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Rafael Lamelas
Granada
Jueves, 26 de noviembre 2020, 20:44
La clasificación del Granada para los dieciseisavos de final de la Europa League tendrá que esperar un poco a pesar de su victoria con el Omonia, aunque seguramente no demasiado si sigue su tendencia en el segundo torneo continental. Durante muchos minutos tuvo motivos para ... una celebración al concluir, con su ventaja frente a los chipriotas y la que mantenía el PAOK en Países Bajos con el PSV hasta el descanso. Pero la única que se sostuvo fue la de los nazaríes, no exenta de algo de sufrimiento cuando los chipriotas equilibraron el asunto. Les exigió un poco más hasta que Soro, luminosa aparición en el once, recuperó la iniciativa local. Con diez puntos, el Granada tiene a cuatro unidades de separación a los neerlandeses y a cinco a los de Tesalónica. Mucho se tiene que complicar el tramo final para no ocupar una de las dos primeras plazas del grupo E, pero con ambos se las tendrá que ver para dirimirlo. No será sencillo.
Dentro de los mandamientos de Diego Martínez, hay uno que de verdad tendría que estar grabado en piedra: «No dudarás de este equipo». En los momentos que le rodea cualquier inquietud, con más bravura resurge, como cabreado por la osadía de que se le cuestione. Hubo cierto oportunismo, en el que nos incluimos, a la hora de comparar el noviembre pasado con el actual en cuanto a rendimiento, como si aquel mes aciago en resultados de la campaña anterior se pudiera asemejar a este.
Conviene refrescar que en el vigente empató con el Levante jugando la mayor parte del tiempo con diez futbolistas, que ganó en Nicosia y luego actuó en San Sebastián con 17 bajas por la cerrazón de LaLiga ante el 'brote-no brote' de covid. Que perdió con el Valladolid el domingo pasado pero aún afectado por la onda expansiva de la falta de entrenamientos colectivos a campo abierto. Fue retomar la Europa League y recuperar la positividad. No por el coronavirus, ni siquiera por los anticuerpos ya presentes en muchos de los jugadores, sino por la que da los tres puntos que van proyectando hacia un nuevo nivel. Hacia ese selecto club de 32 equipos, entre sobrevivientes y los que gotean de la Champions, al que desean apuntarse.
Granada
Rui Silva; Vallejo, Domingos Duarte, Nehuén (Foulquier, m. 66), Carlos Neva; Gonalons (Machís, m. 66), Yangel Herrera, Luis Milla; Soro (Puertas, m. 76), Luis Suárez (Eteki, m. 79) y Soldado (Jorge Molina, m. 76).
2
-
1
Omonia
Fabiano; Hubocan, Lang Lüftner, Kiko (Thiago, m. 58); Shehu (Jordi Gómez, m. 58), Mavrias, Kousoulos; Tzioni (Lecjaks, m. 58), Bautheac (Asante, m. 37) y Kakoulli (Sene, m. 74).
goles: 1-0, m. 8: Luis Suárez; 1-1, m. 60: Asante; 2-1, m. 73: Soro.
ÁRBITRO: Stéphanie Frappart (Francia): Amonestó a los locales Nehuén (m. 6), Gonalons (m. 31) y Yangel Herrera (m. 44); y a los visitantes Henning Berg (técnico; m. 12), Kiko (m. 54), Lüfner (m. 63), Kousoulos (m. 65), Lecjaks, m. 67) y Jordi Gómez (m. 67).
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada cuatro de la fase de grupos de la Europa League (cuadrante E) disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, sin público en las gradas. Se guardó un minuto de silencio por Diego Armando Maradona, exfutbolista argentino que vistió la camiseta rojiblanca en un amistoso.
El calendario se parece a una prueba de ultrafondo pero, al tiempo, estimula tanto la atención que, para el que lo sepa digerir, le concentra para sacar el máximo rendimiento. Se trata de convertir la presión en un estímulo, la famosa resiliencia. Meterse pronto en la siguiente ronda sería una proeza extraordinaria y liberaría peso en diciembre. No significa que los rojiblancos aflojen porque nada está conquistado, pero no es lo mismo estar muy apurado para colarse en la siguiente fase que pugnar con convicción para estar en el bombo. Vienen muchas jornadas de Liga y antes de la Navidad se da el pistoletazo de la Copa, así que encarar a PSV y PAOK con colchón puede acabar siendo un regalo adelantado de Papa Noel.
