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Un jugador del Laguna es encerrado en la banda por dos rivales del Júpiter. Iván Tomé

El Laguna, tras jugar 25 minutos con uno menos, cae con crueldad en el minuto 89

Los locales defendieron el punto con ahínco, pero un gol de George firmó su cuarta derrota consecutiva

Juan Díez Regidor-ADG

Laguna de Duero

Sábado, 2 de marzo 2024, 21:48

No hay mayor decepción que la que llega sin previo aviso. Porque hay derrotas y derrotas. Las que se intuyen, como ante el Salamanca, las que duelen por su envergadura, como la de Almazán, y las que destrozan. Y la de ayer fue de esas que resultan demoledoras. Un gol de George en el minuto 89 firmó la cuarta derrota seguida del Laguna, que jugó desde el minuto 66 en inferioridad numérica y no remonta el vuelo.

El Júpiter mereció mucho menos, siendo un rival del calibre que era. Pero cuando el Laguna no tiene enemigo, se lo inventa. Había empezado la segunda mitad con una marcha más que en la primera. Suele hacerlo, con la ventaja de que en este choque llegaba al descanso totalmente metido en el partido. Con muchas ganas. También Isma Casado, quizás demasiadas. Empezó a hacer migas con Villar. Entre risas irónicas y toquecitos sin balón andaban ambos como echando un pulso a ver quién se iba antes del partido. De modo figurado, eso parecía, hasta que hubo vencedor en el sentido literal.

Laguna

Óliver; Ismiga, Manja, Diego Alonso, Andrés (Juan, min. 73); Fer, Sergio, Valdés (Ángel, min. 79); Coly (Iván, min. 79), Unai e Isma Casado.

0

-

1

Júpiter Leonés

Javi Holgueras; Gabri, Villar, Jairo (George, min. 72), Íñigo; Adri, Kirian (Valle, min. 59), Quini; David (Diego, min. 46), Fer Muriel (Taruki, min. 81) y Pere Marco.

  • Gol: 0-1 George (min. 89).

  • Árbitro: Juan Bustos (Zamora). Expulsó con tarjeta roja directa al jugador local Isma Casado (min. 66). Amonestó con cartulina amarilla a los jugadores del Laguna Fer y Sergio, y al visitante Fer Muriel.

  • Incidencias: La Laguna. 120 espectadores.

Isma Casado frenó una contra clara de los visitantes. Lo quiso hacer de forma ortodoxa para llevarse una tarjeta amarilla reglamentaria. No pudo, y acabó realizando una entrada por detrás y con fuerza excesiva. Tarjeta roja. Comenzaba la resistencia numantina del 0-0 con media hora por delante.

Llamó la atención que fue ahí cuando brilló el Laguna. Impulsado por la urgencia y por la épica del más difícil todavía. Su rival apenas inquietó, había incertidumbre porque la concentración debía ser máxima, pero atrás Diego Alonso, Manja y compañía no hacían prisioneros. Estaban cuajando una actuación soberbia y había mimbres para poder hacer daño al contraataque. Pocos, pero había. Hasta que George remató a placer el 0-1.

Había robado Tariku y se la puso a su compañero, sorprendido de lo solo que estaba. Silencio en La Laguna, que se cuelga el apellido de crueldad.

Desolación en las filas del Laguna. I. Tomé

Por cómo estaba el campo no se iba a esperar gran espectáculo. En efecto, con más agua que verde y con las pizarras en el cajón, el partido estaba en manos de los futbolistas. Y la primera parte se basó más en lo que podía fallar la Cultural que en lo que podía acertar el Laguna. Tras minutos de preparación y de adaptación al barro, por no hablar de piscina, el conjunto leonés empezó a imponer su ley.

Por supuesto nada de balón, todo físico y verticalidad. Encontró huecos por la banda izquierda y por allí insistió Fer Muriel, que era un vértigo constante, apoyado en Jairo. Y si hablamos de peligro, no hay que dejarse a Pere Marco.

El Júpiter tardó un santiamén en ver dónde estaba el partido y por eso a la mínima que se planteaba la ocasión el balón iba a su testa. La defensa del cuadro vallisoletano concedía, La diferencia es que su rival no anduvo tan acertado como en citas anteriores.

Sin embargo, a Pere Marco no le entraba ninguna ocasión. Ni de cabeza, ni en un remate franco sin portero que terminó en las piernas de Manja sobre la línea. Acción que acabó en gol, pero gracias a la salida en falso de Oliver, paradójicamente, Fer Muriel vivía en fuera de juego en el momento de marcar.

Minutos después, se marchó al limbo otra maravilla de Fer Muriel. Recortó casi en el área pequeña y entre charco y charco la pelota dejó de ir adonde iba gracias a que su tocayo Fer pasaba por allí. Argumentos arriba del Laguna, eso sí, pocos, en un once innovador, motivado por las ausencias y por las preferencias de Carlos Álvarez, que quiso mantener su 4-3-3, poniendo como extremo a un lateral, dejando a dos extremos puros en el banquillo, y adelantando un poco a Fer, central, para blindar más una zaga que venía regalando en exceso.

Sobrevivió a esa primera parte y empezó mejor la segunda, una vez más. Apoyado por una grada enchufada, que se abstrae de la situación en la tabla y añora un triunfo que desde hace tiempo su equipo merece. Pese a la lluvia, la nieve y el granizo que amenazó por la mañana el partido, nadie quiso perderse la película, tampoco los que no estaban invitados, como los patos que perseguían al asistente o la cigüeña que presenció desde las alturas cómo Isma Casado dejaba a su equipo con un jugador menos.

Ahí resurgió el Laguna, para después morir, una vez más, en botas de George. Habría sido menos dramático si Manja mandara a la red un pedazo de remate en la última jugada. Ni eso. Apareció Javi Holgueras para evitar el 1-1. Todo se le pone más cuesta arriba y el miércoles llega una final aplazada ante el Villaralbo. De momento, crueldad a crueldad, los males del Laguna no parecen tener fin.

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