El Tordesillas se queda sin combustible ante la Arandina

Fue de más a menos, fruto de las circunstancias. Empezó con ritmo, firmó un primer acto muy digno de ganar el partido, aunque se le fue vaciando el depósito. Y hete aquí el segundo problema, detrás de los protagonistas, en este caso, en el banquillo, porque cuando avanzaba el choque sin llegar al objetivo –el rojiblanco no era otro que la victoria, a diferencia del de su rival– faltaban candidatos para salir a por él.

Entre los que no dieron la talla en Astorga cuando les tocó arrimar el hombro, la lesión de un fijo como Torres, los que todavía no regresan de sus molestias y quien se marcha a las primeras de cambio, el Torde jugó con lo que tenía. Somos los que estamos y estamos los que somos, como diría aquél. Resultado: un punto que a la larga se verá si es bueno.

Al equipo rojiblanco no le incomoda el balón, sino su exceso. En cuanto gira una vez la jugada ya no ve necesario seguir haciéndolo y busca a sus hombres veloces, que en la primera parte recibían demasiados solos. Popi por un lado y Samu por el otro eran una amenaza que demandaba un segundo jugador que los apoyara.

Arriba Chatún, que caminaba más solitario sin la presencia de Torres, tardó en asomar la cabeza. Cuando lo hizo, eso sí, la estrelló en el palo. El segundo del encuentro, porque antes Ivi ya había probado los cimientos en un buen remate que hizo los honores a un mejor centro de Popi desde el córner. Las ocasiones para el que las creaba.Tardó una hora en descubrirse quién ocupaba la portería local. La Arandina no apretaba y más allá de jugar mal parecía que lo hacía de forma voluntaria. No había más que ver a su guardameta, que antes del descanso ya se tomaba su tiempo para sacar.

Tiempo que, por cierto, el colegiado Téllez de Meneses Martín, de sobra conocido, que no bienvenido, en estos lares, no tuvo a bien prolongar. Pitó el descanso incluso antes del minuto 45 después de un último tramo de primera mitad con déficit de ritmo y exceso de pastosidad en el juego.

La Arandina regresó de los vestuarios mejor, mucho mejor. Inquietó a la defensa, que vio en primera fila cómo Farolo despejaba un remate de Tijan y cómo el balón entraba en su portería, eso sí, en una acción de fuera de juego. Se desperezó después el Tordesillas, que terminó de decir adiós a sus opciones en el fallo del que no suele fallar.

Samu por fin consiguió filtrar un pase que dejó a Chatún solo. La colocó tanto que la mandó fuera. Antes había hecho lo mismo Popi, con gran acierto del guardameta visitante mandando el balón a córner. El partido se partió, a beneficio de pescadores. Sin embargo, había más peces que red.

Los pupilos de Marchena continúan sin perder, aunque con una cifra inicial de puntos lejana a su objetivo, si bien se han medido a huesos duros de roer en estas jornadas. Quedan muchas, casi todas, por delante, con el pequeño peligro de que acabe habiendo más batallas que soldados.