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Isacio Calleja, aclamado por la afición el 15 de octubre de 1972 en el día de su homenaje. EL NORTE
Un año sin la leyenda de Isacio Calleja

Un año sin la leyenda de Isacio Calleja

El futbolista de Valle de Cerrato, que militó catorce temporadas en el Atlético y ganó la primera Eurocopa, falleció el 4 de febrero de 2019

Domingo, 26 de enero 2020

La calle Acuerdo fue su primera residencia en Madrid. Vivía con su tía, la hermana de su madre, y su tío, un policía nacional nacido también en Valle de Cerrato. Isacio tenía doce años y sus padres le enviaron a la capital a estudiar. Pero al mayor de la familia Calleja García no le gustaba la ciudad y, después de tres años allí, volvió a Palencia, a terminar el bachillerato en los Maristas. Su pasión por el fútbol arrancó poco a poco. «De niño jugaba en la era, como todos, aunque creo que no empezó a jugar de verdad hasta que se fue a Madrid con mi tía», afirma su hermano pequeño, Juan Cruz.

En el equipo palentino del colegio –y también en clase– coincidió con José Luis Uribarri, el famoso presentador de Eurovisión de 1969 a 2010, que era el defensa central. Aunque, curiosidades de la vida, la primera vez que Isacio viajó al extranjero lo hizo con el conjunto de baloncesto, que jugó un torneo en Ceuta. «Mi hermano era un fenómeno en todo lo que hacía. Jugaba bien al fútbol, al baloncesto. ¡Si hasta ganó una carrera de atletismo!», señala.

Arriba, Iríbar, Zoco, Olivella, Fusté, Isacio y Rivilla. Abajo, Amancio, Pereda, Marcelino, Luis Suárez y Lapetra, en la final de 1964. EL NORTE

El 4 de febrero se cumple un año del fallecimiento de Isacio Calleja, quinto jugador con más partidos oficiales del Atlético de Madrid, un total de 425, que disputó a lo largo de catorce temporadas. Con el club colchonero ganó dos Ligas (1965-66 y 1969-70), cuatro Copas del Generalísimo (1960, 1961, 1965 y 1972) y la Recopa de Europa de 1962, el primer título continental de los rojiblancos. Y no solo eso. El futbolista de Valle de Cerrato se proclamó campeón de Europa con la selección española el 21 de junio de 1964. El capitán del Atlético de Madrid falleció con 82 años y dejó un recuerdo imborrable en todos y cada uno de los compañeros y rivales con los que compartió campo.

De nuevo en Madrid

Una vez terminado el Bachillerato y el PREU, volvió a la ciudad del Manzanares a estudiar Derecho y se apuntó a un equipo de Regional, de la empresa Almacenes Rodríguez, amigos de la familia, el Almarod. «Cuando jugaba en este equipo, no sé por qué, el Guadalajara se interesó por él», cuenta su hermano pequeño. Y en una temporada, sin ir a entrenar, se convirtió en el máximo goleador del equipo.

Cartel que anuncia el partido homenaje en la despedida de Isacio.

Quiso probarle el Atlético de Madrid e Isacio hizo la prueba antes de volver a Valle en verano. «Era el encargado de la siega en las tierras de la familia y en cuanto terminaba las clases, estaba ya trabajando en el campo», afirma, con orgullo, Juan Cruz. Años más tarde, cuando ya militase en el club colchonero, seguiría volviendo a su pueblo a ayudar en la labranza. Cuando terminó el estío y retornó a Madrid, se pasó un día por el club para preguntar cómo había ido su prueba. Allí se encontró con Ferdinand Daucík, el entrenador del primer equipo, que le dijo –en tono enfadado– en cuanto le vio. '¿Qué hace usted? ¡Pero cómo no ha venido antes!'. 'Pero, si a mí nadie me ha dicho nada. Yo solo venía a preguntar, por curiosidad', se defendió el palentino, sin entender nada. Y ahí comenzó la bonita historia entre Isacio Calleja y el Atlético de Madrid. Esa historia que sigue vigente hoy en día en los corazones de todos los colchoneros, que perdieron a uno de sus grandes ídolos hace poco menos de un año.

Los primeros meses militó con el conjunto amateur, hasta que fue llamado por Daucík para jugar con el primer equipo, que contaba con varios lesionados. Debutó contra el Oviedo a domicilio, jugando el siguiente partido ante el Real Madrid en el Metropolitano. «Y ya, desde entonces, sería titular hasta 1972, cuando se retiró», señala Juan Cruz.

«Era un fenómeno en todo. Jugaba a fútbol, a baloncesto y hasta ganó una carrera de atletismo»

Juan Cruz Calleja | HERMANO

«Cuando venía al pueblo los veranos charlaba en la era y jugaba con nosotros. Era nuestro ídolo»

Máximo Alonso | AMIGO

Toda la familia, salvo el segundo hermano, que se quedó en el pueblo a labrar las tierras, se trasladó con él a Madrid. «Mi hermano, siempre que podía, quería volver al pueblo. Además, mi padre fue enterrado allí, así que intentábamos ir todos los años», rememora. También acudían anualmente a la cena de las peñas en Palencia, donde siempre estaba Máximo Alonso, vecino de Valle, amigo de Isacio y presidente de la peña del Atlético de Madrid. «Recuerdo cuando venía los veranos al pueblo, cómo jugaba y charlaba en la era con nosotros, con los niños del pueblo. Para nosotros, Isacio era un ídolo. Era lo más. Posteriormente, venía a todas las cenas de aniversario de la peña», rememora Maxi. «De lo que más me alegro, es de la placa de reconocimiento que le regalamos hace dos años. Fue la última vez que le vi», añade.

