Bakambu y Cherysev rescatan al Villarreal del naufragio

El regreso de la Liga Europa a una localidad que respira fútbol por los cuatro costados es una de las mejores noticias para el 'Submarino', desde donde siguen soñando con llegar muy lejos. Han sido siete largos meses los que han transcurrido desde aquel duro varapalo infringido por la Roma en el entonces recién renombrado como Estadio de la Cerámica.

Un 0-4 que hizo mucho daño en el Villarreal, confiado en hacer un buen papel. Aun con todo en contra, semanas más tarde se recompuso para rascar una victoria por la mínima en la capital italiana, un buen aliciente con el que despedirse de la competición continental tras haber mantenido un titubeante camino durante la fase de grupos.

Será uno de los asuntos a mejorar para el conjunto amarillo en los próximos encuentros, cuyo objetivo es «no pasar apuros» en la clasificación, como reconocía el centrocampista Manu Trigueros, totalmente consciente del «salto de nivel que está demostrando el Astaná en los últimos años en Europa». Un rival del que se tienen muy buenos recuerdos en el seno del equipo amarillo, pues fue eliminado en la fase previa de esta misma competición en el año 2014 con total autoridad.

Mucho han cambiado las cosas desde entonces para una entidad nacida en el año 2009 con el dinero del gobierno local. Prometen los kazajos dar mucha más guerra que entonces, pues su progresión ha sido evidente en el fútbol continental, llegando a hacerse un hueco en la Liga de Campeones -esta campaña quedaron fuera en la última eliminatoria contra el Celtic-.

Con el deseo de hacerse «fuertes en casa» por parte de Escribá, tendrán la primera prueba de fuego ante el indiscutible líder de Kazajistán.

Con el relumbrante Estadio de la Cerámica ya engalanado para la ocasión, muchos de los focos estarán en el ruso Denis Cherysev, que ha sido incluido en la convocatoria tras una larga lesión que le ha mantenido en el dique seco prácticamente un año. Se esperan cambios en el once del Villarreal, aunque el mal inicio de temporada y las ganas de lograr algo importante en la segunda competición continental 'obligan' a los amarillos a seguir demostrando que son uno de los grandes.

Cherysev besaba el césped y se abrazaba a sus compañeros. Sonreía de pura felicidad y la grada no podía dejar de vitorear uno de los goles más importantes de la carrera del ruso. Al menos, hasta el momento. Suponía la sentencia de un partido sufrido (3-1), pero, por encima de todo, el regreso de un jugador importante y muy querido por la parroquia amarilla. Diez meses más tarde de su lesión acudía a poner el broche de oro a un choque que muy rápido se puso de cara para el Villarreal, acomodado demasiado pronto y que acabó cediendo la posesión del balón a un Astaná que, aunque inocente, mereció el empate durante muchos minutos.

El mal juego del equipo obligó a tirar de Bakambu y a precipitar el regreso del ex jugador madridista, que apenas tardaron cinco minutos en devolver la tranquilidad al conjunto castellonense para sumar la segunda victoria consecutiva de la temporada y lograr los tres primeros puntos en Europa. Una absoluta necesidad para alcanzar la clasificación en un grupo en el que las diferencias del cuadro de Escribá con el resto se antojan abismales.

El encuentro comenzó con un Villarreal que se sabía superior. A pesar de presentar algunos cambios en la alineación, se presentó con un equipo de garantías para mostrar su carta de presentación frente a un conjunto kazajo falto de imaginación y de ideas sobre el campo. Transcurría apenas un cuarto de hora cuando un balón largo de Jaume Costa fue aprovechado por el italiano Sansone para poner en ventaja a los amarillos con un disparo en el que el meta Eric pudo hacer mucho más. Era la primera llegada peligrosa, y las facilidades dadas por la zaga, demasiado endeble, resultaban más que evidentes.

No lo aprovechó el ‘Submarino’, pudo pagarlo mucho antes, pero los kazajos desaprovecharon un par de buenas oportunidades antes del descanso del encuentro. Era Twmasi el futbolista que aportaba mayor verticalidad, velocidad y peligro en ataque, aunque un cabezazo a placer de Murtazaev bien atajado por Barbosa fue lo más inquietante por parte del equipo entrenado por Stoilov en un primer acto en el que ya comenzaron avisando de su capacidad en ataque.

Con un Villarreal incómodo sobre el césped, el Astaná fue capaz de seguir estirándose hasta que en un saque de esquina llegó un empate que hasta ese instante era más que merecido. El tanto, obra de Logvinenko en un inapelable cabezazo, dejó helado al Estadio de la Cerámica, que durante algunos minutos pitó a un equipo que parecía no tener alma. Pero realmente fue el gran acicate que activó a los de Escribá. Con Bakambu y, por fin, la vuelta de Cherysev, el partido cambió en dos minutos. Los tantos del congoleño, primero -un auténtico golazo-, y el ruso, más tarde, animaron a la afición, que ya había vivido esa misma película.

Esta vez todo acabó con final feliz para un ‘Submarino’ que comienza sumando en una de las competiciones con las que sueñan desde hace tiempo. Es, sin duda, el primer paso para empezar a hacer historia.