Es noche cerrada en Camargo y el sueño del Turégano se va a convertir en pesadilla. Por muy importante que sea un partido, el fútbol se resuelve en detalles. En este caso, una falta lateral. La sirve desde el flanco izquierdo el Velarde, el anfitrión ... del partido más importante de la historia para dos clubes de Regional que se juegan recibir a un Primera, quizás Atlético de Madrid, Athletic Club, Villarreal o Sevilla. El viento, dueño del encuentro, dificulta el vuelo del esférico y la prolongación le llega a Incera al segundo palo. Guille, el portero que ha mantenido en pie a los segovianos, sale al encuentro, pero la pelota le queda lejos y el atacante cántabro le bate con un toque sutil por bajo.
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Cuando ambos equipos conocieron su cita en el sorteo, no contaron con el tercer protagonista de la ecuación: el viento. El Turégano eligió campo para tener el viento a favor, pero las primeras ocasiones fueron para el Velarde. El cuadro segoviano busca un juego más directo, ganar las disputas aéreas, pero el anfitrión hilvanaba más el juego y, sobre todo, lanzaba enseguida las transiciones. La culpa la tuvo Saldaña, uno de esos jugadores que ejecuta la idea según la piensa. Gracias a un pase en profundidad suyo con el exterior llegó la primera ocasión, un mano a mano de Jorge con Guille; el meta del Turégano salió raudo y desvió el tiro raso con el pie derecho.
Velarde
Manrique, Solano, Mike, Sergio (Santi, min. 77), Saldaña (Beni, min. 70), Chus (Incera, min. 77), Jaime (Villanueva, min. 62), Lolo (Jorge, min. 70), Joako, Ndiogou y Güemes.
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Turégano
Guille, Borja (Julio, min. 83), Guille Duque, Morata, David Arranz (Luis Eugercios, min. 89), Jorge (David, min. 83), Carlos, Marcos, Rubio, Choflas (Cotrina, min. 73) y Luis del Barrio.
Goles: 1-0 (min. 85) Incera.
Árbitro: Pelayo Quirós Pérez. Amonestó con tarjeta amarilla a Sergio, Saldaña por el Velarde; a Luis del Barrio por el Turégano.
Incidencias: Partido correspondiente a la ronda previa de la Copa del Rey disputado en La Maruca (Camargo).
El Turégano, que había tenido tímidamente el dominio territorial en los primeros minutos, se acercó con un tiro potente de Luis del Barrio que buscó la colaboración del bote para despistar al portero. Sin suerte. Segundos después, el Velarde tejía otra transición certera que desembocaba en un pase en profundidad de Ndiogou a Jaime. Guille, con otra salida rápida, apagó el incendio. Fueron unos minutos complicados en los que el portero tuvo que salvar una cesión comprometida, librarse por los pelos de la presión de Lolo y desviar a córner un tiro muy lejano con un bote traicionero.
Superado el primer asalto, el Turégano frenó el ritmo y se acercó a balón parado, toda una lotería en un duelo mecido por Eolo. Ndiogou, que disparó en el corazón del área y no cogió portería, aprovechaba la corpulencia para jugar de espaldas y su buen toque parar asistir a los extremos. En esas, Jaime caracoleó dentro del área y simuló un penalti que provocó el primer rifirrafe del encuentro. El árbitro tuvo mano izquierda y apaciguó los ánimos en un partido de guante blanco.
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El paso por vestuarios bajó las revoluciones del Velarde y subió la confianza del Turégano, más asentado, no solo en cuanto a dominio posicional sino en cuanto a juego. Choflas entró en acción y la segunda línea se desplegaba, con Rubio internándose en área rival y Sergio frenando su avance en un corte muy arriesgado. Las camisetas verdes se prodigaban en área rival y la ocasión clara estaba al llegar. Un corte providencial de Güemes evito que llegara. Segundos después, Nduogou perdonaba tras un pase letal de Saldaña: o remató al aire o quiso dejarla pasar para que llegara su compañero. Sin suerte.
El Turégano no tenía miedo a un partido largo porque la preparación física es uno de sus puntales y porque descansó el pasado fin de semana. Luis Bertó no movió su banquillo hasta que sacó a Cotrina en el minuto 73 y el rival agotó sus cinco cambios cuatro minutos después, una apuesta clara por ganar el partido antes de la prórroga. La teoría decía que el paso del tiempo beneficiaría a los segovianos, con cuatro balas aún por disparar.
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Pero no. Los cántabros captaron el mensaje de su entrenador y se lanzaron a por la victoria. El partido era ya un ejercicio de supervivencia, de buscar el momento más que de grandes planes tácticos. ¿Tenía una marcha más el Turégano? Quedará la duda. El Velarde empezó a sumar acciones a balón parado y encontró el premio a su insistencia.
Cuando se vio por detrás, Bertó sacó a gigante, Luis Eugercios, dejando defensa de tres y adelantando a Guille Duque. A la desesperada llegó la mejor opción segoviana, con el portero subiendo a rematar el córner y dejando su meta desguarnecida. En la segunda jugada, el balón le llegó a Eugercios, que enganchó un gran testarazo, apenas el segundo tiro a puerta de su equipo. Manrique, el portero con cara de juvenil, sacó la manopla salvadora y atrapó el rechace. Luis del Barrio metió la pierna, pero ya era demasiado tarde. Ahí terminó la resistencia segoviana. El Velarde suplicó por megafonía que no hubiera invasión. En balde. Camargo celebró lo que viene, la fiesta del siglo. La que quería celebrar El Burgo.
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