El Parquesol vuelve a ganar frente a un Deportivo inferior

De hecho, quizás debió ser más abultada, o pudo serlo a tenor de lo sucedido en la primera mitad. Cuando apenas las hostilidades habían comenzado, Charle hizo un gol 'marca de la casa', con ese uno-dos tan característico sobre la cal que precede a un golpeo al palo contrario. Fue la jugadita de siempre, sí, pero la que siempre le sale, y con la que sorprendió a un Deportivo de La Coruña al que el viento le iba en contra, pero el fútbol también.

El tanto llegó en la primera de las acciones en las que Charle y Elisa, los extremos, se asociaron abandonando ese lugar. En cada ocasión que lo hicieron, el juego brotó y existió una sensación de peligro que solamente la falta de acierto en el último pase impidió que hubiera más oportunidades. Mientras el Depor se emperraba en hacer envíos buscando pasar la última línea con más presteza de la debida, el Parquesol tuvo el dominio del cuero, manejó bien los tempos e incluso pudo hacer el segundo. Un saque de esquina acabó con la colegiada pitando el punto fatídico, tomando Yipsy la responsabilidad de ejecutar una pena que sí, fue máxima, porque no pudo ampliar las diferencias. Elisa también pudo hacerlo, pero su remate, en el corazón del área, se marchó alto. Entretanto, Ame e Iria, sobre todo, abortaban esos envíos directos deportivistas, sin que sus rivales se dieran cuenta de que cuando trenzaban podían llevar más peligro, sobre todo si entraba en juego Ainhoa, su '14'. Ella lideró el paso adelante de las gallegas en el inicio del segundo tiempo, suficiente para que una falta de María Ruiz amenazase la puerta de Jimena y para que otra acción terminara con un desvío de Yipsy casi bajo los palos.

El pobre bagaje ofensivo de las coruñesas se ciñó solo a esas dos acciones, en parte gracias a que el mal tiempo impedía otra cosa y, sobre todo, y también, porque su talento se perdió en medio de la entrega parquesolina. Y es que, a diferencia del rival, las chicas de Sedano supieron adaptarse a lo que el encuentro pedía, tanto que incluso rozaron la sentencia en el tramo final, con alguna que otra galopada de Sheri, sin verse sometidas ni metidas en el área. El triunfo, merecido, demuestra que no, que las naranjas no «son malísimas», quita el mal sabor de boca de la salida a Gijón y deja con vida el sueño de mantener el segundo escalón competitivo.