El Laguna se marchita ante el líder

La visita del líder se podía plantear desde dos visiones: como una oportunidad de competir ante todo un equipazo –por momentos parecía, solo por momentos– o como un problema que quitarse de encima para pensar en lo siguiente –lo que al final acabó siendo–.

El Astorga marcó el primero a la segunda que tuvo. Una pérdida en campo contrario se transformó en una contra exprés que permitió a Ribeiro plantarse solo ante Lisardo, con fatal desenlace local.

Había tiempo para reponerse. Ya se tiene experiencia porque en La Laguna siempre se ha puesto por delante el rival. Arriba la apuesta era la de Hugo Guzón, que disputó sus primeros minutos con la rojinegra con mucho ímpetu, pero con pocos ayudantes. Monte también aportó, generó algún que otro recorte interesante, pero esto va de tirar a portería y su equipo no lo hizo ni una vez en todo el choque.

Tocaba hacerse fuerte atrás, sabiendo que el Astorga asustaba con cada llegada. Javi Amor es incombustible, capaz tanto de llegar a línea de fondo y centrar como de hacer un control inverosímil con 90 minutos en la mochila. Dicho esto, el segundo cayó con un centro desde la otra banda y un remate a placer de Carlos.

Ahí bajó revoluciones el cuadro maragato porque no le hacía falta más. Su rival era inofensivo y sabía que en cuanto dejara huecos iba a sentenciar. Lisardo lo impidió hasta dos veces, pero solo alargó lo inevitable. La sensación era que el Laguna había mejorado tras el paso por vestuarios y empezaba a conectar sus líneas. Ahora bien, sin pisar el área rival. Así que fue quemando cambios y al final se abrasó del todo.

Jhony, que reclamaba minutos, tardó un minuto de reloj en quitarse la razón y en un recorte absurdo dejó en bandeja el tercero a David. Jaime se metió en la caseta para no volver a salir (ojos que no ven...) y desde ahí presenció el cuarto de Luis, de cabeza, como mera anécdota a un final de partido que ya no tenía historia, que deja al Laguna igual de mal que estaba, aunque quitándose de encima al líder del calendario. En fin, un problema menos.