El jugador del Laguna se anticipa a su rival del Uni Rodrigo Jiménez
Fútbol

Darío y Óliver rescatan al Laguna

Regional aficionados ·

La gran actuación de ambos jugadores desatascó el derbi ante el Universitario, que se desfondó en la segunda mitad

Juan Díez Regidor. ADG

Valladolid

Domingo, 29 de noviembre 2020, 20:24

No se puede decir que el Laguna se dejara el alma para sumar la victoria de su visita a Canterac, pero tampoco se puede negar que la mereciera. Porque ganó en todas las facetas. Además de por goles, que al fin y al cabo es lo importante, también en lo físico y en el control del partido. No tanto de la pelota, pero sí de los tiempos y de lo que había que hacer en cada momento.

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Universitario

Universidad de Valladolid: Moratinos; Alberto, Puyi (Mori, min. 57), Madrigal, Álvaro (Dacal, min. 67); Pedro (León, min. 75), Miguel, Reinoso, Diego (Raúl, min. 46); Pablo (Damián, min. 46) y Rober.

0

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1

Laguna

Óliver; Ausocúa, Jorge, Jona (Héctor, min. 58), Pablo; Álex, Aitor, Iván (Cristian, min. 90), Colino, Darío (Manu, min. 61); y Cifu.

  • Gol: 0-1 Darío (min. 55).

  • Árbitro: Mansilla Barrientos (Valladolid). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Alberto, Rober, Raúl, Madrigal y Dacal, y al visitante Jona.

En eso no tuvo rival. Eso sí, durante la segunda parte porque antes realizó una travesía por una primera mitad insulsa. En ella dominó el Universitario, que salió con más ganas que acierto, porque de lo segundo mostró más bien poco. No aprovechó la pájara inicial del Laguna, que también tuvo las suyas. La primera, de hecho, debió llegar a los tres minutos cuando el colegiado no pitó un penalti claro sobre Darío.

Donde sí se señaló la pena máxima, también clara, fue en el área rival. La defensa del cuadro rojinegro no mostró la suficiente contundencia como para despejar el peligro de una acción embarullada y Pablo acabó derribado. Antes el delantero pudo ya haber adelantado al Universitario, pero se chocó con la primera gran intervención de Óliver. Esta vez el turno era para el capitán, Roberto, que terminó con la misma cara de circunstancias que su compañero.

Óliver le adivinó el lanzamiento, evitó el empate, y otorgó así el primer regalo a su nueva hinchada lagunera. Tuvo trabajo en la primera mitad pero se mantuvo seguro en cada salida por alto. Diego, el más revolucionario de los anfitriones, le puso en algún aprieto, pero el mayor aroma a primer gol apareció con un gran disparo desde lejos al borde del descanso.

Patri Vallés movió banquillo, dio entrada a Raúl y Damián para buscar ese acierto perdido, pero tras el descanso el dominio ya no cambió de dueño. Si ya el Laguna daba síntomas de peligro en una mala primera parte, con meter una marcha más iba a ser difícil no encontrar el camino al gol. Por poco se lo regalan.

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En un balón aparentemente controlado por los locales, un fallo en la defensa dejó a Darío en un mano a mano que él mismo se complicó por su inusual lentitud en la acción. Todo lo desafortunado en esta jugada lo tuvo de avispado cinco minutos más tarde. Pablo colgó un buen balón desde la derecha, Darío lo recogió en el segundo palo y mientras la defensa del Uni pensaba en la manera de despejar, el mediapunta marcó a duras penas.

El choque amenazaba con romperse hasta que el Laguna lo supo detener con el otro fútbol. Ni mucho menos el de las interrupciones continuadas, sino el de calmar el juego cuando era necesario, retrasar el saque más de la cuenta y aprovecharse de un cansancio que hacía mucha más mella en su rival que en sus filas.

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Es más, los hombres de Carlos Álvarez estuvieron más cerca del segundo que del empate, con Cortijo como protagonista. Primero con un disparo al palo tras una pérdida del guardameta del Universitario y después con otra acción que detuvo Moratinos. Pero por entonces el cuadro de Patri Vallés se había ido del partido, sin tener quien le ayudara a engancharlo. Aun así, pudo llegar la igualada de no ser, de nuevo, por Óliver.

El balón le cayó a Mori, completamente solo, pero no pudo batir al hombre del encuentro. Estaba demasiado concentrado como para impedir que su equipo sumara su segunda victoria de la temporada, que le coloca en tercera plaza, pero empatado con el líder. Por su parte, el Universitario volvió a dejar sensaciones positivas, pero no resultó suficiente como para inaugurar su casillero de puntos.

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La Cistérniga-Onzonilla (0-0)

La Cistérniga sumó su primer punto de la temporada, aunque todavía no ha logrado ver portería. El choque ante el Onzonilla tuvo poco que ver con el de Simancas. Es verdad que en este se sumó un punto pero el equipo de Roberto García mostró un nivel más bajo.

Terminó el choque con contadas ocasiones. La más clara, de Coly, que intentó el gol olímpico desde el córner y la salvó Miguel Ángel bajo los palos, y otra de Fran, que no conectó bien un disparo con su pierna izquierda. Pese a ello, el Onzonilla terminó achuchando, aunque Adrián se mantuvo seguro y salvó las dos acciones más peligrosas de los leoneses.

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Fabero-Villa de Simancas (2-5)

Exhibición del Simancas, que ha comenzado la temporada de la mejor forma posible. Después de ganar a La Cistérniga mostró su poderío en ataque en su visita al Fabero, siempre difícil. Sin embargo, fue abrir el marcador y los locales sufrieron una borrachera de goles, comandada por el incombustible Saúl de la Fuente.

La victoria se inició desde el balón parado. Arroyo cabeceó a la red un córner botado por Iván Gómez. Nada más comenzar la segunda parte Iván, de nuevo, sirvió el tanto esta vez a Saúl, que se estrenaba así con la camiseta franjiblanca. No contento con eso, al minuto siguiente el propio Saúl marcó el tercero y asistió a Alberto para el cuarto. Continuó el arrebato y el ya pichichi del Villa de Simancas completó la goleada con el quinto, cuando aún no se había cumplido el diez de la segunda mitad. El Fabero solo pudo maquillar el resultado con dos goles en el tramo final, uno de ellos de penalti cometido por Ander.

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