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Alberto Marcos Gallego
Lunes, 23 de noviembre 2015, 12:48
Es verdad que apenas se ha cumplido el primer tercio de la temporada y que todavía quedan muchas cosas por suceder, pero no es menos cierto que tener a estas alturas del curso ya cuatro y seis puntos de ventaja sobre los dos principales enemigos que amenazan con obstaculizar el camino hacia el objetivo, que no es otro que el ascenso de categoría, siempre da una gran tranquilidad. Esta vez sí, Unionistas de Salamanca aprovechó el pinchazo que habían protagonizado sus perseguidores el día anterior y consiguió una victoria de oro que le hace ganar muchas más papeletas de las que ya tenía, por si eran pocas, para terminar siendo el campeón de este grupo B de Regional.
En las quinielas no entraba otra posibilidad que no fuera la de la victoria visitante. En el césped se enfrentaban el primer clasificado y el colista, así que no había que hacer demasiadas ecuaciones para que las cuentas salieran fácilmente. De hecho, todo se encarriló antes incluso de lo que hubiera esperado el más optimista. En la primera acción del encuentro, cuando ni siquiera se había cumplido el primer minuto de juego, un centro chut de Dela se fue cerrando y terminó encontrando la portería del Onzonilla, que ya se veía obligado a remar contracorriente en su propia casa desde prácticamente el pitido inicial. Que Unionistas saltaba con un plus de agresividad al campo al saber lo que habían hecho el día anterior el Villa de Simancas y el Zamora Bquedaba patente, así que todo fue rodado. Pese a lo que cabía esperar, los locales no apostaron por un juego tan directo sino que trataron de rasear algo más el esférico pero lo cierto es que la superioridad de Unionistas era evidente y apenas podían poner en práctica su plan.
Los blanquinegros llevaron la manija en todo momento y de hecho apenas dieron concesiones atrás, por lo que Darío se convirtió en un espectador más, como los que llenaron un autobús para dar colorido salmantino en el campo leonés. Astu apostó finalmente por dar entrada a Castillo en el doble pivote junto a Chamorro y sacrificar así a Toni Miguel, mientras que para llevar el peso ofensivo se decantó por Juan Fraile en lugar de por Nacho. Ambas apuestas salieron bien, uno porque firmó un gran partido en la zona ancha y otro porque hizo lo que se espera de un ariete, marcar goles, en plural además. De hecho, en el ecuador del primer acto Fraile culminó una contra lanzada por Castillo y puso tierra de por medio. El único pero de esta primera mitad fue una falta lateral del Onzonilla que estuvo cerca de hacer aparecer viejos fantasmas en los salmantinos.
Un pequeño desliz en la segunda mitad se tradujo en un incómodo gol del Onzonilla. Se podía abrir un nuevo horizonte, ya conocido en los partidos fuera de casa, pero Unionistas supo templar los nervios y no sufrió. Poco después JuanFraile y Castillo pudieron volver a ampliar las diferencias, y a falta de quince minutos para el final el espigado delantero puso la tranquilidad definitiva con el tercer tanto, el segundo suyo que le reforzará mucho en el plano personal. La victoria nunca peligró y los instantes finales fueron perfectamente controlados por los de Astu, que ya tienen la vista puesta en el derbi del próximo sábado en casa contra el Carbajosa y también un poco más allá, en el partido que ya asoma tímidamente en el horizonte de dentro de tres jornadas en Las Pistas contra el Villa de Simancas.
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