El 'killer' Suárez

Un Barça pobre, anodino y sin un patrón claro de juego derrotó al Eibar gracias a la inspiración de sus estrellas, Luis Suárez y Neymar, y mantiene el pulso con el Real Madrid en la cabeza de la Liga. El cuadro catalán tiene un objetivo a corto plazo: llegar vivo hasta después de navidades, que es cuando recuperará todo su potencial, ya que los lesionados se habrán recuperado y podrá tirar del fondo de armario que le proporcionarán Arda Turan y Aleix Vidal, inéditos por la sanción de la FIFA.

Hasta entonces, el Barça trata de ir salvando las naves para no ceder distancias con su archirrival. De momento, lo va consiguiendo, aunque sus partidos no serán recordados en los anales del fútbol. Ni mucho menos. Pero con la calidad de su pareja uruguayo-brasileña le basta. En esta ocasión, Neymar puso los pases y Suárez hizo los goles. Anotó tres y se llevó el balón firmado para casa. Es un matador a la vieja usanza y tiene un apetito insaciable.

La puesta en escena valiente y sin complejos de Mendilibar sorprendió a los de Luis Enrique, acostumbrados a llevar la batuta en su campo y a gozar de más ocasiones. Los armeros salieron con la idea de cortocircuitar la salida con el balón desde atrás de los blaugranas. Keko, Verdi, Inui, Escalante y García formaron una red en el centro del campo, que se convirtió en una trampa para el trivote de Luis Enrique -Rakitic, Busquets y Mascherano-, demasiado lentos. Sin espacio para la creación, el juego del FC Barcelona no fluía, con el agravante de que cuando los guipuzcoanos robaban, creaban mucho peligro. Borja Bastón y Keko están en estado de gracia y Verdi es todo un gladiador.

Al Barça le tocó navegar con el viento en contra desde casi el inicio. El centrocampista italiano robó en la línea de construcción azulgrana, lanzó a Keko, atajó Bravo y, Borja Bastón resolvió el rechace. Ni 10 minutos de juego, y el conjunto catalán parecía que jugaba al ralentí y el Eibar, a 200 revoluciones. Intensidad, presión, apoyo en el ahogo de las bandas, el once armero funcionaba como un bloque compacto. En el lado contrario, las piezas del puzle de Luis Enrique seguían sin encontrarse.

Y a falta de un esquema concreto, el Barça está hallando últimamente buena parte de las soluciones para arreglar los entuertos en Neymar y Luis Suárez, que han cogido los galones de Messi. Un buen arranque de Neymar lo recogió Busquets, que buscó la espalda de los laterales y encontró a Sandro, quien asistió a la primera sobre la cabeza de Suárez. Golazo, aunque Sandro partió en claro fuera de juego.

El tanto apenas alteró el juego de unos y otros. El equipo local trató de consolidar su apuesta, pero el Eibar mantenía ese rigor físico que le ha permitido firmar un arranque de Liga muy bueno. Es lo que ocurre a estas alturas de temporada: los equipos que luchan para evitar el descenso salen como balas para acumular un buen colchón de puntos, mientras que los que aspiran a ganar títulos aún tienen muy lejos el pico ideal de forma.

Tras la reanudación, quien adelantó la presión fue el once barcelonés, que buscó el error de Capa en la salida, lo que permitió una buena jugada de Neymar, que asistió a Suárez para que culminara con un gran derechazo. El Camp Nou no es un estadio que se caracterice por la paciencia de su hinchada.

Con el 2-1, en el 47' el barcelonismo resopló algo más tranquilo, pensando que el Eibar se abriría y dejaría más espacios. A corto plazo no ocurrió, pero la presión de la primera parte empezó a pesar poco a poco en las piernas guipuzcoanas, que se veían capaces de llegar a la meta de Bravo, aunque ya no con la frescura de la primera parte. En el 83 se abrió una última esperanza para los eibarreses. Mascherano, por protestar, se fue a la ducha y dejó a su equipo con 10. Sin embargo, Neymar y Luis Suárez, un minuto después, volvieron a asociarse para abortar definitivamente el sueño armero.