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Daniel Panero
Jueves, 6 de junio 2024, 19:42
«La clave para competir la próxima temporada es acertar con el relevo de Busquets», aseguró Xavi Hernández hace un año al finalizar la campaña 2022-2023. Ese día el técnico catalán puso sobre el tapete la necesidad del club de cubrir una posición fundamental para el engranaje del Barça. Un año después y ahora con Hansi Flick a los mandos, el Barcelona regresa al mercado con la misma prioridad en la planificación deportiva. Los culés buscan con urgencia un pivote defensivo que sea capaz de equilibrar a todo el grupo y que a la vez sepa llevar el ritmo de los partidos.
Esa necesidad se ha acentuado después de una temporada en la que Xavi no ha conseguido dar con la tecla en esa posición. El Barça fichó a Oriol Romeu, pero el ex del Girona no cuajó en sus primeros encuentros y el técnico azulgrana le retiró la confianza. A partir de ahí el casting se abrió de par en par. Por ahí han pasado Sergi Roberto, Gündogan, Frenkie de Jong e incluso Christensen, jugadores muy dispares todos ellos y que no han conseguido aglutinar todas las características que el Barça necesita para una posición clave en el juego del equipo.
Y es que el mediocentro que incorpore el Barcelona debe ser capaz de sostener la presión del equipo en campo contrario y al mismo tiempo debe tener la inteligencia táctica para no perder la posición en caso de que el equipo rival supere esa primera línea de presión. Además, debe ser un jugador con buena salida de balón desde atrás y con facilidad para asociarse con el resto de sus compañeros para ser uno más en ataque en esos partidos en los que el Barça se enfrenta a rivales cerrados en su propio terreno de juego.
El jugador que más gusta en el Barcelona con este perfil es Joshua Kimmich. El futbolista alemán del Bayern finaliza contrato en junio de 2025 y podría ser una buena oportunidad de mercado. Además, ya conoce a Flick, con el que ganó el sextete con el equipo muniqués, y no ha cerrado la puerta recientemente a un cambio de aires. «Mi futuro no depende de mí. Todavía me queda un año de contrato», recordó Kimmich en la concentración de la selección alemana.
Kimmich gusta, pero hay más opciones. Para el Barça es prioritario que el fichaje se adapte a la situación económica del club, algo que limita algunos de los objetivos. Es el caso de Zubimendi, Amadou Onana o Javi Guerra. El jugador de la Real Sociedad es un viejo anhelo de la dirección deportiva, pero los azulgranas han chocado en todo momento con las pretensiones del club donostiarra, que en ningún caso traspasaría al futbolista por una cifra inferior a los 50 millones de euros.
Ese mismo obstáculo existe con Onana. El Everton ha tasado al centrocampista senegalés, de 22 años, en 70 millones de euros, una cifra muy lejana a la que el Barça podría ofrecer y más asequible para los transatlánticos que habitan en la Premier League. A mitad de camino estaría la opción Javi Guerra, con una cláusula de rescisión de 100 millones, pero con un club, el Valencia, dispuesto a negociar y que siempre ha mantenido buenas relaciones con el azulgrana.
Otra opción que maneja el Barcelona es repetir el modelo del año pasado. Los culés esperaron una oportunidad de mercado que nunca llegó y finalmente incorporaron por apenas 3,4 millones de euros a Oriol Romeu. El fichaje no ha dado buen resultado, pero los culés podrían verse obligados a doblar la apuesta con un jugador 'low cost' que permita al club no realizar un gran desembolso económico.
Con este perfil hay varios candidatos. Guido Rodríguez (Real Betis), Dion Lopy (Almería), Mats Wieffer (Feyenoord) o André Trindade (Fluiminense) también están en la agenda de un Barça que ya ha iniciado el casting para el jugador sobre el que edificar su nuevo proyecto.
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