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La Gimnástica Segoviana tendrá el próximo año un filial senior que iniciará su andadura en Segunda Provincial. Tras probaturas con acuerdos de filialidad con otros clubes, la entidad azulgrana sigue el ejemplo de referentes como Ponferradina, Cultural Leonesa o Mirandés, con filiales asentados en Tercera ... División, y asume dentro de la casa la labor de surtir de efectivos al primer equipo. Es una decisión que pretende mantener dentro de su estructura a los jugadores que no logran dar el salto al primer equipo tras la edad juvenil y que quieren seguir peleando por esa oportunidad.
El objetivo es que ese filial esté compuesto por menores de 23 años. El responsable de la cantera de la Segoviana, Roberto Álvarez, repasa las pruebas de los últimos años. «Que si una filialidad con el Turégano, otra con el Unami… Al final eso no es bueno para nadie; ni para el resto de clubes, ni para nosotros. Si conseguimos hacer nuestra propia cantera con jugadores que pueden pasar al primer equipo y, a la vez, poco a poco ir subiendo de categoría, vamos a tener la estructura de un club como hace falta. Estamos condenados a eso, no nos queda otra». El reto es llevar a este equipo «por lo menos» a Regional.
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El reglamento federativo obliga a cualquier club senior de nueva creación a empezar en el piso más bajo de la pirámide: en el caso de Segovia, la Segunda Provincial. La filosofía del filial no sería hacer acopio de lo mejor del fútbol provincial, sino la formación. «Tenemos que buscar el perfil de futbolista que en un momento dado tenga capacidad para poder sumar al primer equipo. No es tener por tener. Chicos jóvenes con compromiso. Y que tengan ese potencial para poder aportar al primer equipo en dos o tres años». No se busca tanto a una estrella sino a gente que entre en dinámica con los mayores. «Y si un día hace falta un lateral derecho, lo tenemos ahí».
El ejemplo es Héctor Oliva, el juvenil al que tuvo que recurrir en octubre Ramsés Gil cuando se lesionaron los dos porteros titulares. A sus 18 años, estuvo a la altura, con una victoria y una portería a cero en Navalcarnero que valió un empate. Con Pagola y Carmona de vuelta, Oliva vuelve a su rutina, pero es una pieza testada para eventualidades. Hay tercer portero. El objetivo es contar con varios 'Olivas' para garantizar fondo de armario.
El responsable de la cantera azulgrana, Roberto Álvarez, plantea que haya jugadores sub-23 con ficha del filial, aunque estén en la dinámica del primer equipo. «Que estén entrenando todos los días con los mayores y cuando no entren en la convocatoria, jueguen con el filial». Esta es la solución que plantea a un problema. «Hay jugadores muy importantes que se han ido a otros clubes porque no había sitio para todos. En el Unami, en el Turégano o fuera de Segovia. A lo mejor de primeras no hay hueco, pero tienes cuatro para poder explotar a esos futbolistas».
El razonamiento de Roberto es que es la hora de abrir el melón, por mucho que lo frutos tarden en llegar. «El club está cogiendo una dimensión muy grande. El primer equipo está mirando hacia arriba en Segunda RFEF y ha decidido dar un paso adelante hacia una Sociedad Anónima Deportiva. Es posible que venga algún inversor o que el capital crezca porque el socio pone ese dinero. Sin querer, vamos a ir creciendo». Su apuesta es «ir plantando» porque «esto no crece de la noche a la mañana».
El club asume las trabas. «Va a costar mucho, sobre el papel todo es muy bonito». Los plazos de los ascensos los marcarán los jugadores. «Si cogemos una generación buena de diez jugadores…. Pero el Unami lleva años intentando subir y no hay manera». Es la fórmula del Turégano, un club que Roberto no considera competencia directa. «Se ha juntado un grupo de chavales que lo están sacando adelante, pero igual mañana se van a estudiar fuera y te quedas sin equipo». La misión de la Segoviana es que su horno no pare.
Roberto habla de un proyecto a largo plazo. «Ahora va a ser muy complicado porque empiezas en Segunda Provincial. Pero en el momento en que consigas meterte en Primera o subas a Regional, lo puedes tener todo». Clubes por debajo de la Segoviana han emprendido ese proceso. Es el caso del Unami, que lleva años buscando el ascenso de su filial a Primera Provincial, o La Granja. Lo mismo persiguió el Monteresma, cuyo filial ganó la Segunda el curso pasado, pero no pudo ejecutar el ascenso porque el sénior descendió de Regional a Primera. El Turégano, asentado en la Regional, tiene este curso a su filial liderando la Segunda.
En esa transición, la Segoviana afronta un dilema. ¿Cuál es el equipo con más nivel, el juvenil o el aficionado? «El jugador que se lo gane». Roberto defiende acortar pasos. «¿Para qué voy a tener a alguien que puede estar con juveniles jugando en cadetes? Voy a retrasar su evolución. Si tenemos un filial potente y tres juveniles que destacan, va a ser el míster del primer equipo el que decida». En la jerarquía, pone delante al juvenil. «Si empiezo en Segunda Provincial, tendría que pensar que hay algo más de calidad en los chavales del Juvenil Nacional. Según vayan consiguiendo ascensos, la categoría me va a dar mejores jugadores».
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