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Rafael lamelas
Jueves, 10 de diciembre 2020, 00:07
El Granada, ya clasificado para los dieciseisavos de final de la Liga Europa en la primera participación continental de su historia, se juega este jueves el liderato de grupo en Salónica, contra el PAOK, ya eliminado del torneo. Con una victoria, el equipo nazarí se ... asegurará la primera plaza, aunque también la conseguirá, haga lo que haga en terreno griego, si el PSV Eindhoven no es capaz de derrotar en su campo al Omonia Nicosia, que al igual que el PAOK ya no tiene ninguna opción. Por tanto, el triunfo del Granada se presume imprescindible para confirmarse en la última jornada de grupos al frente de la clasificación.
En el partido de la primera vuelta disputado en Los Cármenes, el Granada y el PAOK empataron sin goles, pero en esta ocasión el conjunto dirigido por Diego Martínez intentará aprovecharse de que, aunque el equipo griego atraviesa la mejor racha de la temporada en la liga (cinco victorias consecutivas), no tiene ninguna posibilidad en Europa. Además, el PAOK afrontará el domingo un derbi contra el Aris, con el objetivo de intentar arrebatar el liderato de la Superliga griega al Olympiacos. Aunque tiene varias bajas importantes por lesión, como las de Jesús Vallejo, Fede Vico o Ramon Azeez, y que el equipo andaluz lleva ahora una mala trayectoria, el Granada solo ha perdido un partido en la Europa League, precisamente en la última jornada ante el exigido PSV (0-1), pese a lo cual se garantizó el pasaporte a la primera eliminatoria directa en su debut.
Fuera de casa ha ganado el Granada los cuatro partidos que ha disputado en la competición y frente al PAOK, pese a las rotaciones que llevará a cabo Diego Martínez, debe apuntarse una muesca más para no depender del PSV-Omonia y del previsible triunfo del conjunto neerlandés. También se prevé que el técnico del equipo griego, el uruguayo Pablo García, reserve jugadores antes una cita europea intrascendente para los helenos.
El Granada sí estará en los dieciseisavos de final de la Europa League, ya clasificado desde la anterior jornada, pero no irá al sorteo como cabeza de serie tras su empate a cero en el campo del PAOK. Ostentó la condición de líder de grupo desde el arranque de esta competición, pero la dignidad se la arrebató al final el PSV Eindhoven, victorioso en su encuentro con un Omonia que ya no hizo más favores. Los rojiblancos no lograron marcar a los griegos en ninguno de sus dos enfrentamientos, ni en Los Cármenes ni en Salónica. Saltaron con una alineación de inhabituales, pero acabaron atacando con todo lo disponible. Ni así pudieron con el muro heleno, marrando ocasiones al principio y algo precipitados en la intentona final.
Progresar es otro hito para la historia nazarí, pero no puede contentar del todo que el equipo acabe pudiendo cruzar con adversarios del pedigrí de Manchester United, Ajax, Brujas o Shakthar, más los líderes de los otros grupos. Quizás la aventura culmine en esas eliminatorias a doble cruce o quizá sea cuando la épica florezca de nuevo y el Granada logre imposibles. Está en un lugar ajeno y quiere seguir haciendo ruido. El lunes sabrá contrincante y en febrero retornará a la escena.
Una vez más, Diego Martínez confundió con la previsión táctica que trasladó a la UEFA. Dibujó un reparto con tres centrales y carrileros que no se reflejó en el campo. El esquema, en realidad, se desveló como un 4-2-3-1. Solo acopló a un canterano de inicio, Pepe, de nuevo como lateral derecho, al igual que en su debut europeo en Nicosia. El más curtido de la hornada del Recreativo que viajó. Foulquier retornó al flanco izquierdo, por el que no pasaba desde la catástrofe del Wanda Metropolitano. De centrales, Nehuén y Germán, que ya se emparejaron con el Omonia en Los Cármenes. Por delante, Luis Milla fue el único testigo inicial del destacamento con más carga de partidos. Eteki hizo de escudero, Puertas y Kenedy expandieron el fútbol por los extremos y Soro enganchó con Jorge Molina, en una posición en la que el maño también se dejó ver en el Real Zaragoza. Disfrutó de la libertad y exhibió clase.
PAOK de Salónica
Paschalakis, Lyratzis (Wagué, min. 63), Ingason, Varela, Crespo, Murg, El Kaddouri, Esiti (Douglas Augusto, min. 63), Koutsias (Tsiggaras, min. 46), Tzolis (Andrija Zivkovic, min. 46) y Colak (Swiderski, min. 81).
