El Mojados se congela a balón parado

Y eso se tradujo en la tercera derrota consecutiva, que se confirmó demasiado pronto, y la peor racha en lo que va de curso, que no preocupa en lo clasificatorio, pero sí en las sensaciones. El escenario se complicó pronto, lo que tardó el cuadro visitante en hallar una acción peligrosa a balón parado; lo que tardó un jugador en estar solo para el remate; lo que tardó en no fallarlo.

Astu cabeceó solo en el segundo palo y fundió las mallas. Pudo considerarse la segunda fatalidad para los locales, pues la primera se quedó tumbada en la otra área. Con Alvi. Recortó, engañó al defensa y fue derribado con el árbitro encima, que no señaló la pena máxima, aún no se sabe por qué, dando comienzo así a una actuación mediocre, con decenas de faltas pitadas con el retardo suficiente para desesperar a locales, visitantes e hinchadas.

Su asistente vio a Jorge en fuera de juego cuando la mandó a la red, ya con 0-1. Posición justa, pero antirreglamentaria para el del banderín, cuando parecía que el Mojados amenazaba con reaccionar. Porque aunque empezara a producir en ataque, acabó concediendo más de lo que generó.

Seis minutos más tarde encajó el segundo. Este no fue a balón parado, pero para el caso... centro al segundo palo que, en esta ocasión, Apa cuelga hacia el área pequeña donde el ratón de área anduvo más listo que nadie. Rubo silenció el Municipal, que sabía que la losa engordaba y eso que los locales de remontar saben un rato.

El chaparrón duró un poco más, también en lo meteorológico pues hasta el descanso no había quien jugara a nada. Falta no le hacía al Cristo Atlético y su rival era incapaz de hacer una diagonal en condiciones (Alvi y Colino las esperaron durante todo el partido). La segunda parte, con el cronómetro a favor, los de Álex Izquierdo se dedicaron a contemporizar, a sufrir lo menos posible, y la más clara acabó siendo suya.

Pablo respondió tan bien como suele hacer a un remate de Cesitar, el único tiro entre palos de todo el segundo acto. Diego Macón había intentado mover el dibujo, aunque ninguno de los que entró aumentó el ritmo del partido, como mucho Alfon que siempre estuvo bien marcado.

Diego Alonso salvó el tercero sobre la línea ya en el descuento, demasiado tarde para un Mojados que cuenta sus disgustos por goles a balón parado. Van 8 en cuatro partidos, que le han impedido estar en una situación mucho más cómoda en la tabla. Para no sufrir a lo tonto siempre será mejor empezar a tener la estrategia de lado.