La Real se da un festín a costa del Rosenborg

El proyecto de Eusebio Sacristán al frente de la Real afronta su campaña de consagración definitiva con caras nuevas, pero sobre todo con un bloque que se conoce al dedillo. Diego Llorente y Adnan Januzaj ya suman junto a los Odriozola, Illarramendi, Willian José, Zurutuza, Juanmi. Y Xabi Prieto, que con 34 años y más de 500 partidos a cuestas arranca su decimoquinta -y en sus propias palabras, «probablemente última»- temporada de txuri-urdin. Ante el Rosenborg llevará una vez más la manija de su equipo.

«Ganando en casa se tiene mucho hecho», confesaba el pasado martes el presidente Jokin Aperribay, y no le falta razón. En un grupo a priori asequible para la Real junto al propio conjunto noruego, el Vardar macedonio y el Zenit ruso, sumar de tres en tres en Anoeta allanaría el camino hacia una clasificación que sería histórica por tratarse de la primera en el siglo XXI. «Es compatible disfrutar y competir», aseguró Eusebio en la previa del encuentro contra el Rosenborg, antes de mojarse: «Me atrevo a soñar con levantar el título, ahora toca demostrarlo y vamos a por todas».

Sin Iñigo Martínez, lesionado ante el Deportivo; ni Raúl Navas, con dos vértebras fracturadas, Aritz Elustondo y Diego Llorente se postulan como titulares en el eje de la defensa realista, que completarán Álvaro Odriozola y Kevin Rodrigues en los costados. Tampoco se ha recuperado a tiempo Mikel Oyarzabal del golpe que recibió en la tibia durante la concentración de la sub-21, lo que aumenta las opciones de Carlos Vela de estrenarse como titular este curso. El mexicano, que peleará con Januzaj por acompañar a Juanmi y Willian José en la delantera, puede hacer historia ante el Rosenborg: si disputa algún minuto se convertirá en el segundo extranjero con más partidos de la Real, 237, empatando con Claudio Bravo pero todavía lejos de los 286 de Darko Kovacevic.

En el Rosenborg, un viejo conocido amenaza el estado de euforia de la Real. Se trata del sempiterno Nicklas Bendtner, tantas veces objeto de burla en las redes sociales por su estrafalario estilo de vida y su nulo rendimiento en Arsenal, Sunderland, Juventus, Wolfsburgo y Nottingham Forest. De vuelta al frío escandinavo -aunque él es danés, no noruego-, ha recuperado su mejor versión y ya suma once goles en apenas cinco meses en Trondheim.

Osados los tópicos en esto del fútbol. El que otorga a los equipos nórdicos la cualidad inherente de ser fuertes en el juego aéreo, un ejemplo. El que dice que los centrales siempre marcan de cabeza, otro ejemplo. Y ese que está tan de moda y que se empeña en desterrar futbolistas con la treintena rebasada, un tercer ejemplo. En su debut europeo, la Real Sociedad rompió con los tres y se adjudicó un plácido no, placidísimo triunfo ante el Rosenborg y que no hace sino prolongar el éxtasis en el que vive el conjunto ‘txuri-urdin’, colíder de la Liga.

Ni siquiera 180 centímetros de altura promediaba la zaga titular del cuadro noruego en Anoeta, un caramelo que Real aprovechó a base de cabezazos. Los tres primeros saques de esquina acabaron en testarazo, aunque ninguno fue gol. El cuarto terminó en el fondo de la red rebañado por Diego Llorente… Con el pie.

Un minuto más tarde, es decir, en el 10’, un contragolpe llevado por Xabi Prieto culminó en el 2-0. El capitán donostiarra es un claro ejemplo de que la calidad no tiene fecha de caducidad. La de su pierna derecha se forjó en Zubieta, hace ya tres lustros, y todavía sigue dando réditos a la Real. Apareció en el carril del ‘8’ para servir un centro con denominación de origen y Zurutuza sólo tuvo que acompañarlo para hacer el segundo… Con la cabeza.

El sello de Eusebio Sacristán se está reflejando más que nunca en este inicio de temporada de la Real, y el Rosenborg lo sufrió en sus carnes: presión asfixiante, triangulaciones rápidas en campo rival, extremos con presencia interior y laterales doblando constantemente. La falta de acierto en el área impidió una goleada escandalosa en la primera parte, aunque poco antes del descanso llegó el 3-0. Xabi Prieto volvió a dejarse caer por la banda derecha, pisando línea de fondo como antaño, para regalarle el tanto a Carlos Vela, que no pudo celebrarlo. Skjelvik se cruzó en su camino y lo empujó en su propia portería.

Con 28 años cumplidos, es imposible que Carlos Vela cumpla las expectativas que levantaba allá por 2005, cuando se proclamó campeón del mundo sub-17 y máximo goleador del torneo. El Arsenal pagó una millonada por aquel chaval nacido en Cancún, comenzando entonces un carrusel de cesiones que acabaría truncando su progresión: Salamanca, Celta, Osasuna y West Bromwich Albion disfrutaron de su talento, tan brillante como irregular.

Y en 2011 recaló en la Real Sociedad. En Anoeta ha compaginado temporadas de crack y cursos en la sombra, pero cuando el próximo mes de enero abandone Donosti para embarcarse en la MLS, lo hará como uno de los mejores extranjeros de la historia ‘txuri-urdin’. Concretamente, como el segundo con más partidos tras Darko Kovacevic. El serbio se marchó con 286 encuentros a sus espaldas, y ante el Rosenborg, Vela cumplió su número 237, tantos como Claudio Bravo. No pudo certificar la efeméride con un gol, pero Anoeta volvió a dejarse las manos aplaudiéndole.

El paso por los vestuarios bajó tímidamente las revoluciones de la Real, que aun así y también pese a los cambios, continuó sometiendo al Rosenborg. Willian José primero y Juanmi después perdonaron el cuarto, que acabó marcándolo otra vez Diego Llorente, un central con alma de ‘9’: lleva más goles como ‘txuri-urdin’ (tres) que partidos disputados (dos). Solventado el debut europeo con nota, la Real recibirá al Real Madrid el próximo domingo en lo que será una verdadera prueba de nivel para medir hasta dónde puede llegar el equipo de Eusebio esta temporada.