Los dieciséis supervivientes de la Champions afrontan la hora de la verdad

Dos modelos antitéticos vuelven a verse las caras un año después de medirse en la fase de grupos. El Leipzig, un recién llegado a la élite continental pero con el descaro suficiente para tutear a cualquiera, cruza espadas con el rey de Europa, que cuenta 122 años de existencia a sus espaldas y presume de catorce 'orejonas'. El cuestionado Marco Rose trata de enderezar a los toros rojos, que lucen una piel renovada tras el bache por el que atravesaron entre diciembre y enero. Bitshiabu y Elmas llegaron durante el mercado invernal para compensar las salidas de viejos rockeros como Forsberg o Timo Werner. La pólvora de Openda y Sesko, junto al criterio en la distribución de Xavi Simons y Dani Olmo, son las principales bazas del cuadro germano para desafiar el favoritismo del Real Madrid.

El Parken descorchará uno de los enfrentamientos a priori más desparejos de estos octavos de final. A un lado estará el vigente campeón de la modesta Superliga danesa, que dio la sorpresa en la fase de grupos para acceder a la ronda de eliminatorias por segunda vez en su historia. Al otro, el actual defensor del trono europeo, un coloso nutrido por el maná económico procedente de Abu Dabi, dirigido desde la banda por el docto Pep Guardiola y dueño de una constelación de estrellas que encabezan el genial De Bruyne y el letal Haaland. Baste confrontar los 84,6 millones de euros en los que la web Transfermarkt tasa la plantilla que tiene a su cargo Jacob Neestrup con los 1.260 en que valora el plantel 'citizen' para dar cuenta del abismo que separa a los dos bandos.

Sin complejos, fiel al carácter atrevido que le ha inculcado Imanol Alguacil, afronta la Real Sociedad el enfrentamiento contra un PSG que espera hacer, por fin, cima en el Viejo Continente con Mbappé como bandera y Luis Enrique como arquitecto. Las ambiciones de la propiedad catarí llevan más de una década dándose de bruces contra un torneo esquivo, hasta el pasado curso, al dominio de los clubes-estado. El City rompió el maleficio y el PSG aspira a seguir el mismo camino, tras superar la fase de grupos sobre la bocina. Los apuros del conjunto galo contrastaron con el desahogado pase de la Real, que se aferra a su buen hacer en Europa para dar la sorpresa frente a un gigante, hasta ahora, con pies de barro.

Las llegadas del veterano Eric Dier y del pujante Sacha Boey han reforzado la defensa de un Bayern que también se ha fortalecido arriba con el aterrizaje de Bryan Zaragoza. La pegada de Harry Kane es el principal baluarte que sustenta la candidatura al título del Bayern, que no debería tener excesivos problemas para dejar por el camino a la Lazio. El conjunto de Maurizio Sarri dio la cara en el grupo del Atlético pero atraviesa horas bajas. Con todo, tratará de convertir el Olímpico de Roma en su mejor aliado para llegar vivo a Múnich.

Tras dar la campanada en el 'grupo de la muerte' y esquivar a los cocos en el sorteo de octavos, el Dortmund parte como favorito en un emparejamiento que tampoco recibió con desagrado el PSV. El club neerlandés, campeón de Europa en 1988, superó la barrera de la fase de grupos dejando por el camino a Lens y Sevilla, y lidera con holgura la Eredivisie. Con los deberes encarrilados en la competición doméstica, pone el foco en Europa y se agarrará a la amenaza aérea de Luuk de Jong para poner en apuros a un Dortmund que ha repescado a Jadon Sancho.

El sueño rojiblanco de coronarse en la Champions pasa en primer término por una visita al dentista en el Giuseppe Meazza. Un estadio que le trae buenos recuerdos a Diego Pablo Simeone debido a su pasado 'nerazzurro', pero que se perfila como un hueso duro de roer para el Atlético. Allí habita el vigente subcampeón de Europa y actual líder de la Serie A. Un Inter que intimida por su espíritu rocoso y que ha encontrado en la figura de Marcus Thuram el perfecto complemento para Lautaro Martínez. Mas el Atlético también tiene una de las duplas ofensivas más en forma del Viejo Continente y se guarda la carta del Metropolitano, donde se emitirá la sentencia de una eliminatoria de altos vuelos.

Quién le iba a decir a Nápoles y Barça cuando se proclamaron campeones de sus respectivas ligas el año pasado que meses después se verían abocados a aferrarse como un clavo ardiendo a la Champions. La máxima competición continental se erige como salvavidas para evitar el naufragio en un curso tremendamente tormentoso para ambos. El conjunto del sur de Italia navega a la deriva en la Serie A, mandó al fondo del océano a Rudi García y el sustituto del francés, Walter Mazzarri, apenas se mantiene a flote. Ha perdido por el camino a Zielinski, Zanoli y Elmas, pero ha incorporado a sus filas a Hamed Traoré, Cyril Ngonge y Pasquale Mazzocchi. Una revolución para tratar de salvar los muebles que no ha podido llevar a cabo el Barça. La delicada situación económica de los azulgranas hace que Vitor Roque sea la única novedad de un equipo que quiere brindarle una alegría a Xavi a modo de despedida.

El Oporto expondrá su deseo de reverdecer laureles frente a un Arsenal que vuelve a volar alto de la mano de Mikel Arteta. Los 'gunners' deberán aparcar la batalla que mantienen en la zona aristocrática de la Premier League para mantener abierta la vía de la Champions frente a un equipo muy fiable en Europa que le pondrá las cosas difíciles al actual subcampeón de la liga inglesa.