El Unami no quiere ser el equipo que juega como nunca y pierde como siempre. Su técnico, Gonzalo del Valle, es consciente de que la permanencia en Tercera División, categoría que el club recupera una década después, exige sapiencia competitiva. «Estamos trabajando a tope, con ... mucha ilusión y con expectación para saber cuál va a ser nuestro nivel real», declara. Confía en el potencial de su grupo, pero el reto exige madurar rápido. «Tenemos mucho margen de mejora. Podemos aspirar a hacer un buen año, pero hay que pulir algunos detalles. No me vale con ser 75 minutos competitivos. En esos 15 que bajes el pistón, estos equipos te matan», afirma. Habla de «errores de competitividad», de saber cuándo hacer una falta, de esas pequeñas lagunas de concentración que cuestan goles y que definen temporadas.
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La normativa de Tercera División permite 22 fichas, seis de ellas sub-23. El club tenía a un nutrido grupo que abandonaba esa categoría y solo ha mantenido al lateral Adrián Contreras. Del Valle resume la filosofía: «El bloque se mantiene y hemos dado dos o tres pinceladas. Primero, buscando que fuera gente de Segovia porque se identifica más y te da continuidad». La plantilla está cerrada salvo una ficha libre por si se presentara alguna ganga en los últimos días del mercado de fichajes. «Siempre hay algún jugador de Segunda RFEF que se queda en la estacada», avisa.
La portería la ocuparán Kengo, un japonés que viene de la Preferente madrileña, Víctor Martínez, que ya estaba el año pasado, y Alfonso, el juvenil que estuvo con la Segoviana en División de Honor y que se va a repartir entre el filial y el Unami. Los laterales son Rubén Pérez y Contreras, que se mantienen del curso anterior, con el regreso de Centeno y el fichaje de Sergio Alcubilla, uno de los fichajes que más alegran a Del Valle. Llega desde México: es un portento físico, puede jugar como lateral izquierdo y también más adelantado y acredita experiencia en Tercera.
Como centrales repiten Vicente, Sergio Prieto (el capitán), Jorge Jiménez y Cámara. La intención del club es completar la zaga con Diego Almendáriz y Hugo Marcos, canteranos de la Segoviana, en función de las fichas disponibles. En el mediocampo está Jorge Sánchez, un sub-23 segoviano que estaba en el Diocesanos el año pasado y quería volver a Segovia. Del Valle destaca su potencial y su disciplina. Siguen dos clásicos del último lustro como Javi de la Cruz y Quino. También Domingo, que se incorporó en el tramo final de la pasada temporada, y Chechu, una de las piezas más polivalentes.
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Y las principales novedades. Desde La Granja llega Ibra. «Vino a ganarse el puesto y me ha convencido totalmente. Tiene mucho nivel, calidad técnica y ha venido con ganas de ganarse la ficha. Es un jugador versátil y tiene mucha agresividad». Con él llega Víctor Velasco, capitán hasta el año pasado del club granjeño. Del Valle confiesa que era el jugador que marcó como prioritario en cuanto el Unami logró el ascenso. «Es un jugador con experiencia, competitivo y duro, que es lo que nos faltaba el año pasado en el mediocampo», indica. Está cuadrando su conciliación laboral y el club contará con él a pleno rendimiento en los próximos días. La línea la cierra otro japonés, Hitoshi, procedente de la Tercera madrileña. «En principio parecía inalcanzable, pero estaba Kengo y él quería mostrarse en otro grupo... Físicamente es un toro; hay que pulirle algunos aspectos tácticos, pero es muy agresivo. Y me da variantes», explica.
La delantera la forman dos pilares del curso pasado como Rogero y Diego Alcubilla. «Contra la Segoviana volvieron locos a defensas de Segunda RFEF. Son los dos sobre los que quiero construir el proyecto. También está Esperalta, que también puede jugar de extremo y marcó el curso pasado 16 goles en la Preferente madrileña. No estará Koby, el máximo goleador del grupo en la Regional el curso pasado, la baja que más ha sorprendido de cara a este curso.
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Harán falta goles, porque el grupo de Tercera no tiene combinados de piedra. «Quitando nosotros y el Becerril, a priori no son equipos para descender. Son clubes que llevan ahí mil años. Pero claro, descienden tres, más los arrastres». Del Valle habla de una categoría con un nivel medio mayor que hace años, lo que dificulta la vida a los recién llegados, pero sin equipos punteros que han dominado temporadas anteriores como Zamora o Segoviana. Pone como candidatos al ascenso al Real Ávila o al Salamanca UDS, descendido de Segunda RFEF. Alerta sobre equipos como Almazán o Bembibre, que han subido su presupuesto en los últimos años, y plantea incógnitas como Astorga, Arandina o los filiales.
Del Valle da mucha importancia al comienzo porque la Liga, que antes tenía 38 partidos, ahora solo tiene 30. «Hay menos tiempo de reacción en caso de que el inicio no sea positivo. Eso te exige estar a tope desde el principio», advierte. Tras muchos años buscando el ascenso, el Unami afronta ahora otro tipo de presión. «Es diferente tener que ganar todos los días, sin fallar, a la presión por jugar abajo. El tiempo dirá dónde vamos a estar. Es clave la forma de competir en momentos puntuales». En 30 jornadas, más de 2.700 minutos de fútbol, unos instantes puedes marcan el éxito o el fracaso. No vale desconectar. El técnico es optimista: «Parece que lo van entendiendo». Aún tienen varios días para llegar con la lección aprendida.
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El Unami ha optado por una exigente pretemporada son siete partidos, el grueso ante rivales de Tercera. Y aún sin conocer la victoria, algo que su técnico, Gonzalo del Valle, asumía con la elección del calendario. «Otros entrenadores prefieren jugar contra Preferentes y Provinciales para coger confianza. Yo soy partidario de que los jugadores sepan lo que se van a encontrar», comenta.
El cuadro azulón empezó su preparación con la visita de Muaithier, de la Segunda catarí, un duelo sin goles. Después, perdió ante el Torrejón (1-4) y ante la Segoviana (2-1), en un partido en el que mereció más. «Ese día dimos la de cal. Hicimos un partido muy bueno, superándoles, con más ocasiones que ellos. Pero al final te han ganado por dos detalles en los que fallas y se te va el partido», recuerda.
Algo parecido ocurrió en el siguiente compromiso, que terminó en tablas (1-1) en Palencia. El quinto lance, ante el Turégano, deparó un empate a dos en La Albuera. Y el sexto, el domingo ante el Galapagar, terminó también en derrota (1-2) en un duelo en el que fueron mejores y fallaron un penalti. Con todo, el equipo definitivo ya asoma. «Al principio dividíamos los minutos y ahora estoy dando más minutos a los que pienso que van a tener más protagonismo en el primer partido».
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