El CIA nunca deja de creer

Con mucho corazón arañó el CIA un suculento punto en La Balastera ante el Rayo Majadahonda. Un empate que dejó buen sabor de boca entre los aficionados palentinos, que vieron la mejor versión de su equipo en los primeros compases del encuentro y la peor en mitad de la segunda parte. Tal vez las sensibles bajas en defensa que arrastraban los de Manu Gañán se notaron, pero eso no impidió que los jóvenes jugadores saltaran al terreno de juego sin tener miedo de nadie.

Los primeros minutos del encuentro recordaron a los que se vivieron en el último partido en casa contra el Atlético de Madrid, cuando los palentinos se conformaron con una dolorosa derrota tras un derroche de buen juego, sobre todo, en la segunda mitad. Precisamente esa fue la tónica en el arranque del enfrentamiento, en el que se veía mejor situado en el campo al CIA. Una presión alta ahogaba a los madrileños, que bastante tenían con aguantar el chaparrón de fútbol de los locales. Ya avisaba Blanco en el minuto 8 con un mano a mano que desbarataba el portero visitante. Una gran ocasión que se sumaba al portentoso remate de cabeza de Yordanos, que obligaba a intervenir de nuevo al arquero madrileño.

El CIA asediaba, pero no materializaba las claras oportunidades que tenían los pupilos de Manu Gañán. Hasta que llegó el gol en el minuto 18. Cuéllar bota una falta lateral envenenada, que el portero despeja en el área pequeña y el rechace le llega a las botas de Chacón, quien adelantaba a su equipo. Se hacía justicia con los visto en el césped de La Balastera. El gol relajó a los palentinos, que, en vez de buscar ampliar la ventaja, se refugió en busca de las contras.

Mientras el CIA esperaba, los visitantes empezaban a despertarse de su letargo, gracias al derroche de calidad de Harta, que demostró en Palencia la calidad que atesora con dos ocasiones que podrían haber devuelto la igualada en los cada vez más estropeados marcadores de La Balastera.

El CIA controlaba el encuentro al ritmo que establecía Edu. La calidad, temple y control del balón del joven jugador servían para que los palentinos siguieran durmiendo el encuentro. Hasta que llegó la genialidad de Harta, que con un sombrero y una extraordinaria definición devolvía el empate al marcador. Un tanto que escoció en el seno de los palentinos, que se iba al descanso con un empate.

Tras la reanudación, los madrileños saltaron mejor al césped. El buen juego de los primeros minutos se había evaporizado y el Rayo Majadahonda era el dueño del encuentro. Pepe, que acaba de saltar al campo, sembraba el pánico con un remate al palo. Tanto fue el cántaro a la fuente, que Adrián lo rompió en el minuto 69. Le tocaba remar al CIA, otra vez, que tiró de corazón y fe para que los madrileños, rivales directos por la permanencia, no se fueran con los tres puntos. Y lo consiguió con una genialidad de Juan y Blanco. El primero, tras zafarse de un rival, manda un centro preciso a la cabeza de Blanco, quien logró una igualada merecida para los palentinos. El punto que voló hace quince días contra el Atlético volvió ayer a La Balastera gracias a la cabeza de Blanco y al corazón del equipo.