El Unami perdió este sábado una vida en su particular videojuego por la salvación. Delicado, el apellido del goleador de la Ponferradina B en el último minuto del tiempo reglamentario, viene al pelo para definir la situación de los segovianos, que ven alejarse a un ... rival directo y suman su tercera derrota consecutiva. Delicada fue también la celebración, pues le costó dejar el partido lesionado.
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La puesta en escena fue la esperada en dos equipos inmersos en la lucha por la permanencia. La presión estaba del lado local; por partir desde zona de descenso y porque en un filial la formación está por encima de los resultados inmediatos. Los segovianos buscaban más el juego posicional y el cuadro berciano confiaba en la velocidad de flechas como Hugo, que sirvió el primer centro al área, capturado sin apuros por Loren, que se estrenaba en La Albuera, un campo que conoció como juvenil azulgrana y como visitante con La Granja.
Respondió el Unami a balón parado. Lo que antes era un principal debe defensivo empieza a ser un argumento ofensivo. Velasco prolongó de cabeza un córner y Beni, el delantero vallisoletano procedente del filial de Unionistas, estuvo cerca de embocarlo en el segundo palo y firmar un debut inmaculado. Pero no llegó.
El paso de los minutos afianzó al Unami, cimentado por sus tres centrales y la calidad en el centro del campo de Jorge Sánchez o Quino. Este último ganó línea de fondo y sirvió un centro-chut que Baño despejó como pudo a córner. Fue lo más parecido a un tiro a puerta que presenciaron los espectadores en la primera parte.
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Pese a estar lejos del virtuosismo, el Unami tuvo ocasiones. Beni la tuvo tras un despeje deficiente del portero. El delantero remató de primeras con Baño vendido a media salida, pero su disparo no cogió portería. El meta de los bercianos era la principal fuente de peligro local; de nuevo, volvió a quedarse bajo palos en un envío que pasó a escasos cinco metros de su portería. Domingo fue con todo al encuentro de ese balón suelto y acabó golpeando al rival. La ocasión bien valía la amarilla, pensó entonces.
La vuelta de vestuarios trajo las mejores ocasiones del Unami. Alcubilla pidió penalti por un derribo de Rodríguez, que tenía amarilla. Tras una breve pausa, el colegiado no hizo sonar su silbato. El cuadro azulón había dado un paso adelante. Prueba de ello fue el mano a mano de Beni, que se coló entre los centrales, pero se escoró demasiado en su esfuerzo por superar al portero y cruzó demasiado su tiro a puerta vacía.
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El partido estaba en un momento de valle hasta que llegó el disgusto. Domingo trató de apartarse ante el regate de Lembezat, que vendió muy bien la falta del segoviano en una zona delicada. El árbitro se echó la mano al bolsillo para mostrarle la segunda amarilla mientras el inminente expulsado corría hacia vestuarios con una sonrisa irónica para no desfogarse. Tras la expulsión, Folgado se replegó relevando a Alcubilla por Jorge Sánchez. Línea de cuatro atrás y medio del campo reforzado para guardar el punto. A cambio, se acabó el ataque. Una fórmula que no funcionó. Una vida menos. Quedan trece.
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