Siguió girando la ruleta en el lateral diestro del equipo, en el que se reinstaló Vallejo, como en el último encuentro en casa de esta competición, frente al PAOK. El argentino Nehuén Pérez, que se bautizó en el Reale Arena el infausto día de las ausencias forzosas, se acopló a la vera de Domingos Duarte, en la que el veterano (por edad) era el portugués, con apenas 25 años. Un guiño albiceleste con el cedido por el Atlético, al que le gusta el corte (le amonestaron pronto) pero también la confección de las jugadas.
El otro arreglo figuraba en ataque, donde encontró pasillo otro chaval, Soro, en su primer concurso en el arranque de todo el ejercicio, junto a una dupla inédita de inicio también, Soldado y Suárez, con el colombiano en el carril del 11. El maño, con el 26 a la espalda, reivindicó pronto su personalidad con un juego aseado y técnico, serpenteante y de conducción muy pegada al pie.
Tras un primer susto del Omonia en un córner, apareció un relámpago rojiblanco en medio de la tormenta. Milla hostigó con el garfio en la bota a Shehu y le arrebató un esférico en terreno por arar. Soro atravesó el balcón del área y avivó a Suárez, que como le dejen sin ataduras resulta letal. Levantó la mirada y colocó el tiro lejos de Fabiano. Dos goles suma, ambos contra los chipriotas, su emergente víctima favorita. Un grito de adentro le salió en la celebración y un axioma estaba por cumplirse. Marcar es como poco empatar para el Granada y casi siempre ganar. Rui salió presto ante una recorrida de Tzioni y a partir de ahí todo se ajustó a los intereses locales, dentro de una posesión alterna del balón.
Era agudo el Granada en sus progresiones y tuvo un atisbo de brillantez en una jugada que salió de Gonalons hacia Soro, quien mejor interpreta cuando Suárez carga. El cafetero irrumpió en el área pero fue generoso con un toque a Soldado que el valenciano no encajó en la red. Enfadado, lo pagó pateando el poste.
Cumplía bajo el aguacero la árbitra Stéphanie Frappart, aunque regó de amarillas a los anfitriones en el primer acto. La segunda mitad pilló con nueva pólvora, sin humedecer, al Granada. Soldado trabó un disparo que tocó en Kiko y escupió el palo. Quería un gol que echarse a la boca, y lo siguió intentando, aunque donde llegaban era en el Philips Stadion, con la remontada del PSV frente al PAOK, que pasó de un 0-2 al 3-2.
Tras un carrusel de cambios, Berg dio entrada entre otros a Lecjaks, que colocó un centro profundo nada más salir que cogió despistado a Carlos Neva. Llegó Asante, que había ingresado en el primer tiempo y se encontró con la oportunidad soñada. Puso potencia imposible para Rui Silva. Un escenario desconcertante para los locales, siempre tan celosos de sus ventajas.
Diego Martínez quiso acelerar por los costados con Foulquier y Machís, con un claro 4-4-2. El francés flirteó con la diana en medio del asalto. El venezolano diseccionó al Omonia con su bisturí. Una inserción seca, que Fabiano se extrajo pero para dejar la pelota en la frente de Soro, menudo pero listo para saltar y reaccionar con un cabeceo que entró como un globo pinchado.
Tocó que Diego renovara el ataque con la vuelta de Puertas y Jorge Molina, más Eteki para restablecer el trivote en el centro. El almeriense entró como un reactor y rascó en pos del tercer tanto. Todo murió en la orilla chipriota, consumiéndose el añadido como la colilla de un cigarro, sin que nada perturbara en demasía. Sólo el 3-2 del PSV, que depara emoción para la próxima jornada de la UEL. En una semana, la primera bola de partido.
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