El Mojados no entiende el miedo

El gol llegó de una manera por la que Diego Macón no apostaba. Al menos, no concretamente. Andrés probó por fin las redes del campo tres segundos más tarde de que el míster abroncara a uno de los suyos. En concreto, a Jorge, por ir a recibir a un balón en un saque de banda y devolvérsela a Churu, que la puso con maestría para el remate de Cerro y la posterior parada de Toni. El portero la dejó muerta en el lugar donde tuvo que estar Jorge, es lo que le pedía el míster seguramente, pero donde sí estaba Andrés para embocar.

Realmente fue la primera muestra de desorden, si se puede llamar así, de una primera parte no apta para amantes de la emoción. No pasaba nada, porque el Mojados anegaba cualquier ataque del Palencia. Cualquier centro, mejor dicho, porque su idea ofensiva se basaba en poner balones peligrosos para que la defensa local, de cinco en el día de hoy, mostrara toda la seguridad que le había faltado quince días antes frente al Santa Marta. Hasta eso corrigió.

Costaba pasar de la medular, es cierto, pero ahí estaban Colino y Jorge por si las moscas, buscando romper un partido que empezó ahogado en protestas. Lo abrió Andrés, de par en par, porque el Palencia arriesgó más y permitió ver más peligro. Primero Pablo salvó el empate y, en esa contra, Méndez la reventó, levantó a los topillos de la siesta y tal fue el bote que pegó su disparo que se fue por arriba. Al descanso, con ventaja.

Momento para sufrir, como es normal. Llevar 21 puntos en esta jornada no se consigue sin pasarlo mal, pero fue menos rato que lo previsto. El Palencia regresó de vestuarios con más empuje que claridad. Acumuló gente arriba para intimidar, pero lo que son ocasiones se contaron las justas. Y al Mojados le volvió a bastar con poco para volver a marcar.

Colino la colgó desde la esquina y Méndez entró imperial a decir que ha vuelto del todo. Se acabó el partido. Todo lo demás quedó para rellenar el acta porque el conjunto de Macón ha demostrado que estos choques no se le van. Metió un poco el culo atrás y resistió las acometidas de un Palencia dolorido, que igual que hizo en Tordesillas volvió a mostrar su peor cara. Se ve que venir a Valladolid no les motiva del todo.

De hecho, la más clara volvió a ser del Mojados. De Andrés, concretamente, que cuajó el mejor partido que se le recuerda. Muchos rivales todavía se preguntan de qué jugaba. Posiblemente el Palencia también se sigue cuestionando a qué jugó. Ganó el Mojados, con merecimiento, el mismo que tiene de seguir soñando con lo que se proponga. Partido a partido.