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Juan Díez Regidor (ADG)
Valladolid
Sábado, 28 de septiembre 2024, 21:16
Dicen que quien vuelve a casa y está a gusto realmente nunca se fue. Cierto es que en este caso el protagonista regresó con la ... camiseta del rival, pero Colino es capaz de resolver hasta lo indescifrable. El Mojados, su Mojados, se agenció el primer derbi de la temporada, el inesperado por todos si preguntaran hace tiempo, en casa de un Laguna que murió matando, pero volvió a morir, al fin y al cabo.
Pese a que el derbi se confirmó tarde, por aquello de ascensos de unos y descensos de otros, en realidad el derbi cayó pronto. Ironías de la vida y del calendario, que permitió que el Mojados fuera el segundo rival de la temporada que visitara La Laguna, ese campo que en julio era de 3ª, en agosto de Regional, y en septiembre otra vez de 3ª cuando los futbolistas ya se estaban poniendo las medias.
Lo que se vendía en la previa como el derbi de la sorpresa. A la clasificación hay que remitirse: el Laguna no acabó entre los 15 equipos que le permitían repetir categoría, ni el Mojados terminó entre los dos mejores que le daban acceso a ella. Pero el fútbol, la justicia y, en definitiva, la vida otorga esas oportunidades.
Laguna
Lisardo; Toti, Adri, Mario, Álvaro; Rodri Torres (Marco, min. 46), Ángel, Reinoso (Monte, min. 78), Héctor (Davo, min. 78); Darío (Alan, min. 50) y Karim (Lucas, min. 46)
2
-
3
Mojados
Pablo; Churu, Bravo, Diego Alonso (Mateo, min. 78), Andrés; Javi León, Suárez, Emi (Alfon, min. 40); Colino (Capi, min. 78), Cada (Cerro, min. 65) y Jorge (Álex, min. 65).
Goles 0-1 Cada (min. 1). 0-2 Cada (min. 29). 1-2 Ángel (min. 47). 1-3 Colino (min. 67). 2-3 Ángel, de penalti (min. 93).
Árbitro Martínez Álvarez (Valladolid). Amonestó a los jugadores locales Toti y Rodri Torres.
Otros datos La Laguna. 350 espectadores.
Y el que la aprovechó este sábado fue el Mojados, que venía con varias caras con pasado lagunero (las cosas del verano) y que, por otra parte y sobre el verde, ganó con justicia. A los 20 segundos se puso a su favor, de la mano de quien tantas alegrías le dio a su, hoy, rival. Cada metió, pero Colino lo generó. Centro tenso desde la izquierda que desvía un defensa y Lisardo para que Cada remate a placer.
25 minutos después calcaron la jugada, con la diferencia de que ahora la pared la hizo con el palo. El conjunto de Diego Macón había casi sentenciado el derbi porque era superior. No porque entre los dos goles hiciera maravillas, pero no sufría atrás y controlaba los tiempos. Los locales mandaban a correr a su delantero Karim demasiadas veces y regalaba balones a Pablo, muy poco exigido.
Menos era más. El cuadro amarillo llevaba menos al otro campo, pero siempre con veneno, con centros que hacían cosquillas a una defensa todavía inexperta. Aún así no consiguió rematar la faena antes del intermedio. Y no es buena idea dejar vivo un derbi.
Ángel quiso creer y lo hizo. Reventó el balón que, con ayuda de un defensa, superó a Pablo. Fue lo primero narrable de la segunda mitad, que abrió una caja de truenos donde su equipo empujó y donde el Mojados flaqueó por primera vez en todo el curso. Pero la realidad del Laguna atrás, a día de hoy, es todavía cruel.
Marcó el que tanto lo hizo con la camiseta contraria; el que siempre dice la verdad; el que por mucho que vaya por dentro no le cogen su matrícula. Tampoco Lisardo, que se despistó. Colino asestó el último golpe de un derbi que no tuvo mayor historia desde entonces.
El Laguna apretó, no perdió las ganas de hacerlo y un tirazo de Alberto se encontró a un portero, Pablo, que ha empezado la temporada de dulce. No se coronó adivinando el penalti de Ángel, que firmó su doblete más amargo de su carrera, cuando en el último minuto del descuento resolvió desde los once metros y, durante un escaso minuto, hizo pedir la hora a los de Macón.
Actitud hubo, pero el fútbol es algo más, algo que el Mojados, al menos en el primer tramo de temporada, sí tiene, y que le permite sumar cuatro jornadas sin perder, con dos victorias entre ellas. Son las primeras consecuencias de un verano atípico, de subidas, de bajadas y, en definitiva, de caos, que, al menos terminado el mes septiembre, deja a un equipo mucho más damnificado que otro.
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