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La Gimnástica y el Atlético B han chocado, este domingo, en un ejercicio de pureza futbolística. Sin red, sin secretos. Fútbol contra fútbol, que gane el mejor. Un guion que la Segoviana ha aceptado con gallardía en casa del segundo clasificado, una de las mejores canteras del mundo, ante jugadores como Carlos Martín, un 10 delicioso que horas antes estaba a las órdenes de Diego Simeone. Ha ganado el mejor, toda una macedonia de talento. Pero los segovianos han luchado hasta el epílogo, buscando el empate con un córner en el minuto 95.
La familia atlética ha recibido a la Segoviana con el protocolo propio del fútbol profesional –incluyendo una megafonía impoluta que alerta contra los insultos racistas– y la cercanía de una ciudad deportiva con todos los servicios. Por los alrededores del campo deambulaban Depay y Reguilón, sin la burbuja estelar del primer equipo, con sonrisas de relajación. A unos metros, entrenaba Fernando Torres con su juvenil.
Llama la atención que la naturaleza del filial difiera tanto de la del primer equipo. El estilo solamente coincide en los centrales, fuertes y de gran envergadura, como los de Simeone. El resto de jugadores brillan sobremanera con balón. Por eso la apuesta de la Segoviana fue clara: quitar la pelota al rival era la mejor manera de defenderse. Todo un reto. De ahí la elección de Juan de la Mata y la apuesta de confianza hacia Pablo Arranz. Con Acuña tocado –acabó bien la semana y podría jugar, pero Ramsés no arriesga efectivos clave en una plantilla corta–, el segoviano disfrutó de su primera titularidad, un premio para alguien que lleva entrenando «como un bestia» desde el cambio de año.
La Segoviana presionaba la salida rojiblanca, pero el Atleti plantaba su línea defensiva en el ecuador del campo, reduciendo los espacios para que el talento azulgrana en el medio del campo aflorara. La iniciativa era local, pésimas noticias, pues un equipo con tanto talento suele transformar la posesión en peligro. Ya lo demostró Carlos Martín ganando línea de fondo para asistir a la llegada de Cala. Carmona desvió con mérito un tiro centrado sin apenas tiempo de reacción. Y mandó a córner poco después un disparo raso de Martín. A la tercera no tuvo nada que hacer. La defensa no despejó con contundencia y Cala enganchó un latigazo cruzado a la escuadra. Estirada imposible para el portero.
Sin tiempo para digerir el gol, se multiplicaron los problemas. La Segoviana quería el balón y apenas lo olía. A ello se añadía la fragilidad defensiva, con errores evitables como el pase centrado que se filtró entre Juan de la Mata, incrustado entre los centrales en labores defensivas, y llegó a Carlos Martín. Un jugador de semejante calidad rara vez perdona un mano a mano; su definición fue estelar, con una cuchara que batió a Carmona. No se cumplía el primer cuarto de hora y la Segoviana tenía un ochomil que escalar.
Fer Llorente lideró la expedición en un campo que conoce bien por su etapa en el Rayo Majadahonda. La contrapartida de un filial talentoso es que no se caracteriza por dormir los partidos. Facilidades defensivas, ese fue el billete azulgrana para volver al partido. Llorente no se lo pensó en su primera circulación con espacios por el balcón del área, pero su tiro salió muy centrado. Al siguiente, algo más alejado, pegó un trallazo que Gomís tocó como pudo. El balón quedó suelto y Hugo Díaz lo acompañó con la cabeza junto a la línea de gol. La celebración recordó a la Segoviana que jugaba en casa, con más de un centenar de fieles.
El partido era una delicia, un intercambio de golpes sin cuartel. La Segoviana se volcaba y disfrutaba de tiros peligrosos de Rubén o Díaz mientras Carlos probaba a Carmona tras una endiablada triangulación de sus compañeros o Dani perdonaba un balón franco. Tras un ataque largo azulgrana, Llorente reclamó penalti por una mano en el despeje que no encontró silbato. Con las defensas superadas, la posesión lo era todo. La mejor noticia azulgrana al descanso era que esa pugna se había equilibrado. De goleada inminente a partido vivo.
Sin el frenesí del primer acto, el Atleti salió mejor y no tardó en inquietar a Carmona a balón parado, con un testarazo de Marco que atajó el portero. La posesión, el corazón del partido, volvía a latir del lado local. Con todo, el filial no guardaba la ropa y un central como Marco salía con la pelota conducida; fue al encuentro David López, que se llevó un buen golpe pero lanzó la transición azulgrana, culminada por un tiro de Hugo Díaz, que ignoró el desmarque de Borrego y Arranz. La siguiente acción sí la gestó el charro y el balón suelto le cayó franco a Llorente, que mandó la felicitación de Navidad a la papelera mientras Javi Marcos se lamentaba de rodillas en el césped. El casi gol despertó a la afición: la Sego estaba muy viva.
Aprovecho el impulso Ramsés para sacar a su comodín del banquillo, Acuña, y proteger a De la Mata, con amarilla, relevándole por Manu. Habían cambiado las tornas y la posesión era visitante, al menos por unos minutos, porque el filial no se deja someter. Que un equipo veterano conceda una contra con marcador a favor a cuarto de hora del final sería criticable. Pero es un filial.
Adrián aprovechó la concesión para conducir por el carril central y enganchar un disparo por bajo que Gomís no solo tocó, sino que atajó, un detalle crucial porque Gómez tenía la caña preparada. No fue la única. Borrego mandó alto un tiro prometedor desde el balcón del área en el siguiente acercamiento.
Así las cosas, Ramsés gastó su última bala quitando a Rubén y dejando defensa de tres, con Hugo Marcos por delante, la creatividad de Ivo y la garra de Dani Arribas como boleto para el empate. Los cambios rompen dinámicas y la de la Segoviana estaba siendo positiva. El dilema de una sustitución al final de un encuentro para un técnico que persigue marcador es si la pausa compensa la ganancia. Salga quien salga de ese banquillo, nadie se rinde. En especial Acuña, que forzó los últimos córners y sacó el aliento final a la afición. En el segundo de ellos llegó la última opción clara, un rechace que enganchó Adrián y que la defensa rojiblanca desvió cuando su portero estaba ya batido.
Tras un primer cuarto de hora dramático, la Segoviana ha caído con honores. Pese a dos derrotas seguidas, el cuadro azulgrana mantiene el puesto de 'play off' tras sorpresas como la victoria del Leganés B en Estepona, el próximo visitante en La Albuera.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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