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Rafa Llorente avanza con el balón entre jugadores del Luanco en el partido disputado este domingo en tierras asturianas. Juan Martín-Gimnástica Segoviana
La Segoviana se gana el derecho a soñar
Fútbol

La Segoviana se gana el derecho a soñar

La victoria de este domingo, con dos goles de Rafa Llorente y grandes paradas de Carmona, deja al equipo casi salvado y a tres puntos del play-off

Sergio Perela

Segovia

Domingo, 24 de abril 2022, 19:55

La historia gimnástica decía que jamás el equipo había perdido en el Estadio Municipal de Miramar; ese campo sin casi graderío, muy del paisano asturiano y hasta el que llega, aunque ya no se ve, el olor del mar.

Quién sabe si fruto del miedo o de las dudas, Manu Menéndez quiso tapar este domingo la herida abierta en su defensa por la baja por lesión de su líbero Trabanco cambiando hasta a tres hombres de posición. De tal forma que, mientras Guaya, habitual carrilero zurdo del equipo, se hacía al hecho de verse ahora centrado y atrás, la 'Sego' se aprovechó del tema. Un saque de banda desde el perfil derecho supuso una oportunidad para volver a hacer aquello de buscar a Dani Arribas. Salió, y la prolongación hacia atrás, hacia el primer palo, la iba a aprovechar el cazagoles Rafa Llorente elevándose por encima del sorprendido Guaya y machacando la pelota con la cabeza como si tuviera un martillo. Gol inapelable que dejaba el partido, en menos de cuatro minutos, como si lo hubiera escrito Ramsés Gil.

No esperaba para nada semejante arreón de la marea el Marino, así que empezó a ponerse nervioso y a perderse en la tormenta. No encontraba a su timonel Lora, el espacio entre los tres de atrás y el resto del equipo era abisal y lo único que podía oponer era el balón parado de Nacho Matador. Cómoda la Gimnástica, por momentos quería coger el ascensor hasta el segundo en lugar de disfrutar de la escalera.

«El penalti les ha hecho arriesgar y nos han sometido; pero hay que ganar a la Llanera, dejémonos de películas»

ramsés gil

Entrenador de la Gimnástica Segoviana

Si la bola la orientaba Álex Conde en los espacios, pasaban cosas. Javi Borrego no alcanzó a impactar en dos ocasiones, pero sí a la tercera. Un córner que, a la segunda, le iba a caer a Mansour como si fuera extremo derecho. Su asistencia a Borrego al primer palo no supo el salmantino alojarla en la red y la mandó por encima del travesaño.

Perdidos en esas cuitas, con el central zurdo Dailos queriendo convertirse en la aguja que cosiera los espacios entre la defensa y el centro del campo animándose a subir; faltaba la puntilla. E iba a llegar en la acción más precisa de ataque de esta Segoviana de escuadra y cartabón.

El penalti

Álex Conde puso una pelota a la izquierda para que corriera Dani Arribas al espacio. El segoviano, tras levantar el periscopio, lanzó el balón al espacio que ganaba Rafa Llorente como si fuera un nueve, superando a Julio Delgado y llegando antes que Buru. Con el interior, un pase a la red y una distancia que hacía que el partido tomase tintes de justicia. Tres ocasiones claras, dos goles. El Marino, ningún tiro entre los tres palos, un par de remates de cierto mérito. Pero fuera de la onda que pedía el hecho de estar jugándose la permanencia.

Era lógico pensar que el Marino tenía que salir de otra forma a la segunda parte. Un balón puesto al espacio de indecisión entre Rubén y Mansour hizo que despertase en Sergio Rico su hambre de gol y disparo desde tres cuartos de cancha. La bola cogió portería e hizo que Carmona tuviera que lanzarse con la mano derecha para evitar el tanto. El balón rechazado iba a terminar en volea de un jugador asturiano, pero lo evitó Borao con la mano. Un penalti que, lanzado por Nacho Matador, iba a convertirse en el primer tanto del Marino.