Isacio, arriba a la izquierda, con sus padres y sus hermanos.

El 15 de octubre de 1972 recibió un sentido homenaje, donde se venció al conjunto argentino del Independiente de Avellaneda. El Atlético se reforzó con Marcial y Rexach (Barcelona), Viberti (Málaga), Zoco (R. Madrid) y Glaría (Español). Todos quisieron estar ese día en el Vicente Calderón para despedir de los terrenos de juego a Isacio. Ahí recibió la medalla de Plata al Mérito Deportivo, la insignia de oro y brillantes del club y numerosos regalos de peñas y entidades. El lateral izquierdo jugó unos minutos hasta que le sustituyó Capón en medio de una sentida ovación de la afición rojiblanca. Se despedía uno de los mejores jugadores de la historia del Atlético de Madrid.

Su vida futbolística no interfirió en la académica porque Isacio se licenció en Derecho el 12 de junio de 1968. Posteriormente acudió a la Escuela de Prácticas Jurídicas para ingresar en el Colegio de Abogados de Madrid en 1969 y trabajó toda su vida de procurador. «Era una buena persona. Ayudaba a los jugadores que estaban más indefensos y no cobraban. Gracias a él, mejoraron mucho las condiciones de los futbolistas», afirma Juan Cruz. «Mi hermano era muy querido», concluye. Por eso, las misas y los homenajes se sucedieron hace casi un año para despedir a Isacio Calleja, ya fuera en Madrid o en Palencia. Todos querían despedirse del mito palentino.

Isacio, a la derecha, y Landáburu, segundo por la izquierda, en un partido de veteranos en 1995. J. RUIZ

De Guardo a Valle de Cerrato, tierra de ídolos

Lo que más recuerda Jesús 'Chus' Landáburu de Isacio Calleja es su memoria fotográfica. «Se acordaba de todo de cada encuentro. Del minuto de la jugada, del partido, de la temporada, de todo. Era un portento y un fenómeno para esas cosas», señala el centrocampista, que militó en las filas del Real Valladolid, Rayo Vallecano, Barcelona y Atlético de Madrid, donde el guardense colgó las botas, como Isacio.

«Antes de llegar yo al fútbol de élite ya le seguía. ¡Cómo no! Él era el capitán del Atlético de Madrid, era un ídolo. Aún recuerdo el título de Liga que ganó el Atlético en Sabadell», rememora Landáburu. Fue el 19 de abril de 1970. Los rojiblancos necesitaban ganar el encuentro para proclamarse campeones. José Ufarte marcó el camino en el 68, anotando el primer tanto del encuentro. El palentino Isacio Calleja, en el 85, hizo el segundo ante Comas y cerró cualquier posibilidad de remontada. Después, ascendió las escaleras del Estadi de la Nueva Creu Alta para levantar la copa de campeones.

Si Landáburu recuerda un partido, también evoca una imagen cada vez que se acuerda de Isacio. La del lateral izquierdo de espaldas –con el número 3 en su camiseta–saltando eufórico con los brazos en alto y golpeándose los glúteos con los talones. Curiosamente la imagen corresponde al mismo día y al mismo partido. Calleja celebraba su gol y el título liguero ante el Sabadell.

La temporada que el de Valle de Cerrato decidió colgar las botas en 1972, Landáburu debutaba en Segunda División con el Real Valladolid. Años más tarde, cuando el de Guardo comenzó a defender la camiseta del Atlético de Madrid, de 1982 a 1988, la relación entre ambos futbolistas palentinos se estrecharía. «Creo recordar que Isacio escribía o colaboraba con un periódico de Madrid y se pasaba todos los partidos que jugábamos en el Vicente Calderón paa saludarnos y desearnos suerte», afirma. Solían hablar de fútbol, pero, a veces, se salían de estos temas y conversaban sobre Palencia, sobre su amor y su recuerdo de sus pueblos y sus gentes.

Antes de que les uniera el fútbol y el club colchonero, sus vidas ya estaban cruzadas. Curiosidades de la vida y del mundo, que es como un pañuelo, ahora y antes, Isacio Calleja era el procurador de la mina de Velilla del Río Carrión donde trabajó el padre de Chus como administrativo. «Recuerdo que mi padre me lo comentaba, que el procurador que tenían en Madrid era Isacio». Ambos futbolistas palentinos destacaron dentro y fuera del campo. Los dos estudiaron una carrera y se dedicaron a ella, una vez que se retiraron del fútbol. Landáburu es licenciado en Ciencias Físicas en la especialidad de Cálculo Automático por la Universidad Complutense y realizó un Máster en Ingeniería del Conocimiento de la Universidad Politécnica de Madrid. Ha destacado como consultor, dedicado al desarrollo del área económico-financiera y de sistemas y tecnologías de la información.

«Lo que más recuerdo de Isacio es que era una muy buena persona, era realmente entrañable», concluye el futbolista guardense.

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