La asamblea general ordinaria que la Gimnástica Segoviana ha convocado el próximo jueves 16 de junio no tiene, en realidad, nada de ordinaria. En ella se van a clarificar las cuentas del ejercicio recién terminado y, además de formarse una nueva comisión de revisión, también ... se votará su aprobación. Hasta ahí, todo normal. Después, se presentarán también los números en los que la junta directiva ha estado trabajando para configurar el presupuesto de la siguiente temporada, aunque dadas las circunstancias del club no diferirán demasiado con respecto a las de la anterior.
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Lo realmente importante a todas luces es lo que pueda ocurrir hacia el final de la asamblea, momento en que cobrarán relevancia los puntos que tienen que ver con la conversión en Sociedad Anónima Deportiva. Agustín Cuenca y toda su directiva, desde que salieron reforzados en las últimas elecciones, siempre han estado abogando por este paso. Y, aunque en un principio no tenían claras las fórmulas, sobre todo desde la experiencia fallida y fracturadora en el esquema social del club con Teknei; siguen pensando que esta solución económica es la única que puede traer estabilidad y posibilidades de crecimiento al club. Dada la falta de respuesta del tejido empresarial segoviano, salvo excepciones que poco a poco también han ido renovando su vinculación durante la última semana; existe la creencia en el seno de la directiva de que la idiosincrasia de la ciudad lleva a la búsqueda de una inversión exterior.
Se esperaba que en esta asamblea se planteara lo que está contemplado en el punto número 7 del orden del día: información propuesta sobre la conversión del club en SAD. Un punto en el que, salvo sorpresa, se van a exponer los mismos términos que siempre se han defendido junto con la idea de que el primer paquete accionarial salga en condiciones especiales y ventajosas para los socios. Este es un punto al que Cuenca le ha dado mucha importancia, la directiva ha trabajado sobre él buscando fórmulas específicas. Que exista la posibilidad de que sea el socio el que tenga la opción preferente y al menor coste posible de adquirir el control de su club. En este punto se espera que se desgrane de qué forma concreta se podrá ejecutar ese apartado, al que es verdad que se le da más importancia porque es el que puede reducir los argumentos del sector más crítico; que acudirá a la asamblea para defender su postura, igual que quiso hacerlo en las urnas.
En el punto siguiente de dicho orden aparece un enunciado que puede conducir a engaño: autorización a la junta directiva para buscar financiación si fuera necesario. Viniendo después del punto de la SAD, da la sensación de que se trata de autorizar a la junta a, en caso de que la inyección económica planteada no se cubra con la aportación preferente y condicionada de los socios, se pueda buscar una aportación externa. Pero no es así. En este caso se trata de buscar una vuelta a los estatutos del club. Esta temporada ha llegado a darse la situación de que el presupuesto se ha cumplido más a rajatabla que la llegada de algunas subvenciones, con lo que en un momento determinado ha habido, durante días, falta de liqudez. En este punto lo que busca la directiva es el permiso de los socios para, si hiciera falta pedir un préstamo rápido para acometer cualquier pago o cualquier inversión que estuviera al alcance, y siempre de baja cantidad; pueda hacerse sin necesidad de volver a convocar una asamblea de carácter extraordinario para ello.
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Porque en cuanto a la SAD, desde la fractura social que estuvo cerca de provocar que Agustín Cuenca se marchara del club, no se ha tenido en cuenta ninguna oferta en concreto. El presidente se ha limitado a recoger la información y a marcar unos plazos lo suficientemente dilatados como para tener la certeza de no estar caminando sobre arenas movedizas. Incluso llegó a haber reuniones de carácter informal con un grupo que llegaba de la mano del ex futbolista Juan Eduardo Esnáider. Una vez que el equipo mantuvo la categoría, todo volvió a ganar sentido de nuevo y es prioritario. Casi más que las decisiones deportivas.
De hecho, esta semana se ha trabajado más en el apartado institucional que en el deportivo, puesto que todavía no se ha hablado con ningún jugador. Únicamente se ha empezado a perfilar el cuerpo técnico y ni siquiera al completo.
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Es un clásico de estas asambleas de final de temporada poner sobre la mesa no solo el presupuesto con el que se quiere contar en la siguiente, sino también y en consecuencia, el precio de los nuevos abonos. Si bien la campaña no se quiere sacar, ni mucho menos, antes de que los socios actuales voten las importantes decisiones en torno a la transformación en SAD, porque la directiva entiende que es lo apropiado y lo que menos ampollas puede levantar.
La idea en la que viene trabajando la directiva es la de buscar opciones con las que se abarate el precio de los abonos sin que esto repercuta de manera decisiva sobre el presupuesto. Una fórmula compleja, pero necesaria para que los intereses deportivos, en lo que a la configuración de plantilla se refiere, no se vean perjudicados. No obstante, el tema del precio de los abonos también tiene un punto de política interesante. Porque el sector más crítico con el precio de los mismos coincide con buena parte del sector que también ha sido siempre más beligerante con la SAD. Sin ir más lejos, en la última asamblea celebrada el verano pasado en el Teatro Juan Bravo, el único que alzó la voz para expresar malestar en este sentido fue Carlos Martín García, el que fuera candidato de 'Segoviana Comunera' a la presidencia del club precisamente por su oposición total a lo que representa el modelo de Sociedad Anónima.
Otra de las razones de que la directiva se haya empezado a plantear este abaratamiento de los abonos tiene que ver con la respuesta que el público ha tenido en los últimos partidos del equipo en La Albuera. El hecho de que, en las dos mejores entradas de la temporada, se haya superado la cifra de 1.900 espectadores hace pensar que, ajustando precios, se podría llegar a duplicar el número de socios que se han conseguido captar para esta última temporada, que se quedó por poco por encima de los 900. Una cifra que, aunque heredera del pírrico en lo económico fútbol de pandemia, ha gustado poco a la junta directiva.
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