El Tordesillas no acecha el liderato

En la Tercera División más igualada de los últimos años todo lo que no sea empatar es sorprendente y el choque en Las Salinas concluyó sin sorpresas. Tordesillas y Astorga firmaron tablas, uno las firmó más que otro, en una batalla de barro donde los dos se sintieron cómodos, donde los dos sacaron un punto, donde ambos perdieron dos en su trifulca particular por el ascenso.

Y quien se va contento es el que empezó y terminará la jornada. El Astorga, que empezó por delante, dio por bueno un empate que fue cobrando valor a la vez que el Tordesillas fue subiendo el listón.

El campo no estaba para jugar, pero menos aún para encajar a las primeras de cambio, que es lo que le pasó al Tordesillas. Sacó de banda el Astorga y el balón llegó al área pequeña sin que nadie se lo quitara de encima. Regalo para Carlos Mas, que batió a Farolo.

Ya había salvado el guardameta el gol poco antes en un remate lejano, lo que demostró que si alguien había entrado al partido más enchufado era el líder. Al menos, impulsivo, si bien pudo durarle la ventaja un santiamén. Si hubiese estado más fino Miguel o un poco menos Llamazares, según se mire. El portero visitante sacó una mano espectacular al remate. El partido entró en una zona valle en beneficio del que ya había encontrado el premio.

Y en ese periodo de intransigencia apareció la cabeza de Torres. Habrá metido tantas como esa... pero tocó fallarla. Saque de esquina, prolongación al segundo palo, y remate a placer que se marchó alto. El soldado rojiblanco no pudo pelear más en la trinchera, sin acompañante --así será mientras Chatún siga en muletas-- y su listón le prohíbe irse contento de una batalla en la que metió gol.

Marcó con media hora por delante. El conjunto de Marchena había regresado con otra idea al descanso. Inventó bien el técnico esta vez, al César lo que es del César, pasando a defensa de tres y taladrando con Samu y Dani Díez. Dos puñales por banda, viento en popa a toda vela. Y Samu sentó a Ceinos. Y el soldado llegó a placer.

No cambió la película porque el que esperara que el Astorga se estirara se quedó con las ganas. Los rojiblancos siguieron con el martillo, impulsados por una grada que, pese a la lluvia, respondió. Samu pegó un voleón fuerte, pero demasiado centrado, Torres lo intentó de chilena y Miguel cabeceó blando a las manos del portero.

El ímpetu no decaía, pero las fuerzas sí. Y en el banquillo había lo justo (solo dos cambios y uno de ellos obligado). El toque de corneta sigue escacharrado esta temporada en Las Salinas, que se quedó con las ganas de ver a su equipo líder por primera vez. No fue esta (y ahora a Aranda, por si esto pareció poco), aunque jugando así puede que la oportunidad real aparezca más pronto que tarde.

• Temas
• Fútbol
• Tordesillas
• Tercera RFEF