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Higuain lucha por el balón.
El Villarreal supo sufrir para disfrutar en San Paolo
Dieciseisavos de final | vuelta

El Villarreal supo sufrir para disfrutar en San Paolo

El equipo de Marcelino estuvo más acertado que el Nápoles en un choque de momentos y accedió al bombo de octavos en la Europa League

Ignacio Tylko

Jueves, 25 de febrero 2016, 09:31

El Villarreal protagonizó otra noche grande en su corta pero intensa historia en la élite. Se clasificó para octavos de final de la Liga Europa, lo hizo ante un rival con mucha más tradición y teórico potencial como el Nápoles, aunque es cierto que con varios suplentes, y actuó con experiencia. Comenzó bien, no se hundió cuando el eslovaco Hamsik igualó la eliminatoria, esperó su ocasión y celebró el afortunado gol de Pina Después de 12 jornadas consecutivas en la Liga sin perder, se hizo fuerte también en la segunda competición continental.

El fútbol, como la vida, es una cuestión de saber aprovechar los momentos. El Villarreal salió con enorme personalidad en San Paolo, vacío en su anillo inferior, y sorprendió a un rival más cuajado y con jugadores más conocidos en el gran escaparate internacional. En lugar de esperar acontecimientos, ordenó Marcelino a su equipo una presión alta para buscar ese gol que le diera más tranquilidad en una eliminatoria muy equilibrada y silenciara a la afición local, escasa pero ruidosa.

Asustó muy pronto el central Musacchio en un saque de esquina en el que le ganó la partida a su compatriota Higuaín y cabeceó, ligeramente desviado. Papeles cambiados entre defensa y ariete, el capocannoniere de la Serie A con 24 dianas, pese a que no ha marcado en las dos últimas jornadas ante la Juventus y el Milan. Tuvo otra el submarino para poder hundir al ejército de Maurizio Sarri, pero Bakambu perdió el mano a mano ante Pepe Reina, magnífico en el achique porque tuvo calma, inspiración y reflejos.

Ocurrió que los de La Plana no aprovecharon sus mejores minutos y lo pagaron en una acción aislada, superado ya el primer cuarto de hora. Un despeje muy corto y una volea con la derecha extraordinaria del eslovaco Hamsik desde fuera del área. Cambió la dinámica con ese golazo. Hasta el descanso, el Nápoles gobernó el duelo, combinó mejor y traspasó los miedos al Villarreal. Por suerte, Insigne disparó mal, tras un centro pasado, y un despeje con la rodilla sobre su propia puerta de Musacchio se estrelló en el poste, con Areola ya batido. El partido no era duro pero el colegiado alemán se mostraba muy tarjetero.

Bruno es el jefe

Debía de corregir aspectos del juego Marcelino en el intermedio para lograr que sus soldados recuperaran la buena organización, al mando de Bruno, siempre bien colocado y dispuesto. Salió el Nápoles en plan mandón tras la reanudación pero no supo ampliar la renta. Y, cuando parecía que podría sufrir un asedio, el Villarreal salió a flote. Reina sacó una mano justo antes de que Bakambu rematase a placer. Y tras un córner despejado hacia un lateral, Pina intentó un centro de rosca pero le salió un disparo envenenado que mató a Reina. La sonrisa del centrocampista, cuando le abrazaban sus compañeros, le delataba. Surgió después la enorme figura de Areola, el gran y joven portero francés de origen filipino cedido por el PSG al Villarreal. Ya a la desesperada y con poco tiempo, Sarri recurrió a Jorginho, el centrocampista al que ordenó fichar Rafa Benítez del Hellas Verona, y a Gabbadini. Demasiado tarde. El Villarreal sigue en la ola del éxito.

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