No hay partido de la 'Sego' sin parada de Carmona y, en este caso, sin nada más y nada menos que cuatro paradas absolutamente decisivas. A Steven le comió la moral en dos acciones consecutivas, la primera con un remate de espuela que Carmona iba a mandar desde arriba a córner. En el saque de esquina, otro remate de cabeza del delantero iba a buscar por abajo el primer palo. Carmona sacaría, desde el suelo, una mano que iba a detener el balón prácticamente sobre la línea. La cuarta parada prácticamente consecutiva no iba a tardar ni tres minutos en llegar. Sergio Ríos, otra vez escorado hacia su derecha, iba a soltar un zapatazo que el portero segoviano sacaría de forma tan firme que el delantero se iba a tirar de las perneras del pantalón y el público, llevarse las manos a la cabeza. Fue la reacción, fue el momento en que el Marino pudo salir de la tormenta justo antes de ver el centro.

Los cambios

Si Carmona enfrió los ímpetus astures, los cambios de Ramsés, de dos en dos y con apenas tres minutos de dilación, hicieron el resto. Entraron Cidoncha y Nogueira para intentar pegar de nuevo las líneas en defensa y mantener más y mejor las posesiones de balón. Necesitaba control el equipo, porque no lo tenía ni sobre la pelota, si sobre la situación. Con Diego Gómez y Szymanowski, buscaba piernas frescas arriba, porque Borrego y Dani Arribas estaban fundidos. Un poco más tarde, sustituiría también al bigoleador Rafa Llorente para que entrase en juego un Adeva que no lo haría en la punta, sino en la banda derecha.

No recuperó demasiado ni el control, ni las sensaciones el equipo. Pero se fueron enfriando las fuerzas y la moral astur. Eran minutos de sufrimiento, cuando en realidad no se había sufrido de semejante manera en ningún momento del encuentro. El sufrimiento inherente a la situación. El que hace que gane peso la victoria.

«Un partido para recordar porque hemos sufrido bien; estar a tres puntos del play.off no da vértigo, sino ilusión»

RaFA lLORENTE

Jugador de la Gimnástica Segoviana

Una opción tuvo Szymanowski lanzándose, como sin duda tenía predeterminado, al espacio a la espalda de la defensa. Su golpeo se marchó alto cuando pudo haber sido el gol de la sentencia, de la calma total y de la ratificación de un resultado magnífico. No pudo a la primera el argentino y a la segunda, un balón filtrado por Cidoncha desde sus dominios en el centro del campo, no iba a terminar de llegar con la ventaja correspondiente.

Con Cidoncha y Nogueira cerca de Manu, todo cobraba otro sentido. En defensa, la Segoviana tenía menos permeabilidad para según qué balones y más presencia por alto. En ataque, la pelota duraba más en los pies gimnásticos y, aunque no hubo más oportunidades de gol, sí devolvió el miedo ocasional a un Marino que se veía abocado a lanzarse al ataque. No sacaron mucho más que un remate acrobático de Iván, de chilena, que iba a portería manso y ante el que Carmona abroncó a Mansour, que se precipitó a conceder un saque de esquina cuando la situación estaba controlada.

La clave

El portero segoviano Carmona hizo cuatro paradas consecutivas cuando más apretaba el Marino

Cuando hacía falta más cabeza fría, en los cinco minutos de descuento que aplicó el árbitro, el único que tuvo la perspectiva adecuada fue de nuevo Szymanowski para meter un balón profundo hacia un Diego Gómez que llegó al área, pero se encontró solo y ante demasiados rivales. En el último minuto iba a llegar la contención máxima de la respiración. Lora abría un balón a la derecha y el centro se iba a ir atropellando contra unos jugadores y otros hasta casi dejar un remate franco al Marino.

El pitido final fue un estallido propio de quien sabe que un tanto por ciento altísimo de la salvación residía en esta victoria. Y que el equipo duerme a tres del play off.

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