Uno de los onces iniciales del Palencia CF en la temporada 1982-83. Fotografías de J. Ruiz
Palencia

Aquella Primera a tres puntos

Se cumplen cuatro décadas de la temporada 1982-83, cuando el extinto Palencia CF se quedó en puertas del ascenso a la categoría de oro del fútbol español

Adrián García González

Palencia

Viernes, 12 de mayo 2023, 22:17

El fútbol palentino alcanzó su cima durante las cuatro temporadas que el extinto Palencia CF militó en Segunda División entre 1979 y 1984. Pese a los problemas económicos, en la temporada 82-83 el conjunto palentino firmó una brillante campaña en la que perdió sus ... opciones matemáticas de subir a Primera División en la penúltima jornada, terminando la competición en el quinto puesto, a tan solo tres puntos del ascenso. Los problemas extradeportivos fueron un lastre demasiado pesado que a la larga terminaron evitando ese ascenso, quedándose a las puertas de un hito para la ciudad de Palencia, que nunca ha contado con un equipo en la máxima categoría del fútbol español. La vieja Balastera fue testigo del mejor fútbol jugado en la ciudad en esa temporada 82-83, aunque también de problemas por las fichas, los impagos e incluso los arbitrajes.

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Todo comenzó con el ascenso a Segunda División conseguido en la temporada 81-82 con Miguel Ángel Montes como entrenador, cuyos enfrentamientos con la afición por el juego del equipo desembocaron en la decisión de que no continuase en el banquillo a pesar del éxito conseguido. La Asamblea General de Socios informó ese mismo verano que el déficit acumulado por la entidad ascendía a más de 82 millones de las antiguas pesetas, por lo que se debían reunir 32 millones antes de agosto para saldar las deudas y evitar el descenso de categoría. Sobreponiéndose a las dificultades, la directiva comenzó a trabajar en la siguiente temporada con la firma de Luis Costa como nuevo entrenador, procedente del Huesca.

Los problemas con la deuda se mantuvieron durante todos esos meses, consiguiendo cuadrar las cuentas y mantener la categoría. La temporada arrancó en septiembre, con la primera cita para el Palencia CF en Sabadell, aunque dos días antes, durante la formalización de las fichas por parte de la directiva, la Federación rechazó su admisión. El desplazamiento lo realizó el equipo con jugadores del Cristo Olímpico, filial entonces del equipo, perdiendo por 5-0 en su primer compromiso liguero. El club logró solventar este problema apenas tres días después, aunque fue el primero de todos los que iba a tener que afrontar esa temporada. Apenas un mes más tarde se produjo el célebre encierro de los jugadores del Palencia CF en la sede del club por los impagos, creando un enfrentamiento que no parecía tener solución.

Sin embargo, los resultados deportivos fueron muy positivos, ganando a equipos de entidad como el Murcia, el Recreativo de Huelva o el Córdoba. La temporada contó con varios meses más de turbulencias, con la Federación clausurando en varias ocasiones La Balastera por los altercados ocurridos por las actuaciones arbitrales. Los buenos resultados deportivos continuaron al margen de todo lo que rodeaba la situación del Palencia CF, que llegó al momento decisivo de la temporada empatado en la cuarta plaza con el Cádiz y a tan solo dos puntos del tercer puesto ocupado por el Deportivo de la Coruña con todavía tres jornadas por disputarse. El equipo palentino se enfrentó al Cádiz el 8 de mayo de 1983 en el Ramón de Carranza para decidir quién sería la alternativa en la lucha por el ascenso, en un gran partido del cuadro morado que cayó por 1-0 despidiéndose prácticamente de sus opciones y cerrando su temporada histórica ganando al Real Madrid Castilla en La Balastera (1-0) en la penúltima jornada y perdiendo ante el filial del Barcelona en el Miniestadi por 2-0 en la última.

«Feliz» en Palencia

Uno de los grandes 'culpables' de la mejor temporada de la historia del Palencia CF fue Luis Costa. El técnico alicantino demostró su gran capacidad al mando del equipo, logrando más tarde dos Copas del Rey como entrenador del Real Zaragoza. El técnico recuerda la temporada 1982-83 como «un año que disfruté muchísimo con el equipo y con la calidad de personas que eran todos. Para mí ha sido uno de los sitios en los que más feliz me he sentido con mi familia», señala Luis Costa. Los constantes problemas extradeportivos generaron una barrera más a superar para el equipo. «En la primera vuelta hubo tres jugadores que dejaron el equipo por los impagos, tuvimos problemas en los entrenamientos, en los cobros de los jugadores y demás», recuerda el técnico. El equipo morado logró sobreponerse y competir contra históricos del fútbol español como el Cádiz, el Deportivo o el Recreativo de Huelva, además de los filiales de Real Madrid, el Barcelona y el Atlético de Madrid. «Conseguimos superarlo gracias a la afición, que se portó muy bien con nosotros y venía al campo todos los días. Fue una temporada muy bonita en el aspecto deportivo», incide Luis Costa.

