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Carriço celebra el segundo gol del Sevilla. Reuters
Varsovia espera al campeón
Semifinales | vuelta

Varsovia espera al campeón

El Sevilla gana con contundencia a una pobre Fiorentina y se enfrentará en la final al Dnipro

luis f. gago

Jueves, 14 de mayo 2015, 01:09

Varsovia es una realidad para el Sevilla. La cuarta Liga Europa, todavía un sueño, no es una utopía. Los sevillistas saltaron al césped florentino con las ideas claras: sólo hay un camino para disputar la Champions la próxima temporada y pasa por lograr un nuevo título. Doble premio para un equipo que ha hecho una temporada fantástica, rozando la perfección, y al que solamente le falta apuntalar un poco sus defectos para convertir la campaña en perfecta. Por estas razones y muchas más, Unai Emery se encargó durante la semana, pese a la lejanía física y mental por el fallecimiento de su padre, en recordar a sus jugadores lo que sucedió el año pasado en Valencia, también en la vuelta de unas semifinales de la Europa League.

El técnico vasco sacó a su once de gala. No quería sorpresas el entrenador sevillista porque bastante sufrió en Mestalla un hombre al que le gusta controlarlo todo. Hasta el más mínimo detalle. La Fiorentina salió con todo el armamento que es capaz de tener. Los españoles Borja Valero, Gonzalo y Joaquín fueron los más incisivos durante toda la primera mitad sobre una portería defendida, una vez más, por Sergio Rico, quien se ha ganado una gran oportunidad para entrar en la historia del club.

Seleznyov acaba con el Nápoles

  • RIVAL El 27 DE MAYo

  • Yevhen Seleznyov, como en el choque de ida de las semifinales de la Liga Europa, se convirtió en el verdugo del Nápoles de Rafa Benítez, que perdió por 1-0 con un tanto del jugador del Dnipro, rival del Sevilla en la final del 27 de mayo. El nombre de Seleznyov será muy recordado por Italia en los próximos años. Un jugador que comenzó siendo suplente en el choque de ida, que salió al campo de San Paolo para marcar en diez minutos un tanto y que repitió una semana después, no será fácil de quitarle de la lista de ogros del Nápoles. Poca parte del público del estadio NSK Olimpiyski de Kiev, lleno hasta la bandera pese a la lluvia, se hubiese imaginado el desenlace de esta eliminatoria. Los 70.000 espectadores que abarrotaron el recinto donde juega competición europea el Dnipro celebraron con alborozo su primera final continental.

Todo el ambiente de remontada que había montado el equipo violeta durante la previa al encuentro lo aniquiló en cinco minutos el Sevilla. Fue el tiempo que tardaron Bacca y Carriço en marcar los dos tantos que daban el billete directo a la gran final, en la que el Sevilla se enfrentará al Dnipro ucraniano, verdugo del Nápoles de Rafa Benítez. A la media hora ya no existía ni partido ni eliminatoria. Sólo había 1.000 aficionados sevillistas celebrando. Lloraban de emoción, recordando mientras miraban al cielo a los que no podían vivir ese momento con ellos o sencillamente disfrutando, que para eso este equipo se pasó 60 años bajo el desierto de la nada.

No importó la segunda mitad. Ni lo que Emery pudo decir a los suyos. Seguramente sus pupilos camino de los vestuarios atisbaban en el norte itálico las casas con tejados rojos de Polonia tras los Alpes. Incluso pudiera ser que Emery se permitiera una sonrisa en mitad de su constante autoexigencia.

Se podría hablar del penalti errado por Illic como ejemplo de la frustración italiana o de cómo Rico se hizo mayor en 90 minutos con intervenciones de portero veterano para compensar los errores de juventud en la temporada. Nada importó. Lo importante era la alegría de un equipo que sueña con convertirse en el dios del Olimpo en la UEFA al ser el único con cuatro títulos. Un sueño nada utópico, porque su idilio pasajero con la Europa League va camino de convertirse en matrimonio de conveniencia.

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