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Granada
Aarón Escandell, Pepe, Nehuén Pérez, Germán Sánchez (Neva, min. 67), Foulquier, Yan Eteki (Soldado, min. 85), Luis Milla (Gonalons, min. 75), Antonio Puertas, Kenedy (Luis Suárez, min. 67), Soro (Machís, min. 75) y Jorge Molina
árbitro: John Beaton (Escocia). Amonestó a Esiti, Colak, Nehuén Pérez, Crespo, Douglas Augusto y Luis Suárez.
incidencias: Partido correspondiente a la jornada 6 de la fase de grupos de la Europa League, disputado en el estadio La Tumba, sin público en las gradas.
Los rojiblancos se apoderaron del balón ante un PAOK contemplativo. Por la honra competitiva y el dinero que dan los puntos pugnaban apenas los griegos. El Granada sí manejaba argumentos de más peso para buscar la victoria. Quedar primero no era poca cosa. Se midió Puertas con Paschalakis para encarar los acontecimientos, tras una asociación ágil de Soro y Molina. El almeriense se plantó solo ante el portero, pero disparó con dificultad, le traicionó la pelota. El de los guantes se acabó ayudando con el tobillo para el despeje.
A Pablo García, entrenador de los helenos, aquel implacable centrocampista uruguayo que no hacía prisioneros, torcía el gesto en el área técnica ante la falta de empuje de los suyos. Lyratzis la lio con un absurdo pase atrás que interceptó Molina para encarar hacia el arco. Ingason llegó para evitar el desastre cuando el delantero tardó unos segundos de más en el culebreo final ante Paschalakis, tenso en el mano a mano el ateniense, aguantando como si fuera argentino. El central islandés, muy decente en los dos encuentros como rival, ha mudado de piel desde aquel horrible 'erasmus' en la ciudad de la Alhambra.
A Pepe se le está endureciendo la barba desde que convive con el primer equipo. El chaval esconde cualquier bisoñez y se aplicó en defensa con disciplina marcial. Hasta dejó ver su pegada en un tiro lejano, heredero directo de los chupinazos que de vez en cuando se saca el capitán lesionado, Víctor Díaz. Molina volvió a comprometer a Paschalakis en un maravilloso envío de Soro, deslizándose en patines y mira telescópica, que el del Alcoy cabeceó demasiado centrado.
El marcador seguía intacto, pero no en el Philips Stadion. El tanto de Malen descabalgaba al Granada de la cúspide para que irrumpiera el PSV. Nada impacientaba a los de rayas horizontales, a los que la salsa de pases les salía con algunos grumos, salvo cuando el balón lo colaba Soro. En una falta lateral, Varela aprovechó una salida a por uvas de Aarón para anticiparse en un remate que pegó en la cruceta. No les castigó por poco a escasos minutos del descanso. La inactividad se suele percibir en malas mediciones como la que le ocurrió al valenciano bajo palos.
Nada más reanudarse la cita con dos cambios en el PAOK, Kenedy intentó medirse con Paschalakis, pero acabó dándole un golpazo fortuito del que el guardameta se restableció tras ser atendido.
Los de Salónica se descentraron en una pérdida de Esiti con la que Soro no logró concretar, con un despegue posterior como un cóndor de Paschalakis, en un balón que se marchaba de sus dominios. Rebasó los límites de su área pero ni el árbitro ni el asistente parecieron ver su evidente aterrizaje exterior. Unas manos clarísimas que él trató de disimular con su cuerpo por delante. Le funcionó. Lo hubiera visto Rompetechos.
Llovía y la pelota se iba escurriendo de lado a lado, con Puertas de nuevo con el florete ante Paschalakis, sin puntear tampoco el almeriense. El PAOK hizo otro par de sustituciones y Diego meditó sus primeros reemplazos. Al tiempo, Dumfries colocaba el segundo del PSV y obligaba a la victoria de los nazaríes si estos querían volver al bombo más favorable en teoría.
Ingresó Neva por Pepe, lo que recolocó a Foulquier en la diestra, y pasó Luis Suárez a acompañar a Molina, escorado en la izquierda. Había desaparecido el goteo ofensivo y los locales estaban mejorando con sus refrescos, al menos en sensaciones y cierto control.
El 'chamán' no echó cuentas a los otros cachorros en su banquillo y tiró de personal de confianza con Gonalons y Machís. Muchos titulares para buscar la diana en el último cuarto de hora. Quería ganar por si no había quedado claro, pero Paschalakis conservaba el traje entre brincos algo excéntricos.
Hasta Soldado acabó sobre el tapete para las últimas cargas de la caballería. Se llevó una tarascada de Crespo que no vino a cuento. Germán se lanzó en una falta al área, pero estaba en fuera de juego. Luego se molestó con Luis Suárez en un cabeceo conjunto, en plena invasión.
Se reclamó una mano en el área que el colegiado escocés no vio y el PAOK pudo vencer incluso en un contragolpe fugaz. Habría sido cruel con el esfuerzo nazarí. El pase estaba asegurado y quedaba por ver el escalafón. Será segundo y pueden caer varios cocos en los emparejamientos. Nadie dijo que esta oportunidad no fuera complicada y, a la vez, apasionante.
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