Los tres minutos más largos de La Albuera

Fueron tan solo tres minutos de puro nervio e incertidumbre. La temporada, en 180 segundos. Fue el tiempo que transcurrió entre el final del partido en La Albuera, con triunfo frente al Unión Adarve, y la resolución del duelo que en tierras madrileñas enfrentaba al Alcorcón B y al Villanovense. Tras empatar los extremeños unos segundos antes del pitido final en La Albuera, los últimos minutos en Alcorcón fueron supusieron una prueba a los corazones débiles de Segovia. Un segundo tanto del Villanovense dejaba a los azulgrana sin fase de ascenso a Primera RFEF.

Muchos jugadores y aficionados de la Segoviana desconocían incluso que el Villanovense había empatado. Por ello, cuando terminó el partido en Segovia algunos empezaron la celebración antes de tiempo. Por ello, Pedro Astray desde la banda hacía gestos de calma. Todavía no estaba todo hecho y, por desgracia, la Segoviana tiene más de una mala experiencia en finales tristes.

En cuestión de segundos se organizaron piñas de jugadores y aficionados en torno a los teléfonos móviles en los que se seguía, como buenamente se podía, el transcurso del duelo entre Alcorcón B y Villanovense. Sin retransmisión por televisión, la radio y los dispositivos móviles ofrecían pocas novedades, más allá de un equipo extremeño que aun con diez buscaba el segundo tanto en Madrid.

El silencio se apoderó de La Albuera. Casi tres mil almas esperando una noticia. En el palco, cargado de políticos, muchos no entendían el escenario y pedían explicaciones a lo que sucedía. Tan solo había que esperar unos segundos más y que alguien dijera: «Se acabó».

Uno de los primeros en hacerlo fue Agustín Cuenca, presidente de la Gimnástica Segoviana. En el palco, miró a su teléfono móvil y apretó los puños. La Sego era equipo de 'play-off'. Apenas un segundo más tarde, la noticia llegó al césped.

El silencio que envolvió a La Albuera de pronto se convirtió en ebullición. Con decenas de aficionados sobre el terreno de juego, el final del partido en Alcorcón se gritó más que los goles conseguidos por Fer Llorente o por Diego Gómez. Esta vez sí, la historia no deparó un final amargo para la Segoviana.

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