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«Ha sido una semana rara. Atípica hasta el lunes y luego normal». Parece una contradicción en sí misma, una semana resumida en un día duro, de bajón anímico para el grupo, y luego a hacer bueno aquel refrán que termina con «el vivo al bollo». El bollo, en este caso, son los puntos que la GImnástica Segoviana necesita para lograr la permanencia. Y el que resume la semana de esa forma tan simple, es el capitán Manu Olmedilla. Un profesor que, en su momento, recibió clases dentro del vestuario del propio Ramsés, con el que compartió vestuario desde 2008 hasta que el hoy entrenador gimnástico se retiró. «Ese carácter que va a imprimir creo que es una de las cosas que nos pueden venir bien. Es la persona idónea para coger el equipo tras este cambio tan difícil».
Y es que el cambio de Manu González por Ramsés Gil fue muy difícil de asumir por parte del vestuario. «Cuesta porque Manu llevaba mucho tiempo con nosotros y al final compartes muchos días. Yo estuve hablando con él y son más de 700 tardes aquí juntos. Es imposible cambiar el chip de una charla de despedida a una charla de bienvenida, en cinco minutos». De hecho, antes del aplauso de despedida que todos los jugadores dedicaron a González y a los dos miembros del cuerpo técnico que se marcharon con él, el capitán reconoce que los jugadores les hicieron ver que tenían parte de la culpa. «Pero», recalca Olmedilla, «cuando hagamos la celebración de la permanencia, que seguro que va a haber; él, Sara y Aitor contarán con su silla».
Sobre Ramsés, los jugadores de Segovia sí le conocen. Algunos de los más veteranos como Álex Conde o Javi Borrego, también, pero como director deportivo. El lunes, los nuevos sí preguntaron por él. No obstante, «la mejor carta de presentación es el primer entrenamiento, ver cómo él siempre vive el club, cómo transmite, cómo lo hizo en aquel 2008 y cómo lo hemos intentado mantener desde ese año hasta aquí». Al final, los calificativos que estos días están proliferando en torno a Ramsés hablan de intensidad, de carácter. En definitiva, lo mismo que el antiguo capitán del equipo contagiaba a compañeros y grada desde el campo. Además de eso, hay que añadirle un extra, que es la pasión que está poniendo Ramsés en esta primera semana, que sabe que es crucial para empastar con el grupo lo más rápidamente posible y poder sacar algo en claro el domingo, frente al Pontevedra.
Eso sí, en torno a los cambios que pueda haber en el equipo, silencio total y pocas pistas. El capitán no cree que vaya a cambiar nada de forma radical, ni siquiera el esquema. «Ramsés es inteligente. Sabemos que hay que construir sobre el trabajo que ha hecho Manu. Si nos liamos a cambiarlo todo, sabemos que es un error rotundo. Será algo parecido, haciendo hincapié en algo que nos falte. Pasa por los pequeños detalles del fútbol». Esos pequeños detalles, básicamente, coincide el centrocampista, están en las áreas. En la propia y en la contraria. Por eso el nuevo entrenador se ha encargado de repetir la importancia que tiene ponerse por delante en el marcador. «Ahora tenemos que ir por delante y es algo en lo que ha hecho hincapié Ramsés. Conseguir ese primero, ir rápido a por el segundo». De nuevo, carácter e intensidad. Nada de conformismo, porque no hay muchas opciones a la confianza ni a especular.
Coincidiendo en la mayor parte de los conceptos de juego con el ya ex entrenador, hay algo en lo que Manu Olmedilla no estaba de acuerdo con su tocayo: «Yo no compartía con Manu el objetivo de 'play off'. Los que llevamos aquí tiempo, no lo creíamos. Yo hablo con socios, ex compañeros, y te dicen 'otra vez en la misma situación que otros años'. Y tú dices, 'sí, pero las sensaciones en el terreno de juego son diferentes'. Sabemos que tenemos que mejorar porque sabemos que con esto no nos llega. Eso, intensidad, intensidad. Haciendo un gran trabajo en casa, si lo hacemos perfecto, lo tenemos». El inicio de ese trabajo tan perfecto, tan sin fallo, tan sin red, está en este domingo. Frente a un rival que fue tremendamente superior en San Lázaro. Sin embargo, las cuentas del capitán, que no quiere desvelar, parecen pasar por La Albuera. Y para eso es necesario que Ramsés enganche a todos.
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