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El técnico alicantino reconoce que su temporada en Palencia fue «la más difícil de gestionar» en su carrera, aunque no se arrepiente de la decisión que tomó en su momento de hacer las maletas desde Huesca rumbo a la capital palentina. «Dejé muchos amigos en Palencia como el doctor Félix Lorenzo o Benjamín Ibáñez. Nunca se sabe lo que podría haber pasado sin esos problemas extradeportivos. Lo importante es que el equipo jugaba muy bien, nos hicimos ilusiones durante gran parte de la temporada de que podíamos subir», recalca.

Comida de directivas con Nicolau Casaus, vicepresidente del Barcelona; el técnico Luis Costa y el jugador José Mario Cano.

Luis Costa recuerda el partido disputado en Cádiz en el que se jugaron todas sus opciones como una final en la que tocaron la Primera División con los dedos. «Si hubiéramos ganado en Cádiz, hubiésemos podido subir, fue una verdadera pena. Tuvimos también el problema de jugar en otros campos porque nos suspendieron, jugamos con jugadores del filial en varias ocasiones y eso nos hizo fuertes porque son situaciones a las que no estás acostumbrado», añade. El equipo morado desapareció apenas un año más tarde, aunque Luis Costa asegura que los problemas del club durante su etapa no tuvieron nada que ver con los aficionados. «Desde luego la afición no tuvo ninguna culpa de esto porque nos apoyó siempre, fue la desgracia del problema económico. Nos faltó muy poco, pero creo que el equipo se superó mucho conforme iban pasando los partidos y es verdad que a lo mejor todo hubiese cambiado si llegamos a conseguir el ascenso», asegura.

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«Algo casi milagroso»

Otro de los pilares del Palencia CF esa temporada fue José Mario Cano López, uno de los pocos palentinos que formaban parte de la plantilla ese año. El centrocampista nacido en Frechilla de Campos disputó 29 partidos con la elástica morada y anotó tres goles en la mejor temporada histórica del conjunto palentino. «Recuerdo esa temporada como la mejor que viví en Palencia, con grandísimas aspiraciones del ascenso a Primera al estar mucho tiempo en la parte alta de la clasificación. Por circunstancias de pagos, sanciones y partidos jugados en Burgos o en Valladolid, se nos fueron las opciones», recuerda José Mario Cano. El exjugador palentino asegura que lo conseguido durante esa temporada, superando tantos problemas fuera del campo, «fue algo casi milagroso». El equipo se quedó a las puertas de la máxima categoría del fútbol español, aunque los jugadores pasaron también por momentos muy complicados al margen de los buenos resultados. «Las últimas semanas fueron un poco angustiosas al no saber qué iba a pasar con el Palencia CF, si iba a desaparecer al no conseguir el objetivo que teníamos en mente. Dentro de la ilusión que teníamos fue un bajonazo el no conseguir el ascenso pensando que una vez más volvíamos a estar en una situación nefasta» remarca Cano.

«Yo, que soy palentino, pensaba que iba a poder estar toda mi vida jugando en el Palencia CF, aunque tampoco me arrepiento del paso de di de marcharme a La Coruña, se veía que el proyecto no tenía buen futuro», apunta. El exjugador palentino señala a Luis Costa como el principal 'culpable' de todo lo bueno que sucedió en la temporada 82-83 en Palencia. «Era un fenómeno, como entrenador ha sido de los mejores que he tenido y en el plano personal, una gran persona», añade José Mario Cano, que recuerda también el apoyo que la afición palentina domingo tras domingo. «Las entradas no bajaban de las 5.000. Nos sentimos respaldados en ese sentido, aunque es verdad que con el presupuesto que había y las deudas, a lo mejor no se podía sacar adelante con esa gente», afirma. «Me fastidió que las instituciones no respondieran en esos años, queda en el aire la repercusión que podía haber tenido para la ciudad un equipo en Primera División», sentencia.

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