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Alberto Marcos Gallego
Lunes, 29 de febrero 2016, 13:13
Un día más ya es un día menos para el ascenso de Unionistas de Salamanca. Se le va a hacer largo este tramo final de la temporada al conjunto salmantino porque hasta que llegue el día en el que las matemáticas digan que sí, que el ascenso a Tercera División es un hecho y las botellas de champán se puedan por fin descorchar, hasta entonces todo parece una especie de travesía por un desierto plácido por un lado porque está lleno de victorias, pero aburrido por otro porque en la cabeza de todos, jugadores, cuerpo técnico, directiva y aficionados no está otra cosa que el salto de categoría. Pero mientras que llega el día de las celebraciones, para el que cada cual ya está haciendo sus cuentas particulares en la cabeza teniendo en cuenta los diez puntos de ventaja sobre el Zamora B y que quedan 33 por jugar (once jornadas), el equipo debe seguir cumpliendo y sacando los partidos adelante como sucedió ayer contra el Laguna.
Es cierto que sigue sucediendo algo extraño cuando Unionistas juega en casa. Los blanquinegros venían de firmar dos encuentros espléndidos ante el Béjar y contra la UD Sur, pero ayer, al jugar de nuevo en Las Pistas, el juego no fue el más brillante de todos si bien es cierto que la imagen sí que fue mucho mejor a la ofrecida en días anteriores como contra el Navarrés, el Zamora B o el CDEjido. Además, es cierto que el conjunto que dirige Astu no tuvo ayer en el césped a su mejor aliado porque el terreno estaba en unas condiciones deplorables y habría que pedir responsabilidades a los encargados de cuidarlo, algo que no sólo pasa con Las Pistas porque el Tori tampoco está ni mucho menos para tirar cohetes y de hecho el equipo volverá a ausentarse unas semanas de realizar allí los entrenamientos porque es imposible ejercitarse con normalidad.
Ayer costaba hacerse con el dominio del balón y sobre todo controlarlo con acierto porque en cualquier momento podía coger una irregularidad y dar un bote inesperado que podía jugar más de una mala pasada. Esto, también es cierto, no impidió que el guión del choque fuera más o menos el esperado, con algo parecido a un monólogo de Unionistas durante prácticamente todo el encuentro aunque lejos de lo visto hace un par de semanas en casa de la UDSur. Con la portería y la defensa sin sorpresas, finalmente Astu se decidió por un doble pivote formado por Chamorro y Castillo, con Toni Miguel en el banquillo, con Sopale en la banda derecha y el infatigable Manu en la punta de ataque. Pero este esquema pronto sufrió una variación para mejor aunque por una acción desafortunada ya que Ángel Martínez al caer de la disputa de un balón aéreo lo hizo sobre el pie de un rival, se desestabilizó y se tuvo que marchar lesionado en el tobillo, así que habrá que esperar para conocer el alcance del percance.
Ante eso Astu apostó por dar entrada a Toni Miguel y el acierto fue absoluto. Y es que aunque el campo no estuviera para demasiadas florituras un hombre como él es algo imprescindible en el centro del campo para Unionistas de Salamanca. De hecho, después de varios acercamientos de los charros que no terminaron en nada, el centrocampista cazó un balón desde algo más de 25 metros de distancia y sin pensárselo dos veces soltó un derechazo que se coló en la portería vallisoletana junto a la base del poste sin que Garay pudiera hacer nada pese a su estirada. Un golazo que levantó a todo el mundo de sus asientos y que además contó con dedicatoria especial porque acudió directamente a la banda a por una camiseta en la que se podía leer Ánimo Carli, en referencia al delantero, lesionado de gravedad.
El gol no calmó los ánimos de Unionistas, que se puso manos a la obra en busca de un segundo tanto que le permitiera vivir con mayor tranquilidad y sobre todo deleitar a su afición, deseosa de verles ganar con amplitud por fin en casa. Sin embargo, casi siempre fallaba el último pase, especialmente en Mario Sopale, muy en su línea, potencia sin control ni precisión a la hora de definir, si bien es cierto que el césped ayer tampoco ayudaba en exceso. Para finalizar la primera parte Castillo recibió un balón largo en el área, lo protegió a las mil maravillas ante las acometidas del central pero su lanzamiento se marchó por encima del larguero.
La segunda mitad arrancó con el gol de Manu. El delantero se quedó libre de marca tras el saque de un córner y cabeceó al fondo de la red para sumar otro partido más marcando y demostrar que siempre que el cuerpo técnico confía en él devuelve esa confianza en forma de goles. Gana puntos para quedarse en el equipo la próxima temporada. Vitolo tuvo en sus botas la sentencia pero su volea se estrelló en el larguero y entonces pasó lo que otras tantas veces, que llegaron las complicaciones. Jony clavó el balón en la escuadra con una espectacular falta y todavía quedaban veinte minutos por delante. El Laguna creyó en sus posibilidades pero terminó con nueve por dos expulsiones absurdas consecutivas y el tercer tanto llegó obra de Chumi en propia puerta con el tiempo cumplido al tratar de despejar un centro de Dela.
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