lustro después, aquella estudiante a la que no le gustaba nadar en las piscinas de Capiscol de Burgos y que comenzó a zambullirse para luchar contra su parálisis cerebral, no solo ha superado a la profesora, sino que se ha convertido en la nueva heroína de la natación paralímpica en España.
La burgalesa logró este jueves su tercera medalla en los Juegos de Tokio. Un bronce en los 50 libres –nadados a mariposa para más inri– con el que engrosar el botín más cuantioso de la delegación paralímpica española, con otro oro y una plata.
Fernández Infante, que comenzó a nadar de forma tardía a los 15 años y que dio el salto a la tecnificación en Valladolid al aprovechar sus estudios universitarios de Administración y Dirección de Empresas, se ha convertido en la abanderada del equipo nacional. Capaz de competir con Kilian Mbappé y su culebrón futbolístico con el Real Madrid, y convertirse en tendencia en las redes sociales en España.
Abrumada por su semana fantástica en el Centro Acuático de Tokio, permanece ajena al teléfono móvil para seguir concentrada en un sueño que comenzó con aquellas imágenes de su ídolo en la piscina brasileña. «Le hemos dicho que se olvide de todo y solo disfrute. No queremos que le distraiga todo lo que se está montando alrededor», afirma el vallisoletano Javier Alonso, uno de sus dos técnicos junto a Raúl Carrasco.
Felicitaciones de la Casa Real, de Pau Gasol... Convertida en ese mensaje de agradecimiento afable de políticos –entre anuncios de subidas de la luz y salarios mínimos–; o en tema de discusión entre los 'streamers' del momento. Un aluvión que ha seguido sobre todo a su medalla de oro el pasado martes en los 50 braza que la convierte en una de las mejores deportistas de Castilla y León de todos los tiempos. «Se lo debo a todas esas personas que están detrás de mí y han hecho posible este sueño», aseguraba de forma escueta aún entre unas lágrimas que emocionaron a todos los telespectadores.
Hoy hemos alcanzado las 33 medallas y ya hemos superado las logradas en Río!
Pau Gasol (@paugasol) September 2, 2021
🥉 Marta Fernández, 50 libres (S4)
🥉 @saraigascon, 100 mariposa (S9)
🥉 @cabrerallacer_h, jabalina (F12)
Los @Paralimpicos, recogiendo los frutos del trabajo bien hecho! Muy orgullosos de vosotr@s!👏🏻 pic.twitter.com/FDUycDDQOh
«Marta tiene una parálisis cerebral... La curiosidad es que no tiene nada que ver cómo se desenvuelve en el agua y cómo lo hace fuera», analizan desde la Federación de Deporte Adaptado de Castilla y León. Sus entrenadores y auxiliares recuerdan que incluso requiere de silla de ruedas para su vida diaria, una realidad que dista mucho de las brazadas de Japón.
«Nunca se rinde, y eso se lo hemos inculcado desde bien chica. Queríamos que fuese autónoma y se valiese por si misma», explica su madre Nunchi. Valores de superación y esfuerzo elevados a la máxima exponencia, capaces de contrarrestar el simple problema de recoger una medalla con las manos o de tener que ser ayudada para salir de la piscina tras deslumbrar en esta, pero con el cuerpo entumecido.
Los valores de una nadadora, que junto al vallisoletano Luis Huerta –de solo 20 años y diploma paralímpico en Tokio–, abren 'calle' para una generación de jóvenes deportistas que ya tienen un espejo en el que mirarse.
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