Los jugadores gimnásticos celebran el gol de la victoria. Antonio Tanarro

Remontada para cambiar la flecha

La Segoviana vuelve a puestos de 'play off' a falta de dos jornadas tras voltear un 0-2 y recuperar la confianza

Domingo, 30 de abril 2023, 21:50

La historia de la Sego se cambia con sangre, sudor y lágrimas. Lo asume su entrenador, Ramsés Gil, testigo de muchas cruces y unas pocas caras. El 'play off' está a tiro; de la depresión del 0-2 a la gloria. Se adueña de ella ... Diego Gómez, que aprovecha un error del Socuéllamos, el colista peleón, para ganar al defensa en velocidad y definir como un asesino, sin nervios, sin dar opción al portero. La remontada de las remontadas devuelve al equipo a fase de ascenso, quinto, y depende de sí mismo a falta de dos jornadas de infarto.

Publicidad

Héctor Oliva, de corto 24 horas después de jugar con el juvenil porque Carmona estaba junto a su esposa en el paritorio, ocupó la portería por tercera vez y no conoce la derrota. El Socuéllamos salió con su instinto de supervivencia, consciente de que todo lo que no fuera una victoria suponía certificar su descenso. Y forzó al meta segoviano, obligado a sacar la manopla en un tiro lejano de Yimi, por si acaso iba a portería. A eso hay que sumar la amarilla a Arévalo a los cuatro minutos por llegar tarde a un corte. El primer asalto fue para los manchegos.

G. Segoviana

Oliva, Borao (Ivo, min. 65), David López, Javi Marcos, Arévalo (De Frutos, min. 36), De la Mata (Manu, min. 65), Llorente, Astray, Plomer (Arranz, min. 76), Borrego y Gómez

3

-

2

Sucuéllamos

Diego Nieves, Alcázar, Antonio, Toboso, Martínez, Pepe, Asier Barahona (Christian, min. 76), Yimi, Godoy (Cifuentes, min. 83), Facu (Yalike, min. 76) y Ubis (Palomino, min. 83).

  • Goles: 1-0 (min.29) Josh Farrell; 1-1 (min.31) Diego Gómez; 2-2 (min. 78) Ivo; 3-2 (min. 86) Gómez.

  • Árbitro: Jesús López Fernández. Amonestó a Gómez, Borrego y a Arévalo por los locales y a Ubis por los visitantes.

  • Incidencias: La Albuera (1.377 espectadores). Javi Guerra hizo el saque de honor tras su cuarto título de campeón de España de maratón.

Reaccionó la Segoviana con uno de los desequilibrios más claros del partido: la superioridad de Diego Gómez en el juego aéreo. Ramsés repitió pizarra en tres acciones servidas desde la banda derecha por Fer Llorente al primer palo que encontraron al delantero en el primer palo. Ganó cada duelo y pudo abrir la lata, como en tantos partidos recientes, pero la primera víctima de tener la flecha para abajo es el acierto. Su primer cabezazo salió algo desviado; el segundo, con aroma a dinamita, lo convirtió De la Mata en fuera de juego. La falla estaba ahí, pero tocaba seguir cavando en busca del tesoro.

El Socuéllamos se movía con más libertad de lo que esperaba y estaba propiciando el escenario que quería evitar Ramsés: es un equipo con carencias, pero peligroso en el último tercio del campo. Empezaron a llegar las oportunidades; Asier no aprovechó la primera con un cabezazo tibio que neutralizó Oliva y Godoy, que recogió un balón suelto , disparó sin pólvora. Por el runrún estaba ahí, el río sonaba. Así que Martínez le ganó el duelo a Javi Marcos y enganchó un cabezazo con la coronilla que parecía más una prolongación que un disparo pero que se convirtió en un globo a la escuadra imposible para Oliva. Jarro de agua fría.

Publicidad

Gómez, autor del tercer gol, cabecea el balón. A. Tanarro

El gol devolvió al Socuéllamos a su alma: defender resultado. Y la Segoviana tenía una bomba de relojería en el lateral con la amarilla de Arévalo. Ramsés no quería acabar con diez por tercer partido consecutivo y recurrió a Óscar de Frutos, el central que más minutos ha jugado empezó un partido de victoria obligada en el banquillo. Las rotaciones, la filosofía de contar con todos, siempre expuesta a críticas. Con David López en el lateral izquierdo y sin alterar la línea de cuatro, la Segoviana no dio síntomas de mejora. Y aun así rozó el empate en un cabezazo de Astray al palo.

En el fútbol ganan y pierden los futbolistas, pero el papel de un entrenador cuando va a un vestuario en un descanso así es crucial. Tras los disgustos ante Navalcarnero y Cacereño, recuperar el brío anímico era todo un reto. ¿Cómo cambiar la flecha? De vuelta a césped, se vio un equipo más paciente: quizás no faltaban revoluciones, sino que sobraban. Pero el Socuéllamos, que había alterado su flecha en un suspiro, ya había levantado los pies sobre el sofá. La Segoviana necesitaba su verso libre, su sorpresa. Pudo encontrarla en un balón largo que cortó Diego Nieves ante la carrera de Borrego, pero dejó desguarnecida su portería, una invitación que no pudo aprovechar Llorente desde el semicírculo central ante una marabunta de camisetas naranjas.

Publicidad

Lo cierto es que el río sonaba por la otra vertiente, la de Oliva, que se quedó bajo palos en una falta lateral forzada por una acción de calidad de Godoy, su pieza diferencial. El rechace no tuvo consecuencias, pero el tráfico en área azulgrana empezaba a ser ingente, propio del puente de mayo. El miedo de Ramsés, dejar tocar al Socuéllamos en parcela ofensiva tendría consecuencias. Así las cosas, una triangulación paciente desembocó en os pies de Ubis, que resolvió con tranquilidad el mano a mano ante Oliva con un tiro cruzado.

No tenía grandes bazas en el mazo a Ramsés, así que se tomó unos minutos antes de hacer su movimiento. Sacó a Manu e Ivo, dejó defensa de tres y lo fió todo al juego aéreo, situando a Astray, que había obligado a Nieves a una parada soberbia con otro testarazo, como delantero. Había dinamita, faltaba prender la mecha. Y llegó, al fin, en un cabezazo en plancha del pichichi, un Gómez sediento que pudo al fin celebrar. La Albuera lo celebró como si aquello fuese un oasis en el Sáhara. Y lo habría sido de haber remachado Plomer segundos después otra prolongación de Astray. La flecha había cambiado.

Publicidad

Ivo feteja el gol del empate. A. Tanarro

No tenía respuesta táctica al aluvión aéreo el Socuéllamos, que trataba de frenar la inercia con los cambios y suspiraba porque llegase la contra de la sentencia. Pero la flecha azulgrana estaba para arriba y Gómez era un titán en los cielos; el segoviano bajó con maestría un envío lateral y asistió a Ivo, que congeló el tiempo como si fuera un treintañero canoso, batió a Nieves y creó un final de infarto en el que el empate era estéril para ambos. Lo resolvió Gómez, que encontró el oasis. Pero tocó sufrir hasta el final, con seis minutos de descuento y una parada salvadora de Oliva. Porque la historia azulgrana se cambia sufriendo. Y el hijo de Carmona vino con tres puntos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad