Castigo a la falta de personalidad

El conjunto visitante intentó llegar al área morada de primeras, pero el Palencia Cristo desbarató pronto los planes de los gallegos. Los de Fran Justo llegaban a La Balastera sin caer en ningún encuentro y después de eliminar el pasado miércoles al Zamora en los octavos de la Copa Federación, y fueron los primeros en intentar inaugurar el marcador, después de un derechazo de Álex Fernández que golpeó en el larguero de la portería defendida por Guille.

Con el paso del tiempo los morados también lo intentaban con balones largos y en profundidad que no encontraban rematador. El marcador no se movía del 0-0 inicial y no había un claro dominador. Marquitos lo volvía a intentar a los 19 minutos desde fuera del área, pero se encontró con el larguero. Ya eran dos avisos del equipo rival con cierto peligro para los palentinos.

Una bonita jugada entre Adri Castro y Herrera pudo acabar en gol, pero este último no llegaba a rematar el balón en el área gallega. Y poco después, un providencial Guille lograba sacar un balón tras un mano a mano con Álex Fernández.

Tanteo y equilibrio de fuerzas durante la primera mitad, donde no existió un claro dominador. En el minuto 32, un disparo de Herrera se marchó fuera. Poco después, la defensa palentina daba al traste con un centro de Escobar que buscaba rematador. El partido se acercaba al descanso y ninguno de los dos equipos era capaz de romper el igualado 0-0. De nuevo Adri Herrera probaba suerte a tres minutos para el final, pero Diego García atajaba sin problemas. No hubo tiempo para más y ambos equipos se marchaban al vestuario con la igualada del inicio del partido.

Los segundos 45 minutos comenzaron con dominio palentino. Los morados buscaron el área rival nada más arrancar, pero la definición no llegaba. Pibe lo intentó de lejos para los suyos a los 53 minutos, pero el balón se iba rozando el poste de la portería morada. Ningún equipo era capaz de romper la igualada.

La salida de Ali Radjel y Rafa dio más frescura a los morados, que estaban mejor plantados en el campo que durante la primera mitad. El equipo de Chuchi Jorques era más creativo y tuvo la iniciativa desde el inicio del segundo tiempo, pero el marcador seguía sin moverse pese a los intentos morados. En el minuto 72 de partido, una gran jugada combinativa del Palencia Cristo estuvo a punto de sorprender a Diego García, que atrapaba un centro que Adri Herrera estuvo cerca de rematar.

El colegiado se convirtió en protagonista cuando mejor le iba al equipo morados, al pitar una pena máxima muy dudosa en contra del Palencia Cristo que transformaba Alex Fernández para los gallegos a los 77 minutos. El Palencia Cristo debía trabajar duro en poco tiempo para intentar sumar al menos un punto y la ocasión más clara para los palentinos llegaba dos minutos después del gol en contra en una gran jugada iniciada por Vivito, que sirvió un pase en profundidad a Ali, que centraba para que Herrera rematase de cabeza por encima del travesaño.

Cuando el partido cumplía ya los 90 minutos reglamentarios, el portero rival atajaba un gran disparo de Ali, que acertaba a taconear Abel Pascual. Los morados lo intentaron hasta el final, pero sin éxito. Al Palencia Cristo le faltó garra y coraje y no supo leer bien el partido, que finalmente se llevaron los gallegos. Los de Chuchi Jorques tratarán de desquitarse en el siguiente partido frente al Real Avilés, el próximo domingo en tierras asturianas.

El técnico del Palencia Cristo se mostraba muy decepcionado al término del encuentro. «Cuando no tienes personalidad de ir a por el partido, duele más. Puedes ganar, perder o empatar, pero tienes que transmitir que vas a por el partido, y eso no lo he visto en ningún momento. Nuestro plan de partido era desgastarles para llegar luego en los últimos minutos y aprovecharnos», afirmaba. «Tenemos calidad para jugar con el balón, pero hay que tener personalidad. Tengo la sensación de que el Arenteiro ha sido mejor que nosotros, si digo lo contrario me engañaría a mí mismo. Seguramente el principal culpable soy yo, pero no queda otra que aprender de los errores y tirar hacia adelante», recalcaba.