Diego García celebra el gol que significó el triunfo de Unionistas mientras los jugadores del Peñaranda se llevan las manos a la cabeza.
REGIONAL DE AFICIONADOS GRUPO B

Locura unionista en el añadido

Diego García desequilibra un derbi intenso ante un Peñaranda que dejó una genial imagen

Alberto Marcos Gallego

Lunes, 7 de marzo 2016, 12:01

Cosas como estas son las que se esperaban de un derbi. Cuando dos equipos de la misma provincia juntan sus caminos frontalmente suelen saltar chispas y aunque el espectador pierda en fútbol gana en cuanto a emoción y otros muchos aspectos que también forman parte de este deporte y lo hacen especialmente interesante y bonito. Intensidad, disputa en cada balón dividido, pelotazos y piques entre los jugadores a la mínima chispa que saltaba fueron detalles que predominaron a lo largo de los noventa minutos en el choque entre el Peñaranda y Unionistas de Salamanca, más aún cuando el marcador se mantuvo apretado a más no poder hasta el último suspiro y el triunfo terminó decantándose ya con el tiempo cumplido en una acción a balón parado, algo también típico de los derbis.

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Unionistas era plenamente consciente de que lo de ayer no iba a ser ni mucho menos un camino plagado de pétalos de rosa hacia la victoria. Enfrente se encontró con un Peñaranda puramente made in JesúsBenito que no dio un solo balón por perdido, que desplegó una extraordinaria presión casi a campo completo sobre los jugadores visitantes para evitar cualquier tipo de juego trenzado desde atrás y que no dio su brazo a torcer en ningún momento. El que se dejara un gramo de fuerza en el cuerpo lo iba a pagar y de hecho el técnico morado ya amagó en la primera mitad con introducir una sustitución que llegó a tener preparada, aunque finalmente las circunstancias hicieron que se lo pensara mejor y lo guardara para más adelante.

Lo cierto es que, futbolísticamente hablando, no fue uno de los mejores partidos para ver pero la intensidad que tuvo el partido en todo momento y sobre todo la emoción del resultado hasta el final fueron ingredientes que superaron con creces al resto y que hicieron que todos los espectadores no tuvieran un momento de aburrimiento. Entre balones largos de un lado para otro y constantes disputas aéreas transcurrieron los primeros minutos. Ninguno de los dos conseguía trenzar jugadas desde atrás, y quien sobre el papel debía hacerlo se veía incapacitado por el buen hacer defensivo del Peñaranda. Castillo protagonizó el primer acercamiento del encuentro pero el peligro real se pudo sentir por primera vez en las botas de Fran, que se quedó mano a mano ante Javi Díaz para que el portero unionista despejara el peligro. El cancerbero, que tuvo muy mala suerte en forma de lesión el día de su debut, ayer estuvo tremendamente acertado y sacó dos ocasiones clamorosas de los locales que vienen a refrendar que es un portero más propio de otra categoría.

Pocos más acercamientos peligrosos se podían ver en el Luis García entre tanta disputa y en estas el himno de la UDS atronó desde la grada cantado por los hinchas visitantes como en cada partido cuando corre el minuto 23. Sería casualidad o una conexión mágica pero en ese preciso instante llegó el primer gol de Unionistas. Manu, que realizó un buen partido pegándose con los defensas locales, dejó el balón de cara para que Castillo llegara desde atrás y con su pierna izquierda perforara con un lanzamiento cruzado y raso la portería de Álvaro. Un gol de diferencia podía suponer mucha ventaja ayer, y USCF tenía el partido donde quería. Lo pudo encarrilar más aún si poco después Manu hubiera controlado de manera acertada para quedarse mano a mano, pero el Peñaranda no se arrugó y dio un paso adelante. Justi probó suerte con una falta que se marchó fuera por muy poco mientras que Gabri remató demasiado flojo de cabeza una falta puesta desde la izquierda. Bien es cierto que justo antes del descanso una doble ocasión para Chamorro y Albertín podría haber cambiado el destino del partido.

Los dos entrenadores decidieron cambiar piezas en el descanso porque había cosas que no gustaban ni a Jesús Benito ni a Astu. Corrían diez minutos de la reanudación cuando el Peñaranda se asomó por las inmediaciones del área visitante y el colegiado decretó una pena máxima muy protestada por todos los componentes de Unionistas de Salamanca. Pero estas muestras de disconformidad no sirvieron para nada y Justi, con una gran tranquilidad, transformó la pena máxima y puso el derbi al rojo vivo.

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El partido se volvió totalmente loco, especialmente en el tramo final. Vitolo pudo haber puesto por delante de nuevo a los suyos pero Raúl sacó el balón bajo palos. Era el preludio de lo que iba a achuchar Unionistas, que se lanzó a por la victoria. La entrada de Juan Fraile le dio otro aire al equipo y tanto él como Manu se encontraron con un genial Álvaro en una doble ocasión. La polémica estaba por llegar. A falta de un cuarto de hora, después del saque de un córner Toñito marcó para el Peñaranda pero el juez de línea levantó la bandera para señalar fuera de juego. Incredulidad en los locales y alivio en los visitantes, que vieron la puerta abierta. USCF asedió y Jordi salvó bajo palos el segundo justo antes de que Toñito se quedara en la contra mano a mano ante Javi Díaz. Segundo paradón del portero.

El crono se acercaba al 90 y Castillo erró con todo a favor para hacer el segundo después de una asistencia de Sopale. Se olía que algo iba a pasar, aunque nadie sabía a ciencia cierta qué iba a ser. Efectivamente, con el tiempo ya cumplido, un córner a favor de Unionistas terminó con un balón suelto que cayó a las botas de Diego García, que acertó a batir la portería de Álvaro y desató la locura en la hinchada blanquinegra, que abandonó la grada, corrió por la pista de atletismo y celebró el gol cerca del césped.

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