El Palencia Cristo sonríe en Galicia

Le tocó sufrir al Palencia Cristo en un inicio del que pudo salir mal parado. Los pupilos de Rubén Gala tardaron en ajustar su repliegue al habitual sistema del bloque carballiñés. Los problemas en la basculación y la posición de Josua en el pivote provocaron superioridades en la medular para un colectivo local que lanzaba sus ofensivas por los costados. Asumieron mucho protagonismo en los primeros diez minutos tanto Eimil como José Carlos, claros dominadores de las bandas.

En el minuto 2, el defensa sevillano sirvió un centro que Adri Castro remató contra Morante, pegado al ariete coruñés y con la mano –con la que rechazó el disparo– también pegada al cuerpo. El árbitro no dejó el más mínimo margen a las protestas y aclaró que en esa posición no había nada que castigar. Mientras el conjunto morado trataba de encontrar su sitio, Adrián Castro malgastó dos balas que podían haber dejado muy tocados a los visitantes. En el minuto 4 no llegó a rematar un buen centro de Raúl, su acompañante en el frente de ataque, que José Carlos, en segunda instancia y casi sin ángulo, remató muy desviado. En su tercera tentativa, fruto de otra ventaja generada en el carril diestro, remató centrado sobre la figura Guille, que despejó con habilidad el balón.

La primera noticia en ataque del cuadro de Rubén Gala, que fue dando instrucciones para equilibrar el equipo, llegó en el minuto 13, tras un robo de Edu que permitió a Alfredo ceder en la frontal del área para Adri, que chutó muy cerca del larguero. En estático el Palencia Cristo dio pasos de gigante, pero en transiciones siguió sufriendo muchos desajustes. De un despeje de Vitra nació la cuarta opción para Adrián Castro, que cruzó demasiado su disparo ante Guille, titular tras confirmarse la grave lesión de Dani. El bloque palentino replicó en el 16 con una opción todavía más clara. Alfredo ganó un lance aéreo sobre Portela que abrió el carril para la carrera de Javi Bueno. Este dibujó un centro que Adri remató rozando el palo. Zanelli, superado el ecuador del primer acto, firmó la última ocasión clara antes del descanso, ya que el choque entró en un valle de tranquilidad para los visitantes, muy sólidos en zona defensiva y con algún chispazo al contragolpe, y de tensión para los anfitriones, inmersos en una fase de dudas y errores en la elaboración.

El comienzo del segundo periodo fue un calco del primero. Volvió a estar muy flojo en defensa el Palencia Cristo, que en cinco minutos concedió tres ocasiones. La primera, una falta desde la frontal del área de Adrián Cruz que parte de la grada llegó a pensar que se había colado en la meta de Guille. La segunda, apenas medio minuto después y con el susto en el cuerpo, fue un chut de Raúl que obligó al vuelo de Guille para sacar el balón de la escuadra. Volvían a acumularse los problemas para los pupilos de Rubén Gala, que en el 51, y en la quinta opción clara de Adrián Castro, encajó el 1-0 tras un gran centro de Víctor.

El bloque morado se resignó a que pasase el temporal para esperar su momento. El Arenteiro, acostumbrado a moverse en distancias cortas, tampoco hizo méritos para ampliar una ventaja que parecía suficiente, al menos por la apatía en la que entró el encuentro. Hasta que llegó el momento del Palencia Cristo.

En tres minutos le dio la vuelta al partido como si fuese un calcetín. El empate, además, llegó con la expulsión regalada por Víctor. Evitó el tanto en primera instancia de Alfredo al despejar con la mano el balón sobre la línea de gol, pero concedió una pena máxima que convirtió el revulsivo Álvaro Gómez. El duelo entró en una fase de inestabilidad por el enorme golpe anímico. Y en un abrir y cerrar de ojos, el panorama cambió por completo.

Por el carril que dejó huérfano Víctor llegó precisamente la jugada del 1-2, obra de nuevo de Álvaro Gómez tras un gran centro de Edu. Los jugadores de Fran Justo se vieron superados por la situación, y solo fueron capaces de reaccionar en el añadido. Con dos ocasiones, en el 94 y en el 95, de Johnny. Cada cual más clara. Las dos las libró un Palencia Cristo que, por fin, pudo vencer en Galicia.