Los clubes de Castilla y León de Segunda piden «garantías» para mantener un 75% de aforo toda la liga

A los clubes les urge una respuesta para poder tener un aval ante sus aficionados, que a día de hoy no saben si podrán disfrutar de todos los partidos que juegue su equipo como local. De ahí que, salvo el caso del Mirandés, que presentó su campaña el último día de junio, el resto de clubes continúe a la espera y no hayan anunciado a sus aficionados los precios de los abonos para la nueva temporada. En esa misma reunión con el consejero se le transmitió que están a la espera de conocer la respuesta por parte de la Junta para lanzar sus respectivas campañas de abonados.

En caso de que no haya una respuesta afirmativa por parte de Salud Pública, los cuatro clubes deben acatar, punto por punto, las medidas publicadas en el BOCyL el pasado 7 de mayo, y que cifran expresamente un 75%, «siempre que se pueda mantener un asiento de distancia en la misma fila, en caso de asientos fijos, o 1,5 metros de separación si no hay asientos fijos, entre los distintos grupos de convivencia».

De igual modo, los propietarios del campo deben garantizar una trazabilidad mediante entradas numeradas y asientos preasignados. He aquí otro de los problemas que presenta la norma, ya que en caso de que no acudan convivientes, el estadio se llenaría solo al 50% por la distancia obligatoria de una butaca entre dos aficionados. Del mismo modo, el club debería poder acreditar la convivencia de un grupo de aficionados que soliciten sentarse juntos. Si en el transcurso de la temporada se pasara a nivel 3, el aforo máximo pasaría automáticamente al 50%, siendo de un tercio en caso de instalarse el nivel de alerta 4.

En el caso del Real Valladolid, la máxima preocupación de sus dirigentes tiene que ver con la incertidumbre en la que se encuentran, sin poder tomar decisiones concluyentes, y la «indecisión», según aseguran, que transmite la administración regional con su constante cambio de medidas.

En esa línea se encuentra también Marcelino Maté, que pide a la administración que «arriesgue un poco» con los clubes profesionales y contemple la propuesta colectiva firmada por Ponferradina, Mirandés, Burgos y Real Valladolid. «Pedimos seguridad de que si se cambia de fase no baje ese 75 por ciento de aforo», resume el máximo dirigente del fútbol en Castilla y León, que suscribe la petición de los clubes de dar ciertas garantías a sus abonados. Maté no oculta su optimismo y confia en que se haga una excepción con los estadios de la Comunidad.

En la otra orilla, en cambio, lo tienen bastante claro y la petición de los clubes de Segunda choca frontalmente con las intenciones de la Junta de no hacer ninguna excepción con los equipos profesionales.

Todas estas normas son «inalterables» a día de hoy, según reconoció ayer el vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, a pregunta realizada por este diario. No se contempla ninguna modificación de las medidas en el nivel 1, de lo que se deduce que tampoco las habría en caso de pasar a un nivel 2 o 3.

Al término de la última temporada fue el propio Consejo Superior de Deportes (CSD) a través de su presidente Jose Manuel Franco quien hizo una excepción al autorizar público en los 'play-offs' de fútbol en aquellas Comunidades Autónomas (CCAA) que se encontraran en fases 1 y 2 de la desescalada, con un máximo de 1.500 espectadores por estadio. Ahora el escenario es bien diferente y los clubes de Segunda de Castilla y León apelan al buen ritmo de la vacunación para pedir que no se reduzca ese aforo del 75% con el discurrir de la temporada.

Esa propuesta se le trasladó al consejero Javier Ortega, en una reunión en la que estuvieron presentes David Espinar por parte del Real Valladolid; Eduardo Domínguez, director general de la SD Ponferradina; Ricardo Cantera, director general del CD Mirandés; y Jesús Martínez, miembro del Consejo de Administración del Burgos CF; además de Marcelino Maté, presidente de la Federación de Castilla y León de Fútbol.