Las dos plantillas del Estepona: diez fichajes en apenas tres días

Si ya cuesta confeccionar una plantilla, al Estepona le ha tocado hacer dos. La original, pensada para competir en Tercera División. Y la de Segunda RFEF, a toda prisa, tras comprar la plaza en subasta. Su presidente, Paco Mena, resume la semana pasada como «una locura», entre fichajes, bajas y una plantilla que llegó a Leganés tras tres días de entrenamiento juntos, con un técnico que llevaba una semana en el cargo. El club que ha pasado de ser una entidad modesta de la Regional a aspirar al fútbol profesional, fichó a diez jugadores en apenas tres días. Con el rodaje justo, recibe el domingo a la Gimnástica Segoviana.

Tras la desaparición de la Unión Estepona, en 2013, surgió el nuevo club, en 2015. En apenas cinco temporadas se plantó en Tercera División, aunque descendió, pandemia mediante. El curso pasado se ganó el regreso con una campaña brillante en División de Honor. Entonces llegó el empresario Pepe Hidalgo y todo cambió: llegó el dinero no solo para comprar la vacante que dejó el Extremadura en Segunda RFEF, sino para aspirar este mismo curso al ascenso. La meta es llegar, como mínimo, a Segunda División.

El club original desapareció envuelto entre deudas. Se trataba de una fusión entre la Unión Deportiva Esteponera, que presidía Mena, y la Peña Madridista, que también militaba en Regional. Mena entró como vicepresidente segundo, pero se fue a las dos temporadas. Una década después, con el proyecto arruinado, recurrieron a él y fundó el club actual. ¿Por qué volvió? «Por el tema de la cantera, me gusta ver crecer a los chicos. Dije en su día que el club estaría donde la cantera de Estepona le permitiera, pero claro, una vez que te metes en la dinámica de los ascensos cada vez queremos más. Y aquí estamos metidos», explica Mena.

La propuesta de Hidalgo le llegó a Mena por mediación municipal. El empresario, conocido por su gestión en la Unión Deportiva Salamanca, tiene una inversión prevista en la localidad que supera los 1.000 millones de euros. «Cuando te presenta a esta persona el Ayuntamiento, con un proyecto urbanístico importantísimo, uno ve que es para largo, que no es un inversor que viene y se va. Y lo más importante es que nos deja trabajar, porque han venido muchos que querían hacer y deshacer», argumenta.

Así que el club ha tenido la tarea de construir dos plantillas. En la primera, el Estepona era novato en Tercera y aspiraba al ascenso manteniendo siete jugadores del curso pasado y otros procedentes de Santander, Huelva, Jaén o Extremadura. Algunos de ellos han estado apenas un mes en el club. Cuando adquirió la plaza a mediados agosto, empezó la contrarreloj. Ello incluyó dar la baja a todos los jugadores que militaron el pasado año en Regional, salvo uno.

¿Cómo se hace una plantilla en una semana? «Yo lo dudaba. Se lo dije a Jacobo [Maeste, el hombre de confianza de Hidalgo] y me contestó que el jueves a las 12 de la noche nos íbamos a tomar una cerveza para celebrarlo porque iba a estar todo hecho. Y así ha sucedido», añade. Aún no ha tenido tiempo de conocer a la mayoría de los fichajes.

Así las cosas, su plantilla la integran en portería Santi González (Málaga CF Juvenil A) y Brimah Razak (Linares); los centrales Lolo Guerrero (Linares), Manu Alemán (UD San Fernando), Ezequiel Amores (Real Jaén); los laterales Kingsley Fobi (PAE Chania), Iván Olmo (CD El Palo) e izquierdo Kike Pina (CD Toledo). En el centro del campo, Víctor Andrés (CD Toledo), Álvaro Narbona (Antequera CF), Manuel Tamarit (Berja CF), Verde (Atlético B) y Alan Palavecino (CSD Tristán Suárez II). Y en zona ofensiva, Júnior (UP Langreo) y Toño Calvo (CF Talavera). Al extremo derecho llegó Domingo Ferrer (ST Joseph's FC) y Álvaro Becerra (Real Murcia Imperial). Y en la delantera, hay goles: Carlos Fernández (CP Cacereño), Manu Toledano (Real Balompédica Linense), Álvaro Sánchez (CD Badajoz) y Jaime Isuardi (Marbella FC), pichichi la temporada pasada del grupo nueve de Tercera RFEF.

El objetivo de Hidalgo es el ascenso. «Que no extrañe que en diciembre reforcemos el equipo con tres o cuatro jugadores importantes». Respecto al estadio, con capacidad para 4.000 espectadores y un aforo habitual que supera el millar, no hay grandes proyectos, más allá de cambiar el césped artificial actual por el natural para el curso que viene».

Si se cumplen esos planes del Estepona, Antonio Caballero podría dar un salto de tres categorías en apenas año y medio: de la División de Honor andaluza a Primera RFEF. Este centrocampista, de 28 años, ha cambiado de vestuario sin cambiar de club. «Es difícil dejar atrás a buenos compañeros porque hicimos un temporadón el año pasado, es un mazazo para los que se tienen que buscar la vida», explica. Cuando a mitad de verano ya había conocido a los fichajes, tocó empezar de cero. «Habíamos hecho las típicas comiditas para hacer piña y nos dicen que ascendemos a Segunda RFEF. Da coraje porque todo el mundo quiere jugar en la mejor categoría que puede, pero el club decide con quién cuenta y con quién no».

Para él han sido unos días de incertidumbre: «No sabíamos si íbamos a continuar o qué iba a pasar». Pero él sigue. «En el equipo que teníamos en Tercera me seguía viendo importante. Ahora, con las nuevas incorporaciones, te da un poco de 'shock'. El míster ha hablado conmigo, me ha dado tranquilidad». Con todo, a él no le falta ambición: «Es mi oportunidad de intentar estar en una categoría que no he pisado y voy a arriesgarlo todo para ganarme los minutos». Cuando Caballero, natural de Marbella, llegó al club, le ofrecieron un trabajo. Él, que trabaja en un servicio de limpieza de contenedores, mantendrá su contrato los meses que le quedan. Porque mira alto, pero no olvida sus orígenes.

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