Valladolid se vuelca con las campeonas del Mundo

Entre la muchedumbre de aficionados se camuflaron a la perfección el actual alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, y la concejala de deportes, Mayte Martínez, que vivieron el encuentro como dos espectadores más, con máxima emoción y sin despegar sus ojos de la pantalla.

El choque comenzó con los continuos aplausos de los aficionados ante el buen hacer de las jugadoras de la selección española, que dominaron prácticamente durante toda la primera parte. El sol empezó a apretar en el cielo vallisoletano, pero los valientes que encontraron un hueco frente a la pantalla gigante no se percataron de ello y siguieron sufriendo y lamentándose con cada llegada a ambos áreas. Y llegó el minuto 29 de encuentro. La euforia se desató entre todos los presentes con el zurdazo de Olga Carmona, que adelantó a La Roja en el marcador. Nadie se quedó sentado, los vallisoletanos saltaron de alegría para celebrar el primer gol español. Pero en ese momento, aún nadie era consciente de lo que estaba por venir.

El descanso calmó un poco los ánimos de los más sufridores, que aprovecharon esos minutos para acercarse a los locales hosteleros más cercanos y abastecerse con bebidas frías y algo de comida. El calor y la muchedumbre comenzaba a generar agobio entre los espectadores. Durante la pausa, varios aficionados que estaban disfrutando y vibrando con la final del Mundial aprovecharon para compartir con El Norte cuáles eran sus expectativas y cómo estaban viviendo este intenso partido.

Los nervios comenzaron a florecer en Recoletos a medida que iban pasando los minutos y la segunda mitad avanzaba con el marcador tan ajustado. Una mano dentro del área inglés provocó el caos de los vallisoletanos en el minuto 63. El VAR y la colegiada principal se fueron a revisar un posible penalti favorable a España en los monitores y los espectadores no podían creérselo, minutos agónicos. 'Se ve la mano claramente', 'No se puede tardar tanto en decidir' o 'Si va a revisarlo, lo pita' eran algunas de las frases que se escuchan en el ambiente, acompañados de pitos por la tardanza. La alegría refloró cuando la colegiada principal pronunció 'Penalti' y señaló los once metros. Los espectadores comenzaron a alentar a Jenni Hermoso, pero la parada de la guardameta inglesa dejó a los españoles enmudecidos.

La tensión era cada vez más palpable: protestas por el excesivo tiempo de prolongación, enfado con las faltas reiterativas de las inglesas, sufrimiento con cada internada en el área de Cata Coll y gritos de desesperación ante el retraso en el pitido final. Y, en medio de estas protestas, llegó la euforia. La final había concluido y los aficionados comenzaron a festejar un día histórico para el fútbol femenino español, que se trae desde Australia su primera estrella. La marea roja se fue disipando poco a poco por las calles de la ciudad, aunque los más entusiastas optaron por quedarse a ver como la selección española levantaba su primer trofeo de campeonas del Mundo. Este domingo España es una fiesta y Valladolid no quiso perdérsela.