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Agustín Cuenca tiene un camino ideal para llevar a la Gimnástica Segoviana al futbol profesional: que un grupo inversor local asuma la tarea. «Es más difícil que dejen el club en la ruina». Si toca decidir entre opciones más inciertas, la pelota estará sobre los ... accionistas. Tras la votación favorable a la conversión del domingo, el club pedirá una auditoría y presentará al Consejo Superior de Deportes una propuesta con el mínimo capital social, en torno a los 100.000 euros, para facilitar la compra de los títulos.
–En febrero de 2020 dimitió por el coste personal del proceso. ¿Por qué ha continuado?
–Es que cuando nosotros dimitimos no se presentó nadie a las elecciones. No íbamos a dejar al club tirado y seguimos como junta gestora. Lo que no tiene sentido es seguir dirigiendo el club de una forma en la que tú no crees. Si los socios querían que siguiéramos, tenía que ser con la forma que nosotros creíamos mejor.
–¿Qué le ha animado a seguir?
–De la Segoviana me anima casi todo, de los jugadores a la afición o el fútbol base. Es verdad que esto conlleva un desgaste y hay veces que te planteas si merece la pena. Creo que es un club con muchas posibilidades y me da mucha pena que seamos una de las pocas capitales de provincia que no ha vivido el fútbol profesional y ojalá alguna vez podamos cambiar eso.
–Ganó las elecciones con el 64% de participación y el domingo solo votó el 34%. ¿Qué explicación da?
–Ha habido gente que al votarnos es como si nos diera carta blanca para seguir nuestro camino. Es verdad que acabas cansando a la gente con tanta votación. Teniendo en cuenta que el socio gimnástico no se implica excesivamente en la vida cotidiana del club, termina no yendo.
–La lógica dice que fijar la votación en un día de partido hubiera llevado a más público. ¿Por qué no optaron por esa opción?
–Pues por no alargarlo más. Nosotros queríamos haberlo hecho en septiembre, luego, en octubre… Si no lo hacías el 13 de noviembre, te ibas otros 15 días. Si lo haces en día de partido vota más gente, pero si la gente no quiere votar, que no vote. A final el socio tiene que dar un paso adelante si quiere implicarse.
–El proceso lo han apoyado esos 200 socios, desde las asambleas a las votaciones. ¿Temían los efectos de una votación masiva?
–Es que la participación masiva hubiera beneficiado al sí. El que está en contra va en cualquier caso; el que está favor, como piensa que es lo que va a salir, va si puede. Hubiera habido más diferencia.
–¿Qué mensaje da a los socios que han votado que no?
Al final todos queremos lo mejor para el club. Que seremos lo más cuidadosos posible en nuestros pasos para respetar siempre la idiosincrasia y los valores del club.
–¿Cuál será su propuesta de capital social?
–Nuestra idea es que esté en torno a los 100.000 euros o que lo supere por poco, pero primero hay que ver la auditoría, que puede incrementar ese capital social. No quiero hablar de cantidades concretas que no pueda asegurar, pero nuestra intención es hacerlo lo más pequeño posible para que los socios se conviertan en accionistas.
–El 16 de junio habló de acciones a unos 50 euros. ¿Cuántas acciones plantea?
–Si divides el capital social entre los accionistas, se tocará a una cantidad, supongamos que 250 o 300 euros, no lo sé. Si pones las acciones a 250 euros, habrá gente que no quiera pagarlos. Lo que vamos a hacer es ponerlo a menos cantidad; por ejemplo, si son 250, que a cada socio le correspondiesen cinco acciones y que salgan a 50 euros. Queremos dar la opción a gente que quiera una parte más pequeña.
–Entonces le aclaró a un socio que no pretendiera ganar dinero con las acciones. ¿Cuál es el incentivo para ser accionista?
–Seguir tomando decisiones del club. Siguiendo este camino, habría que buscar un socio inversor fiable que tratara de llevar al equipo hacia arriba. A partir de ahí, solo tendrán poder de decisión los accionistas. Lo que sí hay que intentar es que el que compre acciones no pierda dinero.
–¿Prevé que la demanda de acciones sea similar a la participación del domingo?
No espero que todo el mundo participe. Más allá del punto de vista meramente deportivo, la gente no participa mucho. Y es probable que ocurra lo mismo en este caso.
¿–Cómo se cubre el capital social si hay pocos accionistas?
–Confío en que los que compren se hagan con la parte que les toca y la que les toca a los que no compren.
–¿Cuenta con que se cubra íntegramente entre los socios?
–Me gustaría que así fuera. No sé si el cien por cien, pero sí confío en que tres cuartas partes las cubran los socios.
–¿Qué pasaría con la parte restante?
–Eso es lo que tenemos qué valorar, a quién se le podría dar entrada. Si personas físicas y jurídicas de la provincia... Es un tema que hay que tratar con tranquilidad.
–¿Cómo tutelará el proceso para que el club no caiga en las manos equivocadas?
–Es que eso nadie te lo asegura. Si lo sabes, no te pones en manos de alguien que la va a preparar. Si pudiera elegir, me gustaría tener un socio inversor que fuera de Segovia. Que su implicación en la ciudad te asegurase que, saliese bien o saliese mal, le preocupe el futuro del club, así es más difícil que lo dejen en la ruina. Un australiano se va a su país y no quiere saber nada.
–¿Abrirán las puertas a grupos de fuera de Segovia?
–Pues depende. Si viene alguien muy fiable, se le podría dejar entrar, desde mi punto de vista. Cuando llegue el momento, los accionistas tendrán que decidir.
–¿Había inversores pendientes de la votación?
–Aquí llaman inversores cada 15 días. Somos un club que no tiene deuda, cercano a Madrid, en Segunda RFEF, con cantera… Podemos ser un club apetecible.
–¿Qué respuesta les dan?
–Que si salía la conversión, la preferencia la van a tener los socios. Ahora mismo, el que quiera entrar aquí que sea de fuera, le decimos que no es el momento.
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